Desde siempre se ha asociado la diabetes a no consumir ciertos alimentos, en especial los elaborados a partir de azúcares, por lo que se cree que la repostería está vetada de su paladar y que con sólo probar un dulce la salud puede sufrir un quebranto grave.
Ante esta situación, surgen muchas respuestas, que siempre estarán amparadas por las necesidades del paciente, quien debe consultar con el endocrinólogo y ante todo conocer el tipo de diabetes que se padece.
Lo anterior se refiere a los dos tipos de diabetes, para las cuales existen causas, tratamientos y soluciones diferentes.
Diabetes tipo 1: Este padecimiento es propio de niños y jóvenes, y no necesariamente obedece a una mala alimentación, porque generalmente los pacientes cumplen hábitos saludables incluyendo el deporte. Se sabe que los diabéticos tipo 1 necesitan administrarse insulina antes de todas las comidas que incluyan hidratos de carbono o azúcares.
Es de aclarar que independientemente de si los carbohidratos son de absorción lenta como son las papas, harinas y cereales, o rápida, representado en azúcares, frutas, entre otros, el procedimiento siempre será igual, debe administrarse la insulina que requiere su cuerpo para procesar los alimentos.
Con este conocimiento de la enfermedad, un paciente diabético tipo 1 puede comer cualquier postre, toda vez que no está sujeto a productos en específico.
Diabetes tipo 2: Este tipo de diabetes, tal vez la más conocida, es la que afecta a personas de edad avanzada y a pacientes con sobrepeso. En estos casos sí se hace vital el consumo de los carbohidratos o azúcares de absorción lenta y sustituir el azúcar de la dieta por edulcorantes que aporten el sabor dulce sin influir en el índice glucémico.
Como ya se han desarrollado propuestas de repostería para diabéticos y diversas opciones sin sacrificar esa dulce tentación, sólo basta buscarlas en una preparación confiable.