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Gilberto Santa Rosa le canta a la Navidad

Deseando que la música no se acabe y recordando una Navidad especial en su niñez, el “Caballero de la Salsa” celebra una vez más en su Puerto Rico esta festividad.

La costumbre del Caribe es celebrar la Navidad con buena música, y en esa tradición, Puerto Rico hace una contribución importante, sus melodías y letras alusivas a estas festividades, suenan con fuerza año tras año y ya completan varias generaciones rindiéndoles culto.

Todo el que se precie de haber nacido en esta latitud, tiene la feliz experiencia de conocer cada una de las letras que anuncian la llegada de una de las épocas más bellas del año y en ese aspecto Gilberto Santa Rosa, ha alcanzado un lugar especial.

Después de aprovechar al máximo el confinamiento y un regreso triunfal a los escenarios, Gilberto Santa Rosa celebra Navidad en medio de buena música.

La pasión por estas canciones es tan extensa, que Gilberto ha recurrido a la inspiración del desaparecido trovador portorriqueño Casiano Betancourt, quien fue abogado de profesión, pero se interesó por crear temas alusivos a la Navidad, repertorio que contiene “No se acaba ná”, integrando el mix que ahora presenta el “Caballero de la Salsa”.

El tema se complementa con dos décimas que se llaman “Para estar de fiesta”, donde se trata un ángulo más espiritual y religioso de la festividad y termina con una canción del gran compositor “Chiquitín” García, llamada “Ya llega la Nochebuena”, grabada originalmente por el Gran Combo de Puerto Rico y que pertenece al disco con el cual Gilberto acostumbra inaugurar su Navidad.

La mezcla de estas tres canciones fue su aporte en esta oportunidad y el mensaje es claro, porque preservar las tradiciones es un trabajo que involucra a la música, para garantizar que las nuevas generaciones le den continuidad.

Se termina un año que marcó nuevamente la senda del éxito en su carrera. Obtuvo el Premio Grammy al Mejor Diseño de Empaque por su disco “Colegas”, y si bien ratifica que nunca ha sido de buscar premios, en esta oportunidad lo quería, porque entendió que se trataba de un álbum especial, no solo para él, sino por todas las personas que lo integraron, algo que difícilmente se puede repetir. Ahora está nominado al Grammy Anglo.

De otra parte, fue reconocido con el Premio a la Excelencia por su trayectoria, al lado de otros artistas de su altura. Afirma que al escuchar esa mención pensó que era una equivocación, sin embargo, al corroborarlo sintió un genuino orgullo por haber integrado esa “liga mayor”, que le indica que las cosas se han hecho bien.

Un poco más del artista

Asentado en su natal Puerto Rico, a la espera de las fechas especiales y con el dulce sabor del retorno a los escenarios, Gilberto Santa Rosa es consecuente con lo que expresa y se muestra agradecido ante tantas oportunidades que ha podido desarrollar en pro de la música.

¿Cómo fue volver a los escenarios?

He podido en estos dos años tomar todo lo que la tecnología nos ofrecía para no perder el contacto con el público, pero sentir la energía de la gente en el escenario es insustituible, teníamos tantas ganas de hacer música, como esas personas de escucharla. En más de 20 presentaciones, quedamos con mucha satisfacción. La primera fue en El Paso Texas y para que no se nos olvidara como son las giras, nos “recibió” un percance y tuvimos que atravesar el desierto por diez horas en carretera a una temperatura altísima, por las redes comunicamos el atraso, al final, la gente esperó y el concierto fue mágico.

Empezaron en Puerto Rico, ¿qué sentiste en “Camínalo pa’l Choli”?

La casa es la casa. Siempre he dicho que tengo en mi país casa y plaza, hacer ese tipo de presentaciones como local me llena de orgullo y agradecimiento, cuando me avisaron que sería el primero, me preocupé porque no sabía si la gente estaba lista, pero luego no nos queríamos ir.

¿Por qué la música portorriqueña es tan importante en Navidad?

Hay muchos países, incluso tan cercanos como República Dominicana que han adoptado nuestra música. Es un fenómeno que incluye temas de otros lugares y que tras versionarse en la isla, pasan a ser los más escuchados y conocidos.

Cuando hago música de Navidad, mi primera opción es la tradicional popular portorriqueña a la que le añado algunas cosas nuevas, pero me gusta versionar las ancestrales porque mantienen la magia de lo que fue y queremos que se mantenga en esta época.

¿Cuáles son las que más te gustan?

Prefiero las del Gran Combo, también las de cantantes muy típicos, como es el caso de Chuito El de Bayamón, Ramito o Baltazar Carrero, que dejaron temas navideños muy interesantes. Mis primeras décimas las aprendí de David Pumarejo, quien mezclaba la música con el humor. Luego llegaron Willie Colón y Héctor Lavoe con sus clásicos de “Asalto navideño”.

¿Qué tiene de especial la Navidad boricua?

Es muy larga, se mezclan unas cuantas cosas. Empieza en la celebración de Acción de Gracias al finalizar noviembre, pasa por diciembre, Día de Reyes el 6 de enero, el 7 le siguen las “octavitas”, que son ocho días, pero alguien a que le gustaba mucho la fiesta se inventó además el “octavón”, sumando ocho días más y a eso se añade una fiesta tradicional en el Viejo San Juan que se llama Fiesta de la Calle San Sebastián, que sin ser tan antigua, tiene tradición y extiende la festividad, haciendo de la Navidad boricua, la más larga.

¿Cómo celebras la Navidad?

En familia, con amigos íntimos. No soy de muchas fiestas, pero siempre tiene que haber música en las reuniones. Antes, cuando tenía menos años y más temeridad, hacíamos parrandas con los amigos, acá consiste en llevar música y entrar a las casas donde éramos recibidos con trago y comida, las mismas fueron evolucionando y pasaron de pocos instrumentos de cuerda a otros más grandes, al punto que llegábamos con un camión. Me divertía mucho.

¿Cuáles son tus mejores recuerdos de la Navidad?

Tenía 11 años y un grupo de amigos con inquietud musical, pero no había instrumentos, tocábamos con latas y hasta encima de los carros, mucha percusión. Para esa época eran los Reyes Magos los encargados de dar el regalo, decidimos entonces pedir el instrumento que cada uno deseaba, yo cantaba y tocaba la tumbadora. Mi papá habló con los Reyes y me trajeron además de la tumbadora, dos discos de Eddie Palmieri y uno de Ray Barreto. Esos fueron mis regalos del año 1973.

¿Qué esperas para este nuevo año?

Creo que todos estamos esperando salir de esta pandemia. Puede parecer trillada mi respuesta, pero todos los años espero que tengamos un mundo en paz, estamos viviendo tiempos violentos, llevándonos a rayar en lo insensible, ojalá que no falte alimento en ninguna mesa y que todos tengan acceso a la educación, porque eso es lo que va a sacar al mundo del estancamiento.

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