La Oficina de Gestión del Riesgo y otras entidades del Distrito están al frente de la atención de esta emergencia, que tiene en jaque a varios sectores.
Líderes comunales de barrios aledaños denuncian conflagraciones constantes provocadas por habitantes de la calle que llegan a quemar cobre y destruyen decenas de árboles.
De 33 hectáreas que alguna vez tuvo la Loma del Marión, ahora solo quedan 1,2. La comunidad se ha apropiado de ella, pero piden mayor apoyo para recuperar el ecosistema.
En el Mirador del Nuevo Bosque se quejan de sus vecinos del Nuevo Bosque porque cerraron sus calles con talanqueras y ahora no tienen forma de acceder en vehículos.