La cárcel, ubicada a unos 150 kilómetros de la ciudad de São Paulo, fue inaugurada en 1955 y desde principios de los 2000 recibe a presos “especiales”.
En un comunicado, el MFP subraya que si Brasil no obliga a Robinho a cumplir la condena, el Estado corre el riesgo de permitir la impunidad de un crimen.
Con la emisión de una orden de arresto internacional, el exjugador del Real Madrid y el Manchester City, entre otros clubes, podría ser arrestado si saliera de su país.