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Los pasos certeros de Juliana Velásquez

Actriz, cantante y presentadora, una carrera versátil que se inició a los 6 años y que le acompaña con la emoción de sus primeros días.

Hacer cada día lo que se ama es la mejor fórmula del éxito, pero ante todo de esa satisfacción interior que se expone en forma de canciones. Así se muestra Juliana Velásquez, la chica inmersa en arte desde sus primeros años de vida y que ahora alcanza el Latin Grammy en la categoría Mejor Nuevo Artista.

La gratitud la envuelve al ser la única colombiana nominada en esa categoría y la ganadora de Latinoamérica, porque cada viernes las plataformas se inundan de propuestas musicales y gente nueva es lo que hay luchando por sus sueños. Es un radar muy amplio y tener la posibilidad de alcanzar ese lugar y esa posición, lo considera un regalo que siempre va a atesorar.

Un vallenato de su autoría entra en el próximo álbum, ese género también es parte de vivencias de infancia que quiere mantener.

Se trata de un premio que sólo se recibe una vez en la vida, por tanto siente que marca un momento muy especial de su carrera, que además de darle un nivel de exposición internacional, le hace visible la responsabilidad que tiene de honrar su trabajo, su equipo y ante todo a su país.

El álbum “Juliana” es muestra fehaciente de talento. Su autora confiesa que ella es la mayor sorprendida con el alcance del mismo, no se concibió como tal en sus inicios, todo surgió de la necesidad de expresar todo aquello que experimentaban las personas de su entorno y fue así como escribió cada letra, con un fondo real.

“Son canciones sueltas que solitas se fueron pegando una con otra y decidimos hacer este álbum compilatorio, de hecho no estuvo concebido desde la producción y composición como tal, y nunca imaginamos estar nominados, menos ganar el Grammy, no porque dudáramos de su calidad, sencillamente fue genuino y nació en la mitad del Covid”, afirma.

Canción por canción

La primera canción que compone el disco fue compuesta al mes y medio de la primera cuarentena estricta, cuando como explica, no se sabía que iba a pasar con el mundo, por tanto fue producto de muchas preguntas, pero sirvió para acompañar a las personas en ese difícil momento.

“Juliana” es un álbum conceptual, que en la actualidad expresa un doble valor, porque si bien está hecho a conciencia, compite con materiales fugaces y de rápido consumo. En este aspecto, al pertenecer a esta generación, Juliana Velásquez disfruta la música actual, pero no desconoce la fecha de caducidad que tiene y son muy pocas canciones que por lo que transmiten, la representan como generación.

Así, lo que ella escribe, que se sale de lo común, tiene el mérito de un premio que entendió su mensaje, y por eso decidió cantar al recibir el galardón, porque más que homenajearla era a su música, que comunica y llega a la gente, que en medio de lo que está pasando espera un poco más diferente. “Joaquín” fue ese tema que aún la hace llorar, es una historia ajena que refleja la de muchos colombianos.

Insiste en que ser osada al tocar otras temáticas, fue tal vez el paso que se estaba necesitando en ese instante y allí estuvo su elección. Las canciones de Juliana Velásquez obligan a ser bien escuchadas para entender la letra, de la misma forma transportan a la historia y a traer recuerdos que permitan avanzar, tal como se leía en los guantes que portaba como parte de su look, “hablar para sanar”.

Considera especiales cada una de sus canciones, por eso le puso su nombre al disco, porque tiene todas las aristas que ella, su parte social, personal, la más oscura, también la más alegre y los sueños, como fue la colaboración con Juan Pablo Vega, su artista favorito en español. Hay boleros, que es su infancia escuchando la música de sus papás, en síntesis es un viaje íntimo a lo que es como artista y como persona.

Disciplina para crecer

Juliana tiene 23 años, pero afirma parecer de 82. No trasnocha, no come dulce, le gustan las sopas, y empezó a trabajar desde los 6 años, entonces sus vivencias son más de lo que se podrían contar a su edad, sin embargo, hablando con un tono más serio aclara que su profesión como actriz le ha permitido vivir muchas vidas en una sola y eso le ha abierto puntos de vista que no son propios con la posibilidad de entenderlos.

Su trabajo en la televisión la llevó a más de 180 lugares de Colombia, logrando un bagaje y consciencia del país, de los niños y la gente en general, para hoy hacer parte de ese rompecabezas que la conforma como ser humano.

En su proceso el tiempo y el espacio siempre está dispuesto para dedicarse a música y actuación. El próximo año se lanza “Siempre fui yo”, una producción rodada en Cartagena y Barú para Disney+, también está en el elenco de una novela de RCN y piensa que mientras pueda, seguirá alternando las dos facetas.

Afirma que tiene una comunicación muy linda con Dios y el universo, porque todo lo que anhela de corazón, se cumple, por eso se atreve a decir que si las cosas se hacen desde el amor, se encuentra la clave para realizarse en la vida.

Los pendientes de Juliana Velásquez son, después de sacar la licencia de conducción, programar una gira nacional que la lleve por cada rincón a cantar su álbum y agradecer el apoyo que la tiene en este lugar.

La propuesta musical de Juliana es fiel a su voz y a lo que comunica, no quiere cambiar, es lo que la representa. Antes de los Grammy ya había terminado la composición de su segundo álbum llamado “Dos, dos, dos”, en el que demuestra que un artista puede cantar lo que quiera y siempre sonará auténtico.

El compromiso que ahora más la mueve, es seguir siendo la voz de todos los artistas independientes, los nuevos que hacen música que queda en el alma, también seguir buscando los espacios para crecer como persona, y como exponente de una generación talentosa que arrastra una maleta llena de sueños.

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