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Ser papá, el papel de la vida de Lincoln Palomeque

Comenzó junio, el mes en el que celebramos a los otros dadores de vida: los papás. Lincoln Palomeque asegura que Matías, su hijo, es el proyecto más maravilloso de su vida.

Siempre que se habla de Lincoln Palomeque se piensa en televisión, en cine, en modelaje, revistas, estrenos y más estrenos, pero hay un papel que le ha cambiado la vida y que está lejos de cualquier pantalla: ser padre.

Este actor y modelo, que nació en Cúcuta hace 42 años, no se cambia por nada ni por nadie. Después de haberse graduado como administrador de empresas y trabajar en varias discotecas, descubrió su talento para el arte y consiguió lo que muchos apenas alcanzan a soñar: entrar en el reñido mundo del entretenimiento colombiano y construir una carrera sólida. Comenzó en 1998 con el papel de Javier en la siempre recordada serie ‘Padres e hijos’, siguió con producciones como ‘Momentos de gloria’, ‘Francisco el Matemático’, ‘Isabel me la veló’, ‘Hasta que la plata nos separe’ y ‘Las muñecas de la mafia’, hasta llegar en 2019 a ‘La reina del Sur 2’.

Ha llegado a Cartagena de Indias para trabajar en otra de sus facetas artísticas, la de modelo, y quisimos dedicarle esta página de Facetas -precisamente- para hablar del mejor y más importante proyecto de su vida: Matías, su primer y hasta ahora único hijo con la famosa presentadora caleña Carolina Cruz. Este es Lincoln Eduardo Palomeque Sandoval, el papá.

¿De qué manera te ha cambiado Matías la vida?

-Todo, me ha cambiado todo. Uno nunca se imagina cómo es este amor, sí le escuchas a tus amigos, a los primos, pero jamás me imaginé que el amor por un hijo, por un ser humano tan chiquitico, fuera así de grande, de intenso, de verdadero, entonces todos los días disfruto. Cada día es un aprendizaje, salen con cosas nuevas, palabras nuevas, miradas, cualquier cosa nueva... Acaba de entrar al jardín, por ejemplo, y es una maravilla porque llega a contar en sus palabras, porque además es un loro, llega a contarnos lo que vio. Ya como nos recibe, cuando timbramos, él sale corriendo y nos abraza. Ya manda mensajitos. La verdad estoy enamorado de mi hijo.

¿Qué es lo más bonito y lo más difícil de ser padre?

-Lo más bonito es todo lo que vas descubriendo día a día de la mano de él, porque vas aprendiendo de él... uno no tiene el manual de cómo ser papá debajo del brazo de una vez, estás aprendiendo con él todo el tiempo porque ellos (los niños) también son una esponjita que van absorbiendo todo, y como digo yo: hay que echarse la bendición para que todo lo que uno está dando de verdad sea la mejor educación y lo malo, pues no, es difícil encontrar algo malo porque todo es maravilloso... Lo más difícil... las trasnochadas, evidentemente son lo más complejo de llevar, porque al principio tienes que estar pendiente cada dos o tres horas de él, que si llora, que si duerme, que si tiene que comer, que se hizo popó, entonces obviamente es un trabajo en equipo con su pareja.

¿Cuáles son los sacrificios más grandes que has hecho por él?

-Bueno... esto realmente es como molestando en realidad... pero el sacrificio más grande es que yo amo el fútbol, me encanta ver fútbol, veo mucho fútbol todo el tiempo, pero si llega Matías y me dice: “Papi, muñecos”, inmediatamente cojo el control y lo cambio, así esté viendo la final de la Champions League, y lo bonito es que lo cambio sin problemas. Es decir, es una cosa que nace, no es una cosa obligada, simplemente se te da.

¿Cómo fue la relación con tu papá?

-Mi relación con mi papá... Mi papá se fue de la casa cuando yo tenía cinco años y lo volvimos a encontrar cuando yo tenía 17 años, entonces tuve la oportunidad de compartir con él dos años y no más, así que digamos que lo que te puedo contar es que para mí fue un gran amigo, porque en esos dos años lo que hicimos fue fortalecer una relación de amigos, más que de papá e hijo, porque dos años eran muy poco tiempo y cuando tenía cinco años... pues ni me acuerdo. Mi papá murió y cuando eso pasó sentí que se fue una gran persona porque la vida nos permitió reencontrarnos y hacer las pases, sanar cosas, y fue un gran amigo.

¿Cómo crees que ha cambiado la forma como vemos la paternidad a través de los años?

-En realidad es que eso depende mucho de lo que viva cada quien y cada pareja. En mi caso, tengo que decirlo, para mí es una bendición porque por mi oficio y el oficio de Caro (Carolina Cruz), podemos, trabajando en equipo o los dos a la vez, de compartir mucho tiempo con él. Y lo digo porque hay muchos papás que lamentablemente tienen que salir a trabajar desde las seis y media de la mañana y vuelven a la casa a las nueve y media de la noche, y cuando llegan ya los niños están dormidos, entonces no los ven, pero aquí es un tema donde, por ejemplo, mi última serie (de televisión) la terminé en diciembre, todo este semestre descansé esperando una nueva serie, me dediqué como a dos películas que lanzamos y a una serie en Estados Unidos (ahora voy a Miami a promocionar ‘La reina del Sur 2’), entonces he tenido todo el tiempo para levantarme con él, compartir con él, quedarme viendo televisión con él hasta las nueve o diez de la mañana y ahí ya arranco a hacer mis cosas personales... y cuando ya me voy, llega Carolina y se queda con él, entonces está muy acompañado y es una bendición tener ese tiempo con él.

Una anécdota con Matías...

-Hay algo muy bonito, y es que tengo una foto que mi mamá guardó, del día que me dejó por primera vez en el jardín -colegio-, justo en la puerta, en uniforme y justo entrando al primer día de clases. En su primer día de jardín (de Matías), que comenzó las clases hace como una semana, tenía un montón de cosas que hacer, pero corrí todo porque quería estar ahí y tener la misma foto; entonces lo llevé al jardín, lo paré en la puertica, con el uniforme exactamente y le hice la misma foto que hizo mi mamá hace tantos años.

¿Cómo sueñas a tu hijo, quieres que sea como tú?

-Quisiera que sea deportista, si hablamos de que se dedique a algo. Que le guste el deporte, pero en realidad lo que siento es que donde él sea feliz tenemos que apoyarlo. Si la pregunta es que si me muero porque sea actor... No, si lo escoge, pues es buenísimo, va a ser muy chévere para mí también, pero realmente lo que él quiera.

¿Qué sentiste el día que nació Matías?

-Ese día fue complejo porque fue una mezcla de emociones; primero, la bendición de recibirlo, que llegó bien, que llegó sano... Digamos que llegó bien, pero necesitó ayuda. Por el clima de Bogotá, a veces los niños no nacen con los pulmoncitos desarrollados al cien por ciento y entonces hay que ayudarlos. Recuerdo que empecé a ver caras de que algo estaba pasando y para resumirte el cuento, Mati terminó en la (UCI) Neonatal y demoró un mes con oxígeno, mientras los pulmoncitos maduraban. Fue la emoción de recibirlo, pero él conectadito con cables, no era nada grave, pero en ese momento no lo entendíamos, pero hoy en día Mati es un niño sano.

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Aunque Matías apenas cumplió dos años, ha significado el cambio más radical y feliz en la vida de Lincoln. El niño sonríe y el padre siente explotar de la felicidad; él enferma y Lincoln padece un sufrimiento grande, como si le estuvieran apretando o exprimiendo el corazón. En cualquiera de las dos cosas, es lo mejor que le ha pasado y ya no puede concebir su vida sin él. Ni siquiera un día.

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Lincoln estuvo en Cartagena el viernes, para protagonizar una sesión de fotos del diseñador Jon Sonen. Se trata de su nueva colección, Nautihs.

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