El regreso de una temporada que marcó cambios que se dieron de manera general y por la fuerza, no ha resultado del todo satisfactorio en algunos entornos y personas, las situaciones se tornaron difíciles y volver a la rutina ha expresado alteraciones en la salud que han ido más allá de un simple malestar y es lo que comúnmente se está calificando como estrés.
Para abordar el tema, la psiquiatra Laura Saavedra del Centro Hospitalario Serena del Mar, indica que el estrés es una tensión provocada por situaciones que son agobiantes y que puede expresarse con síntomas tanto emocionales como físicos. Todas las personas, en algún momento de su vida están expuestas al estrés.
En ese orden de ideas, la profesional advierte que el estrés puede manifestarse con ansiedad, angustia, insomnio, tristeza, irritabilidad y es muy frecuente que se presente con alteraciones en el patrón alimentario, de allí que derive en deseos de comer más de lo acostumbrado o productos ricos en calorías, mientras que en algunos casos la inapetencia aparece.
Como se indicó, las manifestaciones físicas también son parte de este proceso y es aquí donde el estrés lleva a sufrir náuseas, vómitos, estreñimiento, diarreas, dolores de cabeza, tensiones musculares, espasmos y el bruxismo ante una situación incontrolable. La doctora Laura Saavedra advierte que el estrés no se puede evitar, pero sí se logra influenciar en qué tanto afecte o no.
El normal que frente a una situación cotidiana, como lo es una evaluación surja el estrés y sea el sueño el que se vea alterado, pero ese momento de angustia esperable ayuda a prepararse para la situación que se va a enfrentar. Es muy similar al que se presenta en una pareja que se va a ver y empiecen los preparativos que llevan a un escenario estresante, mas no negativo.
El problema se presenta cuando la respuesta emocional o física es desproporcionada y paraliza o no deja actuar y genera una alteración en la funcionalidad normal. Si el rendimiento se ve afectado, es un indicador que el estrés está generando un impacto sobre el bienestar y es cuando se hace necesario actuar y buscar formas para resolver.
Acciones para tener en cuenta
Como todo en salud, siempre serán mejores las acciones preventivas, es por esto muy importante determinar los detonantes de estrés para implementar estrategias que le permitan minimizar la situación. Algunas realidades serán altamente estresantes y no se pueden evitar, entonces dependiendo del contexto se pueden implementar estrategias de distracción como escuchar música relajante o el sonido de preferencia, otra forma es concentrarse en imágenes de un recurso visual que lleve a la relajación.
Lo anterior obedece a tratamientos implementados en casa, ya con un componente profesional, están las ayudas psicoterapéuticas, en las que una persona puede entrenarse para manejar su estrés. Estas acuden a las técnicas de relajación, de respiración correcta que y el mindfulness.
La actividad física no solo abona al bienestar cardiovascular, existe evidencia en la reducción de ansiedad y depresión, por lo que se hace importante el movimiento y en eso es recomendable al menos 30 minutos de caminata rápida tres veces por semana.
De otra parte, al eliminar hábitos como el consumo de comidas ultra procesadas, las bebidas cafeinadas, incluyendo los energizantes, las sustancias psicoactivas y aumentar la hidratación y una buena higiene de sueño, se logra contrarrestar el riesgo de depresión o ansiedad.