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Raúl Gómez Jattin: la tragedia del poeta

El 22 de mayo de 1997 murió atropellado por un bus en Cartagena el poeta Raúl Gómez Jattin. Se conmemoran 25 años de su partida y 77 años de su natalicio.

Me resisto a creer que el poeta se arrojó a un bus de servicio público del barrio Zaragocilla en Cartagena de Indias aquella madrugada del 22 de mayo de 1997, hace 25 años, muy cerca del monumento de la India Catalina. Las versiones que recogí esa madrugada coinciden en que el poeta se detuvo en la avenida en varios instantes de indecisión y cruzó sin mirar el semáforo y mucho menos al bus que venía. Raúl había decaído en las últimas semanas y los transeúntes le rehuían y lo trataban como a un indigente. El conductor que lo atropelló no detuvo el vehículo, y solo dijo para justificarse: ¡Ah, es el loquito!, aseveran algunos testigos. El golpe fue certero. Raúl no alcanzó a llegar vivo al Hospital Universitario del Caribe. La prensa regional y nacional se apresuró a registrar el hecho, sin investigar la muerte del poeta, como un suicidio. Nuevas versiones que he escuchado por estos días cuentan que Raúl venía toreando carros y buses desde la avenida Santander, entrando por La Tenaza. Una fuente cercana me confesó que Raúl, adicto a las drogas, iba en busca de ellas muy cerca del cuartelillo de Chambacú. Alguien lo esperaba allí para entregárselas. Lea aquí: Alejandro Ambrad: en el mundo de las mentes innovadoras

La vida del poeta

Al margen de su vida trágica y su enfermedad mental, Raúl prevalece en la literatura del Caribe y de Colombia para el mundo gracias a su obra poética que ha sido traducida al inglés y al francés, y ha sido motivo de estudio en varias universidades. En el 2004 se publicó la antología ‘Amanecer en el Valle del Sinú’, que reúne la obra de Raúl Gómez Jattin, seleccionada y prologada por Carlos Monsivais, en edición de Tierra Firme del Fondo de Cultura Económica de México. Raúl fue, además de gran poeta, un hombre de teatro cuando estudiaba Derecho en Bogotá. Allá sorprendió como actor y director en el montaje Las muñecas que hace Juana no tienen ojos, basado en uno de los cuentos de Álvaro Cepeda Samudio. Raúl puso de pie a más de dos mil personas que escuchaban su poesía recitada en el cerro Nutibara, como poeta invitado del Festival Internacional de Poesía de Medellín. Estaba internado y pidieron permiso al hospital para que leyera sus poemas. Raúl sabía recitarlos con una voz grave de barco viejo que se enfrenta a las tempestades. Gesticulaba, sus ojos enormes y negros de árabe parpadeaban con delirio y pasión, y sus manos de gigante vikingo de más de un metro con ochenta centímetros aleteaban y se sacudían rompiendo el viento que intentaba quebrar las sílabas de sus poemas entre sus labios. Raúl era un lector de la mejor poesía del mundo, conocedor del mundo griego y lector de la historia de la humanidad. Fue profesor erudito de historia en el Colegio Marceliano Polo en Cereté, lector apasionado de Cavafis, Fernando Pessoa, Álvaro Mutis, entre otros. Lector del teatro trágico griego de Sófocles, Esquilo y Eurípides, y lector del teatro trágico inglés de Shakespeare, y devoto de las canciones de Joan Manuel Serrat.

Raúl era asmático desde niño, se crió en la casa de campo Mozambique, en el barrio Venus y en la calle Cartagenita de Cereté. Como bien lo decía la poeta María Mercedes Carranza, “Raúl no pasó de los diez años de edad”. Toda su poesía gravita en su infancia al pie del río Sinú. Sus amigas de infancia, entre ellas Marta Cristina Isabel, su hermana de crianza Sara Ortega de Petro, su padre Joaquín Gómez y su madre Lola Jattin se convirtieron en los personajes de su poesía. Su padre abogado lo inició en la poesía de Luis Carlos López, el gran poeta cartagenero que era amigo de la familia. Raúl Gómez Reynero, tío de Raúl y hermano de su padre, era amigo cercano del célebre Tuerto López. La caricatura famosa del poeta con su cigarrillo en una boquilla fue dibujada por el tío de Raúl. Le puede interesar: Rafael Nadal: “No estoy lesionado, vivo con una lesión”

Una obra alucinante

Su primer libro, ‘Poemas’, que constaba de 20 poemas, apareció en 1980. Raúl tenía 35 años. Fue un cuadernillo publicado por Juan Manuel Ponce, editor. En 1988, la Colección Guberek publicó su segundo poemario ‘Retratos, Amanecer en el Valle del Sinú y del Amor’ (Tríptico cereteano). En 1989, su tercer poemario ‘Hijos del tiempo’, publicado en Cartagena, por Ediciones El Catalejo, dirigido por Sícalo Pinaud. La portada con el poeta en una mecedora, y contraportada con el poeta en una hamaca, es un retrato a lápiz de la artista Bibiana Vélez. En ese mismo año, 1989, Editorial Norma publicó su antología ‘Poesía’ (1980-1989), Bogotá. Integra sus poemarios. Uno de los poemas que prefirió excluir de esta antología es precisamente un poema que dice en uno de sus versos “es que me atropelló una rueda muy pesada”. Premonición de la fatalidad. En 1995 se publicó ‘Esplendor de la mariposa’, poemas escritos en el manicomio y la cárcel. En el 2000 se publicó de manera póstuma ‘El libro de la locura’.

Raúl Gómez Jattin: la tragedia del poeta

Raúl Gómez Jattin.//Foto: archivo.

Algunas visiones críticas

El poeta Jaime Jaramillo Escobar, tal vez el primero en escribirle una carta crítica y elogiosa a Raúl Gómez Jattin en 1980, ante la aparición de su primer poemario, en donde lo eleva a la categoría de Atilas de la poesía colombiana, se preguntaba al leer su obra total, si hubiera sido posible semejante poesía sin la tragedia personal que la acompaña. Jaramillo se pregunta: “¿Podríamos concebir una obra poética tan universal y perfecta como la de Borges sin la tragedia personal que la respalda? ¿Tendríamos los colombianos una obra tan maravillosa como la de Álvaro Mutis sin los desgarramientos y las amarguras de nuestro gran poeta?”.

Al presentar la obra del poeta Gómez Jattin, el Fondo de Cultura Económica precisa que busca acercar a los lectores “a un autor excepcional en la historia de la poesía latinoamericana. La terrible y asombrosa historia de Raúl es, si se quiere, la puerta de entrada al conocimiento de una obra fundamental, pero lo que deslumbra dentro de su temática restringida son los textos, cada vez menos extraños y más arraigados en la sensualidad contemporánea, cada vez más llenos de mundo”. Lea también: Video: la increíble conexión entre Criss y Ronny, los mellitos favoritos

Una flor en la tumba

Los peregrinos de la aldea y del mundo llevan flores a la tumba de Raúl Gómez Jattin en el cementerio de Cereté. Por estos días para la conmemoración de los 25 años de su partida el 22 de mayo, y los 77 de su natalicio el 31 de mayo, se organiza un banquete literario en Cereté para restaurar y mantener el lugar donde reposan los restos del poeta de ‘Hijos del tiempo’. Todo empieza con la lluvia de mayo que lava el cielo oscuro y termina con la lluvia que dispersa el vuelo de los pájaros.

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