<img src="https://sb.scorecardresearch.com/p?c1=2&amp;c2=31822668&amp;cv=2.0&amp;cj=1">

Fiestas de la Candelaria: la virgen baila cumbia y come fritos

El escenario de Chambacú, por su ámbito simbólico en la historia de Cartagena, reúne a todas las familias, sin distingos de clase ni origen, al encuentro con la música, la tradición festiva y los sabores del frito.

Cartagena logró en más de trescientos años que la celebración religiosa de la Virgen de la Candelaria, la patrona de la ciudad, integrara la tradición festiva de la cumbia con la gastronómica del Festival del Frito. Todas esas tradiciones han pasado por tensiones sociales y comunitarias, desde las noches lejanas en que el arzobispo de aquellos tiempos fustigara la cumbia y las danzas africanas en las faldas del Cerro de la Popa o en inmediaciones al Convento de la Popa, hasta estos años de pandemia en que los mismos vecinos del Pie de la Popa y su Junta de Acción Comunal, sugirieran de manera acertada que el Festival del Frito pasara del Parqueadero del Estadio del Mono Judas a los antiguos playones del barrio Chambacú, que, según Marcela Nossa, gerente del Fondo Mixto de Cartagena, es tres veces más grande que el espacio anterior. Y el Festival del Frito que enriquece la agenda de la celebración religiosa el 2 de febrero desbordó sus escenarios tradicionales con su medio centenar de fritangueras, y se desparramó positivamente de manera multitudinaria y por primera vez en Crespo, El Pozón, Las Palmeras, Bicentenario, Santa Rita, entre otras, descentralizando el Festival del Frito.

Por las limitaciones que impone la bioseguridad, se hizo una mini procesión en honor a la Virgen de la Candelaria, con una Noche de Candela con los grupos folclóricas que ganaron la convocatoria local, entre ellas, Grupo Folclórico de José María Nariño Morelos, Danzando el Caribe, Grupo Folclórico de Berta Salgado Ávila, Grupo Folclórico de Amparo Mendoza Palacios, Las Damas del Folclor, Cartazancos, Comparsa de los Lanceros de Cartagena y la Comparsa de las Damas Antiguas, entre otras. Todo lo anterior es la síntesis cultural de más de tres siglos de historia cartagenera, en la que Virgen de la Candelaria, como patrona vigilante, bailó con toda la ciudad la cumbia y la gaita, y se deleitó con la gracia ancestral de los fritos, manjares de tradición local. Lea aquí: El Festival del Frito tiene su manjar favorito, conócelo

El escenario de Chambacú, por su ámbito simbólico en la historia de Cartagena, reúne a todas las familias, sin distingos de clase ni origen, al encuentro con la música, la tradición festiva y los sabores del frito. Allí he escuchado excelentes grupos de gaitas que se nutren de las dos fuentes de San Jacinto, Ovejas y el rico mestizaje cartagenero. Las sagradas gaitas de los legendarios gaiteros de San Jacinto, con su bella y vibrante raíz indígena y el aporte africano de las gaitas de Sixto Salgado Paíto y los tambores de Encarnación Tovar. Se nos olvida que los gaiteros de San Jacinto fueron los maestros iniciales de esta tradición que echó raíces en Cartagena, en sus universidades y barriadas. Ellos venían a enseñar y a vender sus propios instrumentos que hacían en los patios sanjacinteros, como en otras épocas, fue el mismo Crescencio Salcedo el que vendía sus flautas de millo y sus gaitas en el viejo mercado de Cartagena. Allí en Chambacú escuché cantar por primera vez a Irene Martínez con su repertorio de bullerengues como Mambaco, Coroncoro, y las canciones que interpretaba con los Soneros de Gamero, invitada por la Asociación de Artesanos Unidos de Bolívar. Siempre fue Chambacú, un espacio aglutinador e integrador en la vida cultural de Cartagena. Mire aquí la lista de precios del Festival del Frito 2022

Todo es la síntesis cultural de más de tres siglos de historia cartagenera, en la que Virgen de la Candelaria, como patrona vigilante, bailó con toda la ciudad la cumbia y la gaita, y se deleitó con la gracia ancestral de los fritos, manjares de tradición local.

El frito se luce

El frito cartagenero se luce dentro y fuera de nuestras fronteras. El mejor poema que se le ha escrito a la empanada con huevo mal llamada arepa con huevo, la hizo el poeta, músico, pintor e industrial Daniel Lemaitre Tono. Pero el frito es nombrado en los poemas de Candelario Obeso, Luis Carlos López, Jorge Artel, y en las novelas de Roberto Burgos Cantor. Y en los anafes pintados en los murales de Getsemaní. El frito es una inventiva popular que se ha enriquecido con el tiempo, desafiando los moldes e integrando nuevos elementos como la carne de cerdo y los camarones, pero los tradicionales como la carimañola con queso o carne molida, ahora más grandes, conversan con los quibbes de origen árabe, las empanadas con huevo, las llamadas arepitas de dulce, los buñuelos de frijol, etc. La iniciativa de hacer un festival del frito fue promovida hace más de tres décadas por un grupo de intelectuales que alguna vez estuvieron cohesionados en el grupo La Caterva, con Sícalo Pinaud, Germán Bustamamte, María Sixta Bustamante, Rafael Martínez Fernández, entre otros. La iniciativa fue acogida por las autoridades del distrito y las entidades culturales y se ha convertido en una convocatoria que preserva una tradición popular cartagenera con más de dos siglos de historia.

Reciba noticias de El Universal desde Google News

Epílogo

Recuerdo al viejo Caparroso en La Embajada, una vieja tienda donde vendía fritos, ya desaparecida, personaje que inspiró una de las novelas de Burgos Cantor. Ir a comer fritos es una festiva tradición que saca a pasear a las familias. Y a punta de fritos la noble Dorita ha sostenido a su familia, y su estirpe prosigue la aventura al pie de los anafes ardientes. Al volver al viejo playón de Chambacú me emocionó escuchar a los nuevos gaiteros interpretado las viejas y hermosas canciones montunas de Juan Chuchita y las canciones inolvidables de los gaiteros de San Jacinto y Ovejas. Es tan sagrada la gaita que tiene tantos devotos en las nuevas generaciones, como fieles devotos tiene Cartagena al pie de su Virgen de la Candelaria que desciende de las alturas al paso de los lanceros y bajo las velas encendidas de la cumbiamba. Le puede interesar: Todo lo que debes saber del Festival del Frito 2022

Más noticias