En las postrimerías del siglo pasado, el sonido en República Dominicana experimentó una evolución inusitada. La isla, cuyo legado musical a través de sus excelsos exponentes, es de amplio conocimiento, se puso en los primeros lugares con un álbum que estaba destinado para hacer historia.
“Pa’ otro la’o”, así se llamó ese compendio de éxitos que con sólo un acorde mueve el cuerpo y es inevitable bailar. El responsable de esa sacudida sonora no fue otro que Pedro René Peralta Soto, y para quienes no reconocen ese nombre, se trata de Chichi Peralta, el talentoso músico que después de 26 años de cumplir ese alcance, sigue reuniendo los sonidos del mundo en una sola propuesta.
El artista ha trabajado sobre una base rítmica enriquecida, un concepto que denominó World Latin Music y que ha marcado la diferencia. Sin embargo, antes de crear su agrupación Son Familia, hizo su valioso aporte a la exitosa Familia André, de la que afirma fue su escuela, toda vez que del desaparecido maestro Fernando Echavarría aprendió todo lo relacionado con la internacionalización del producto.
Chichi estuvo en la parte percusiva de temas como “De oro” y “Marcela”, por nombrar algunos. Y dando continuidad a su destreza musical, estuvo por casi una década al lado del también dominicano Juan Luis Guerra y su 440, un trabajo inspirador de ida y vuelta que le permitió crear patrones que la agrupación aplicó desde “Bachata rosa” hasta “La bilirrubina”, entre otros. La experiencia se tradujo en el conocimiento a fondo de la industria. (Lea aquí: Juan Pablo Vega, la otra mitad de los artistas)
Cartagena, la gran puerta de entrada
Para Chichi Peralta, Colombia es su segunda patria, y Cartagena, la puerta de entrada a un mundo que lo ha aclamado. Participó en el primer Festival de Música del Caribe y en una de las tantas visitas, recibió las llaves de la ciudad, un motivo más de orgullo y vínculo de corazón.
Valora de su estancia en La Heroica la oportunidad de conocer a Joe Arroyo, con quien pudo abordar temas en común relacionados con la música, de otra parte, recuerda haberse hospedado en el Hotel Don Blas y recibir desde su habitación no sólo el influjo del mar, también del sonido de cajas y acordeones que recorrían la playa. “Eso se queda en el alma y al tratar de hacer un arreglo, inevitablemente sale, por eso siempre busco la sonoridad y la música desde un punto de vista diferente”, advierte.
Con respecto a la permanencia de sus temas en el sentir popular, agrega que en buena medida es una retribución del cariño que le da la gente. “Creo que es algo que no viene de mí, aun cuando soy quien lo ejecuta, todo esto viene de Dios, a quien le doy toda la gloria por regalarme el don de llegar a todos”, manifiesta demostrando su lado más espiritual.
El dominicano se mueve por todos los géneros, ha sido un innovador y se convirtió en un referente, sin embargo, el interrogante de muchos es cómo ha fusionado tantos ritmos, llegando a un sonido único, sencillamente Chichi Peralta no suena igual a otros. “Vuelvo a agradecer a Dios y a mi papá, él me inculcó desde niño los sonidos del mundo a través de la percusión; ponía música de Elvis y me pedía que me sumara con la tambora o con otro instrumento, así llegué a la cumbia, vallenato y todo se me fue quedando, esas sonoridades han sido mi guía”, agrega.
En su proceso creativo las canciones van naciendo, no hay una fórmula establecida y aunque tiene varios referentes para su música, se basa en fusiones desde lo etno-folcórico-sonoro-musical, toda vez que es un convencido de que en las raíces está todo, afirmando que es en buena medida lo hecho por Carlos Vives, quien vistió de sonoridades la raíz musical colombiana.
Es de anotar que el quisqueyano trabajó con la London Symphony Orchesta en Abbey Road Studios en tres oportunidades, grabando su música con Sir Colin Davis, uno de los directores más importantes del mundo, un honor difícilmente comparable, aunque también afirma que lo seducen los sonidos africanos y así llegó al bullerengue de Petrona Martínez, dos extremos que impactan directamente en el público.

Un disco referente
Es inevitable hablar de “Pa’ otro la’o”, ese álbum que ha hecho historia. Y lo define como el deseo de crear una sonoridad específica que atrajera, al final, un tanto disruptivo para la época, pero con total aceptación.
“Todos los temas del disco tienen una cadencia interesante, con fusiones de agrupaciones folclóricas y antiguas, como ‘Los muñequitos de Matanzas’ o el dúo ‘Los compadres’, ambos de Cuba, y es así como la canción “Procura” es un son mezclado con jaleo de merengue, donde hago referencia un insigne músico africano al decir ‘honor a Hugh Masekela’, y que en Colombia cambiaron la frase por ‘cuándo la yuca se quema’. También podemos ver esa mezcla en ‘Sol de verano’, que empieza como un son y después se mete a la India con un sinnúmero de instrumentación que lo hacen atemporal”, manifiesta divertido.
El sonido de Quisqueya
Si bien la universalidad sonora es un patrón permanente en su música, Chichi Peralta mantiene la identidad cultural y es por eso que se siente propiedad en la bachata, el son, el merengue y todos los jaleos que le acompañan a ese swing y tumbao que caracterizan a Quisqueya.
Aunque toda la música que se conoce de este artista es de amplio dominio y algunos temas son más exitosos que otros, él no duda en afirmar que el álbum que más lo enorgullece en su carrera es el que está próximo a salir, se compone de 14 temas con sus videos y lleva por nombre “Endorfina”.