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Liliana Camargo lucha por la mujer emprendedora

Trabajar por la igualdad de género desde dentro de la casa es la lucha diaria de la abogada Liliana Camargo.

Lucía* estudió psicología hace algunos años, pero desde que se convirtió en mamá decidió dejar su profesión a un lado para dedicarse a cuidar de sus hijos. Por fortuna, la ayuda su esposo, que es policía, y es él quien sigue escalando en cumplir sus sueños a nivel laboral, pues continúa realizando cursos de ascenso para culminar su proyecto de vida, pero... ¿y los sueños de Lucía? Ella deposita sus esperanzas en buscar un empleo y ejercer como psicóloga cuando sus niños crezcan, y tengan aproximadamente seis años.

La abogada Liliana Camargo se pone en los zapatos de estas mujeres, tanto le duele la situación de su género femenino que se puso en la tarea de ir a los barrios populares de Cartagena para ayudar a quienes tienen sus emprendimientos estancados. Lea aquí: Emma Doris López: una mujer que defiende a la mujer.

“Nadie puede entrar en el núcleo familiar, pero sí llegar a la mujer y hacerle entender que ella puede continuar su proyecto de vida, y que la crianza es compartida, entonces los hombres tienen que colaborar en la crianza y si eso es así, ellos toman consciencia y le dará tiempo a ella de trabajar o de emprender... buscar la manera de gestionar sus recursos e independencia económica”, reiteró Camargo.

Liliana Camargo lucha por la mujer emprendedora

Trabajar por el emprendimiento de la mujer es una de las pasiones de la abogada Liliana Camargo.

Y... ¿quién es Liliana Camargo? Una mujer guerrera que sabe lo que significa ser mujer, mamá y profesional. Admite que no fue fácil su rol en una ciudad como Cartagena, pero al tiempo reconoce que fueron los estudios y su disposición de crecer los que la llevaron donde está hoy: es especialista en Derecho comercial, especialista en Docencia universitaria, magíster en Desarrollo social, conciliadora en derecho y directora de un consultorio jurídico en la ciudad. Pero la cereza del pastel, y quizá una de las cosas más importantes que la hacen sentir orgullosa, es haber fundado la coorporación ‘Círculos de igualdad’.

‘Círculos de igualdad’ es una corporación joven. Nació en la pandemia como resultado de un programa que adelanta hace más de tres años y que también se llama Círculos de igualdad.

Es una corporación joven. Nació en la pandemia como resultado de un programa que adelanta hace más de tres años y también se llama Círculos de igualdad. La corporación desarrolla este programa con la intención de que puedan participar en convocatorias, algo que de persona natural no es posible.

Trabajan por los derechos de la mujer

El programa tiene varias acciones como desarrollar proyectos para empoderar a las mujeres y ayudarles a que luchen contra la violencia cotidiana, este proyecto específico se llama ‘Familias sin etiquetas’. El otro proyecto se llama ‘Cambia el chip, crea oportunidades’, donde buscan crear grupos en las diferentes comunidades para sensibilizarlas frente al tema de los estereotipos arraigados a las familias, con los que crecen y limitan el desarrollo de la mujer.

Liliana Camargo lucha por la mujer emprendedora

‘Círculos de igualdad’ es el programa para capacitar a mujeres.

Desde esa sensibilización se dan las capacitaciones, luego son invitadas a descubrir sus habilidades y competencias (las que muchas de ellas dejaron de desarrollar) por esos estereotipos.

“Mujeres que, de pronto, soñaron con ser algo, pero cuando se casaron se dedicaron a atender a los hijos, a cuidar la casa, mientras que el padre sí continuó su proyecto de vida. Tratamos de llegar a ellas para sensibilizarlas: la maternidad no es motivo para detener el proyecto de vida”.

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En los barrios

“Todo tiene su ciclo y tiempo, así que decirle a una mujer: sal a buscar trabajo y deja a los niños solos no es la idea. Es un proceso de adaptación y hay que ir acompañándolas en ese proceso, en el que trabajamos con campañas en los barrios. Hay una en curso que se llama ‘Es hora de cambiar’, llegamos a los diferentes hogares con ese mensaje de que hay algunas conductas normalizadas, naturalizadas, que afectan la dignidad de la mujer y hay que cambiarlas. Por ejemplo: los hombres que dicen que las mujeres son exageradas y locas, y por naturaleza el hombre es mujeriego. Frases como ‘Es una loca celosa porque soy hombre y por naturaleza nosotros podemos tener más de una mujer’, o, ‘Si llego y no me tiene el almuerzo caliente, la ropa organizada, me molesto porque eso le corresponde a ella’. ‘No se justifica que si yo llego como hombre a la casa, ella no tenga las cosas al día’. Esas situaciones dentro del hogar son producto de una normalización. Hay conductos como: ‘Ella se queda cuidando a los niños mientras yo trabajo, porque cuidar a los niños es cosa de mujeres’, entonces no solamente los hombres sino la mujer siente una presión social porque el tema del cuidado de los niños en cabeza de ella es aceptado también por otras mujeres”, dijo Liliana. También reitero que, aún en estos tiempos, no es raro que a la mujer la tilden de mala madre por trabajar y dejar a los hijos con otra persona. Lea también: Consultorio Rosa abre sus puertas a las mujeres bolivarenses.

Por eso el programa se llama Círculos de igualdad, porque no es un programa que solo trabaja con las mujeres y los culpables son los hombres, sino que cuando se habla de igualdad hay que pensar que tanto los hombres como las mujeres. Las mujeres que, por falta de esa sororidad, juzgan a las otras mujeres, entonces contribuyen a afianzar y normalizar esos estereotipos.

*Nombre cambiado.

En el caso de mujeres víctima de violencia, requieren ayuda institucional, pero desde círculos brindan asesoría jurídica, orientación.

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