El siglo XXI le trajo a los pacientes y al personal de la salud del mundo una herramienta inesperada: los celulares. La tecnología de estos dispositivos ha avanzado tanto que ahora sirven para medir el ritmo cardíaco, analizar los niveles de glucosa, llevar la cuenta del ciclo menstrual, proveer información rápida sobre buenos hábitos y protocolos de salud, evaluar factores de riesgo y realizar teleconsultas.
Todo lo anterior a través de aplicaciones móviles que en su mayoría son creadas por establecimientos de salud o laboratorios y están pensadas para complementar el diagnóstico y el tratamiento, así como ofrecer toda clase de servicios adicionales a los pacientes.
Muchas están abiertas al libre uso del público y vienen incorporadas dentro de los dispositivos mismos, permitiéndonos un mejor acercamiento a nuestra condición, física o mental, a las prácticas de prevención y al contacto con especialistas.
¿Cómo funciona un app de monitoreo?
Las apps informativas y de teleconsultas se explican solas, pero seguramente estará preguntándose cómo es que un celular puede suplir (temporalmente) al estetoscopio, el tensiómetro o los exámenes de laboratorio. La respuesta es muy sencilla:
• En el caso de las que miden el ritmo cardíaco, el pulso o la presión arterial, el usuario utiliza la cámara del celular para escanear las zonas de su piel donde mejor se puede detectar el pulso cada cierto tiempo, permitiendo a esta calcular dichos valores al evaluar cómo se eleva y baja la piel. Debe tener en cuenta que el resultado es aproximado y puede no ser correcto.
• Las app que sirven para el control de la glucosa, estas se sincronizan con un glucómetro. El instrumento envía sus mediciones a la aplicación y esta las procesa, analiza y archiva.
• Por último, las app que sirven para calcular el ciclo menstrual hacen predicciones a partir de la información que el usuario les provee con el tiempo (cuándo ha llegado anteriormente, patrones de sueño, temperatura durante el reposo, entre otras). Este mismo principio (la gestión honesta por parte del usuario) rige a las aplicaciones que se utilizan diagnosticar factores de riesgo de ciertas enfermedades y a superar condiciones como el tabaquismo.
No está de más recordar que estas aplicaciones no reemplazan a los controles médicos y que lo mejor es reportar cualquier anomalía con el doctor o especialista. Recuerde no automedicarse y que la función de estas aplicaciones es de acercamiento, no de reemplazo. Le puede interesar: Desarrollan una aplicación que “clasifica” la salud mental del usuario.
¿Quién las regula?
Estas aplicaciones deben ser aprobadas por los organismos máximos de salud de los países donde se crean. En los Estados Unidos, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) se encarga de darles el visto bueno. En Colombia, ese papel le corresponde al Ministerio de Salud.
Por diferentes razones, las aplicaciones que son compatibles con Android pueden no serlo con iOS y viceversa. No olvide consultar a su médico para darles un mejor uso.
¿Qué aplicaciones se han hecho en Colombia?
Clínicas como la Cardioinfantil de Bogotá y varias EPS tienen sus propias aplicaciones. Su función principal es brindar información y servir como línea de atención al paciente para agendar citas, pedir medicamentos y buscar consejos de salud. El Ministerio de Salud, por su parte, ofrece herramientas como Conoce tu Riesgo (aplicación para conocer el riesgo de diabetes y algunas enfermedades cardiovasculares), Autocuídate (para abandonar el tabaquismo), Comunidad Salud (para reportar escenarios de riesgo en la salud pública), SexualiApp (que brinda educación sexual) y SaludDatos (para conocer los principales indicadores demográficos y epidemiológicos a lo largo del país), entre varias otras. Puede leer: Dadis lanza aplicación para promover la salud infantil.