El tema de baja visión ha cobrado fuerza en la actualidad, toda vez que se trata de una discapacidad que ha carecido de la atención necesaria. Son muchas las personas que se enfrentan a un problema visual que pudo ser corregido a tiempo y de esta manera evitar el triste desenlace de la inminente ceguera.
Cuando ya la condición está dada, se requiere de ciertas pautas para mantener la calidad de vida del paciente, es por eso que se ha creado el área de Baja Visión, un departamento que se encarga de manejar a esa persona que ha pasado por todos los tratamientos y procedimientos, con una patología degenerativa y no corregible, y poner en funcionamiento eso que ellos llaman “resto visual”, para que continúe con sus actividades diarias, advierte la doctora Heidy Visbal, optómetra de la Clínica Oftalmológica de Cartagena.
Dentro de la consulta existen objetivos que se pueden rehabilitar y otros no, aclara la profesional, al tiempo que advierte que hay que ser conscientes de lo que se puede hacer y explicar muy bien al paciente el proceso que van a iniciar.
Es de vital importancia para el paciente el acompañamiento familiar, porque son muchos estados a los que se ha de enfrentar durante el proceso, iniciando con la negación del problema, hasta que su parte psicológica acepte y entonces se tendrá un alto porcentaje de éxito en el tratamiento y la rehabilitación.
LA CONSULTA
Durante esta fase, se realizan las pruebas clínicas, que ayudan a dilucidar el caso, también se hace con el paciente un consenso de los objetivos que desea rehabilitar, teniendo en cuenta cuál es su mayor dificultad, para de poderse, trabajar unidos en la búsqueda positiva de ese propósito. Si en el proceso, se encuentra la forma de recuperar otros objetivos adicionales, eso es ganancia, indica la doctora Heidy Visbal.
Dentro de esa consulta se van a señalar las ayudas ópticas y no ópticas, las cuales se componen de unos dispositivos que le van a favorecer al paciente desempeñarse en lo que ya su discapacidad no le permite. Magnificadores, telescopios, ayudas electrónicas, entre otras, conforman los recursos ópticos, mientras que la iluminación dirigida y guías de lectura, hacen parte de los no ópticos.
Facilitar la vida diaria del paciente es lo que se busca mediante este proceso que adelanta esta área, pues la pérdida de visión alcanza un punto de no retorno y ante eso sólo resta la preparación consciente y la ayuda en familia.
Una vez se han probado las ayudas y se determina el estado del paciente, éste pasa a la rehabilitación, otro capítulo de la baja visión, donde se requiere el acompañamiento de otras personas que le ayudarán a sacar el mejor provecho a todo lo anterior.
Adicional a esto, el paciente pasa por otras áreas, dependiendo de su problema, las cuales incluyen técnicas de vida diaria, que incluyen orientación y movilidad, ya que sus funciones no se deben suspender, por eso las herramientas se deben dar.
Con todos estos procesos, el área de Baja Visión busca erradicar la ceguera para el año 2020, en convenio con la Cátedra Unesco, creando el Nodo Bolívar, para sensibilizar desde los médicos generales, colegios, familias, hasta el paciente que empieza a padecer el problema, pues se trata de un compromiso general.