<img src="https://sb.scorecardresearch.com/p?c1=2&amp;c2=31822668&amp;cv=2.0&amp;cj=1">

Fotos: barniz de Mopa - mopa, el único e inigualable arte de Pasto

Declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco, este es el arte que enorgullece a los pastusos.

Me impresiona ver cómo Germán Obando mete sus dedos en un calderito con agua hirviendo sin siquiera inmutarse. Es más, sonríe naturalmente mientras agarra una sustancia que en el instante antes de ser echada al agua caliente era una resina dura, pero que ahora, en sus manos, luce como un pedazo de chicle menos duro y más caliente que él amasa y ablanda. Amasa y ablanda. Amasa y ablanda con la paciencia del artesano que ha sido desde antes de nacer: él forma parte de la sexta generación de hacedores de barniz en los Obando.

Estamos en San Juan de Pasto, deben ser casi las cuatro de la tarde y me suenan las tripas —el vuelo de Bogotá a Pasto se retrasó una hora, así que llegué tardísimo y no alcancé a almorzar— y hemos venido a conocer el barniz. Los pastusos lo definen como una técnica artesanal prehispánica que se usa para decorar objetos de madera —casi siempre— con la resina obtenida de un arbusto silvestre llamado Mopa-mopa, pero si uno los escucha un poquito más le dirán orgullosos que se trata de un arte indígena maravilloso que solo existe en Pasto —¡Y miren que el mundo es grande!—. De una manifestación cultural que comienza con una travesía a las selvas del Putumayo y sirve hasta para ayudar a tratar trastornos mentales. Lea aquí: El Mopa-Mopa de Pasto, declarado Patrimonio Inmaterial de la Humanidad

Vamos por partes.

Fotos: barniz de Mopa - mopa, el único e inigualable arte de Pasto

Germán Obando.//Foto: Álvaro Tavera - Colprensa.

En el taller de Germán

El Calvario, no sé por qué, pero así se llama el barrio de San Juan de Pasto donde queda el taller de Germán Obando. Es pequeño, pero le cabe tanta tradición: hay un reconocimiento que —dice Germán— tiene más de cien años y acredita la estrecha historia entre su familia y el arte. Hay floreros, cajitas, hojas, herramientas, resinas, una mesa con una estufa eléctrica que calienta el agua que hierve en un calderito donde cocinan las resinas, varios artesanos, una ministra de Cultura y un grupo de periodistas y camarógrafos.

Mientras la ministra Angélica Mayolo Obregón mira maravillada, don Germán cuenta emocionado sobre su arte. Y es que cualquiera de estas piezas comienza con una travesía que se puede emprender solo en dos meses del año (abril y noviembre): hay que viajar por unos nueve días hasta las selvas del Putumayo para encontrar árboles Mopa-mopa, tomar sus cogoyos y regresar a Pasto.

Fotos: barniz de Mopa - mopa, el único e inigualable arte de Pasto

Las hojas y pepas del Mopa-mopa son la materia prima para el barinz de Pasto.//Foto: Álvaro Tavera - Colprensa.

“Durante los tiempos de cosecha, debemos recolectar las primeras pepitas y hojitas que van naciendo del árbol, las cuales están recubiertas con la resina que utilizamos para el barniz”, explica el maestro Germán. “Después, formamos unos bloques donde hay compactadas hojas y pepas. (...) Hacemos un proceso para sacar las impurezas, que son las maderitas de las hojas y pedazos del tallo; luego de machacado, lavado, molido, teñido y batido, lo cocinamos”, agrega.

Fotos: barniz de Mopa - mopa, el único e inigualable arte de Pasto

Germán y la ministra de Cultura, Angélica Mayolo, estiran una porción de barniz. Este es un proceso natural en el barniz de Mopa - mopa.//Foto: Álvaro Tavera - Colprensa.

La resina que se obtiene se muele o amasa, buscando la mejor maleabilidad, algunos pocos incluso la mastican para quitarle las impurezas. Finalmente, el artesano la colorea y sigue estirándola con sus manos y su boca, y con la ayuda de un compañero de taller, para formar la delgada película... queda tan delgadita que parece un papel lo suficientemente pegajoso para adherirse a cualquier objeto que se quiera decorar. Ya sobre la madera (o cualquier otra superficie) el artista va pegando y cortando este “papel” con un bisturí en las formas que su creatividad le ordene. Va presionando para que se pegue más y más, hasta acabar. Al final, parecen figuras de colores infinitos dibujados, pero no son dibujos... es la resina convertida en lámina y adherida a la madera color por color, capa por capa.

Fotos: barniz de Mopa - mopa, el único e inigualable arte de Pasto

Luego de moler las hojas y las pepas del Mopa-mopa, se obtiene una resina dura que se pasa por agua hirviendo para que obtenga una consistencia elástica.//Foto: Mauricio Dueñas Castañeda - Efe.

“Es un placer que estén aquí, en el taller de la familia Obando, que durante seis generaciones ha preservado esta práctica patrimonial”, empieza la ministra Mayolo; ella celebra que este barniz haya sido declarado como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) en diciembre pasado.

Reciba noticias de El Universal desde Google News

“He entregado toda mi vida a este legado de mi familia, a un legado cultural que ha posicionado a nuestra artesanía, a nuestro departamento. Cada día estoy haciendo muchos aportes a la técnica: investigando, haciendo nuevos diseños, incorporando la técnica a otros niveles en diferentes materiales en la moda, la joyería o en productos de uso doméstico”, dice Germán justo antes de despedirnos.

Un par de visitas más, llega la noche con una cena espléndida que le cayó maravillosamente a mi estómago. No hace tanto frío.

Fotos: barniz de Mopa - mopa, el único e inigualable arte de Pasto

Mario Narváez y su esposa, Mary Ortega, en su taller.//Foto: Álvaro Tavera - Colprensa.

Vamos para donde Mary

Es nuestro segundo día en Pasto y vamos camino al taller de otra maestra del barniz: Mary Hermelinda Ortega, en el barrio Panorámico —debo decir que el barrio tiene el nombre bien puesto—. Ella, que aprendió el arte hace más de treinta años gracias a que su esposo, Mario Narváez, le enseñó, se siente absolutamente feliz y debe tener mariposas de barniz en el estómago de solo pensarlo: fue elegida por el Ministerio de Cultura para representar a los artesanos del Barniz Mopa-Mopa en el Pabellón de Colombia de la Expo 2020 de Dubái, un viaje que estaba previsto para los primeros días de este mes pero que por la pandemia de la COVID-19 se hará, posiblemente, en febrero. Viajará junto a otro artesano y expondrán creaciones de varios de sus colegas pastusos.

Fotos: barniz de Mopa - mopa, el único e inigualable arte de Pasto

Una de las piezas hechas por Mary y su esposo.//Foto: Álvaro Tavera - Colprensa.

“Es un sueño hecho realidad dar a conocer, traspasando fronteras, nuestra artesanía ya que somos el único lugar en el mundo donde se elabora el Mopa-Mopa”, dice esta mujer, orgullosa porque su taller se ha convertido también en una especie de escuela donde les enseña la técnica a cinco mujeres cabeza de familia.

Me voy de Pasto con un cofre lleno de flores y de colores infinitos donde no cabe la alegría que siento por haber conocido al único e inigualable barniz de Pasto.

Más noticias