El cuerpo de Maryuris de La Hoz fue abandonado en un monte al lado de una carretera el Martes Santo, cerca de Sabanagrande (Atlántico). Tenía la cara cortada.
Según el coronel John Urrea, estas actividades contribuyen al fortalecimiento de capacidades de los productores. La actividad permitió exhibir y comercializar productos agrícolas.