La vida con Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC) puede ser difícil. Es una afección crónica ocasionada por la obstrucción e inflamación de las vías respiratorias, lo que dificulta la respiración y puede representar un desafío para que los pacientes sigan con su vida normal.
A medida que progresa, y si no se detecta y trata a tiempo, esta condición destruye el tejido que intercambia el oxígeno, disminuye progresivamente el flujo de aire desde los pulmones y reduce la calidad de vida.
Pero detectarla también representa un reto. Los síntomas pueden empezar muy leves y, en algunos casos, confundirse con otras condiciones como sobrepeso o, incluso, la vejez. En Colombia, a pesar de su alta mortalidad y prevalencia, alrededor del 70% de las personas que viven con la enfermedad no tienen conocimiento de su situación.
Por ello, es clave reconocer los síntomas y acceder rápidamente a terapias que controlen su desarrollo. La evidencia demuestra que iniciar a tiempo tratamientos de dosis diarias puede ayudar a controlar esta enfermedad y disminuir la probabilidad de episodios de crisis, también conocidos como exacerbaciones, que el 77% de los pacientes puede experimentar entre 1 y 4 veces al año y que aumentan la probabilidad de muerte.
La OMS estima que la EPOC es la tercera causa de muerte a nivel global. En Colombia, junto a otras enfermedades crónicas de las vías inferiores provocan alrededor del 23% de las muertes por enfermedades no transmisibles, y fueron la segunda causa de mortalidad no fetal en 2019 y la cuarta en 2020, luego del Covid-19 diagnosticado, infarto de miocardio no especificado y Covid presuntivo.
A continuación, expertos de GSK comparten tres claves que pueden ayudar a reconocer los síntomas y acceder a terapias para tomar el control, mejorar la vida, vivir cada respiro y darles más aire a los pulmones.
Reconocer la enfermedad y actúar
Los principales síntomas son falta de aire, una fuerte presión en el pecho, tos crónica, pérdidas de peso repentinas y falta de energía. Además, algunos factores de riesgo aumentan la probabilidad de desarrollarla, entre el 25% y el 30% de quienes tienen el hábito de fumar la padecerán; de hecho, es conocida como la enfermedad del fumador.
Pero los fumadores no son los únicos. La exposición ambiental al humo del tabaco para fumadores pasivos, la contaminación del aire en interiores y los polvos, y humos y productos químicos ocupacionales son factores de riesgo.
La terapia reduce los riesgos
Se requiere un diagnóstico y tratamiento temprano para retrasar la progresión de los síntomas de la EPOC y controlar su desarrollo. Por ello, es clave estar atento a los síntomas e iniciar tratamientos, tanto farmacológicos como no farmacológicos, según indique el médico, que pueden reducir la probabilidad de agudizaciones, hospitalizaciones e incapacidades de largo plazo.
Desafortunadamente, a pesar de la evidencia que demuestra la efectividad de la terapia, en Colombia solo el 20% de los pacientes que cuentan con un diagnóstico tiene prescripción de medicamentos controladores.
Autocuidado
Sumadas a un diagnóstico y una terapia definidas, las acciones de autocuidado y los cambios en el estilo de vida pueden ayudar sustancialmente a controlar la EPOC. Dejar de fumar, tener una alimentación sana y mantenerse activo son claves a la hora de darles más aire a los pulmones y alcanzar una buena calidad de vida.