En el extremo sur del país se limpia la violencia, la corrupción y la desarmonía a través de la espiritualidad. Los chamanes, curacas, taitas y consejos de ancianos poseen el conocimiento ancestral y acuden a él para tomar decisiones trascendentales de la región.
Las comunidades indígenas del Cauca se reivindican con conversaciones en su lengua, con colectivos de comunicación, con talleres y espacios de cocreación que garanticen sus derechos. Vanessa Teteye Mendoza es periodista indígena Bora-Uitoto de la Amazonía colombiana y sigue con la herencia de liderazgo que le inculcaron sus padres. Ahora transforma, desde el periodismo regional y fronterizo, la manera de contar historias de estas poblaciones.
“Al principio no tenía idea de qué eran los medios de comunicación, más allá de lo que uno se enfrenta con un televisor o radio, lo que llega a la ruralidad. Es un poco irónico porque yo vengo de una familia de liderazgo indígena, comunitario, y el ejemplo que uno tiene es enfocarse en esas dinámicas, en parte por el sesgo y la falta de oportunidades educativas en los territorios”, narra Vanessa. Le puede interesar: Video de la Primera Dama con mujeres indígenas causó polémica, ¿por qué?
Emigró del resguardo más grande de Colombia, el resguardo Predio Putumayo, en la Chorrera Amazonas, hacia la capital del país para estudiar el pregrado. Tras varios intentos en ingresar a carreras de Medicina y Derecho, recibió una beca en el programa de Comunicación Social.
Agenda Propia
Vanessa tiene 28 años, es periodista y coordinadora de comunicaciones del medio independiente intercultural Agenda Propia. Un medio que trabaja bajo una línea editorial que se esfuerza por comprender y analizar los conceptos indígenas, profundizar en los contextos históricos, sociales, geográficos y culturales para visibilizar las transformaciones, memorias y realidades.
Caminan el territorio con las comunidades, vinculan a voces poco visibilizadas por los medios de comunicación tradicionales, narran con dignidad las luchas y realidades de estos pueblos, sin irse a la tragedia o la miseria. Al final agradecen al territorio, a la madre tierra, a la lluvia y a todos los seres que los guiaron a construir una historia.
Un acercamiento dimensionado
Caminar entre la hierba recién mojada es un hito, conversar en la lengua nativa de la población visitada es toda una hazaña. El periodismo comienza cuando se conoce la realidad del pueblo, cuando se reconocen las tradiciones culturales y cuando no se interfiere en ellas.
El reto de Colombia: derribar las brechas de participación entre personas por razón de su pertenencia étnica, de género, clase o cualquier atributo; reducir las desigualdades, generar paz, justicia e instituciones sólidas. El obstáculo: insuficientes seguridades para la participación de esta población en distintos procesos, como los electorales.
La Guajira da un paso al frente con una representación directa en el Senado de la República, y una de las curules es de la abogada de origen wayuu Martha Peralta Epieyú, presidenta del Partido Mais. La otra curul corresponde a la lideresa wayuu Carmen Ramírez Boscán, elegida en el extranjero con 13.225 votos a la Cámara por la suscripción Internacional por el Pacto Histórico.
Cauca, por su parte, también consiguió dos curules en el Congreso: en el senado Aida Quilcué, una de las lideresas más notorias del país, y a Hermes Pete Vivas, dirigente del movimiento indígena para la Cámara.
Tejiendo historias
Aguja y ovillo en mano para tejer una a una las vivencias de los territorios indígenas. Mientras un investigador hila de un lado, los profesores arman el otro, los comunicadores diseñan las formas y los periodistas observan para producir otros tejidos. Según cuenta Vanessa, hace tres años nació la red Tejiendo Historias que está en toda Latinoamérica y tiene más de 300 participantes entre comunicadores, investigadores, profesores, historiadores, comunicadores y periodistas indígenas.
“Buscamos analizar temáticas, vivencias que hay en los territorios, y a partir de ello cocreamos y construimos series con temáticas diferentes como Miradas al Territorio, en la parte norte de Latinoamérica; Voces de la Amazonía, enfocada sobre la cuenca amazónica”, dice con emoción.
La red no solo teje en textos narrativos, sino en formato sonoro, en idioma portugués y, por supuesto, en el lenguaje indígena. “Estamos en las series andinas y ahora también estamos en el ejercicio de la niñez indígena en Latinoamérica. Tratamos que las voces no solamente se enfrasquen en las fuentes principales, como la llaman los medios de comunicación, sino también como se hace, por ejemplo, en esta cocreación de la niñez indígena en Latinoamérica, que la niñez y la juventud sean partícipes de las historias y de sus realidades”, dice. Lea además: ‘Ser indígena no excluye de ser ciudadano’: Weildler Guerra Curvelo
Regresar a la tierra
La narración escrita pasa por todos los ojos de los participantes, se observa que los nombres estén bien escritos, que se haga un buen uso de las palabras y se respeten sus tradiciones; que se respete a la madre tierra o los ritos que se practican. Luego se pasa por una aprobación colectiva y, una vez esté lista, se publica en la plataforma digital, no solo en español sino en la lengua indígena.
El material se regresa a la comunidad en forma de videos, postales y encuentros colectivos.
Los pueblos indígenas del Cauca son pioneros en esta cocreación colectiva y generación de conocimientos a través de la comunicación, forma en la que dignifican su cultura y visibilizan las realidades que tradicionalmente no se contarían.
*Esta una de las crónicas realizadas como parte del proceso formativo de la Escuela de Liderazgo Público para Periodistas, gracias a la alianza entre ANDI Seccional Bolívar, Traso Colectivo de Transformación Social, Universidad Tecnológica de Bolívar, Seres Consulting y la Escuela de Formación El Universal, con el apoyo y respaldo de Argos y Cabot. Lea el especial completo aquí.