Una intervención hecha por el político Yamilito Arana provocó la gratitud de un barrio; no obstante, algunas voces la definen como “una solución superficial”.
Ya son pocas las familias raizales. Los grandes inversionistas se han ido apoderando de las que antes eran viviendas pintorescas rodeadas de hermosos cuerpos de agua. La contaminación circunda esos lares.