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Así es vivir con miopía en Cartagena

Más de veinte años como miope y muchísimas anécdotas con mis gafas me han enseñado la importancia de cuidar la visión.

La gente se totea de la risa siempre que digo que no escucho bien cuando no estoy usando mis gafas, pero es verdad. He intentado dar con una respuesta lógica al “chiste” y creo que ocurre algo simple: cuando nos comunicamos de manera verbal, face to face, los seres humanos no solo escuchamos, sino que miramos para entender. Y terminamos de comprender al leer los labios de nuestros interlocutores.

Sin los lentes, mi miopía y mi astigmatismo se convierten en una molesta y densa cortinilla que me impide ver cualquier objeto medianamente lejano, incluyendo los labios de las personas que me hablan, aunque estén a escasos metros. Lee aquí: ¿Sufre de miopía? Tenga cuidado con el glaucoma

“Entonces, ¿cómo ves tú?”, suelen preguntarme y yo quisiera tener las palabras precisas para explicar más allá de “borroso”. Y también me encantaría encontrar las palabras justas para describir ese sentimiento de horfandad que se me mete en las entrañas cuando se parten mis gafas.

Supongo que los 2.600 millones de terrícolas miopes compartimos esa dolorosa vergüenza que parece salirme por los poros cuando voy por ahí y, al otro lado de la calle, me saluda algún conocido: sin los lentes, no alcanzo a enfocarle los ojos ni la boca, ni nada. Es como si no estuviese frente a una persona, sino a un dibujo recién terminado, húmedo, al cual alguien le pasó el dedo y quedó borroso.

2.600
millones de personas en el mundo padecen miopía, según estima la Organización Mundial de la Salud.

Quisiera poder explicar la adrenalinangustia de aquella vez que simplemente perdí uno de los lentes de mis gafas y tuve que esperar más de una semana hasta obtener unas nuevas... ¡y dictar cuatro clases del Taller Virtual de Redacción y Ortografía! Gracias a Dios, había ido aprendiéndome la presentación casi de memoria, pero me daba taquicardia cada vez que algún estudiante escribía algo en el chat, o me enviaba un texto para que lo editara ahí, en vivo.

Aunque ninguno de los estudiantes me lo dijo, supongo los gafufos lo habrán notado: siempre que enviaban un mensaje o texto nuevo, yo me llevaba la mano derecha -o izquierda- al pómulo derecho -o izquierdo-, de manera que terminaba presionando sutilmente el párpado inferior derecho -o izquierdo- y, en consecuencia, también el ojo de ese lado, así podía ver un poquito mejor.

Tranquilo, amigo no ‘gafufo’, te explicaré por qué funciona esa presión sutil. Bueno, mi hermana gemela, que se llama Viviana y es médica, lo hará de forma sencilla.

“Lo que pasa es que la miopía, que es la alteración para ver los objetos de lejos, se da por diferentes causas que tienen algo en común: hay una alteración en el tamaño del globo ocular; usualmente, es un poco más largo de lo normal en las personas que tenemos miopía. O, por ejemplo, tenemos un poco más pronunciada la córnea o el cristalino de lo normal y eso hace que aumente la longitud del globo ocular; entonces, cuando los rayos de luz, y, pues, lo que hace que se forme la imagen, entran al globo ocular recorren una distancia y normalmente deberían quedar en la retina, que es donde se forma la imagen. En los ojos de las personas miopes, esos rayos entran, por así decirlo, y la imagen no se forma en la retina, sino antes, por eso tenemos problemas para ver de lejos.

Así es vivir con miopía en Cartagena

“Cuando un miope no tiene las gafas, una respuesta involuntaria, por así decirlo, del ojo, para tratar de compensar esa alteración es tratar de cerrarse un poquito para que los rayos entren en otra disposición e intentar que la imagen sí se llegase a formar en la retina, pero nunca funciona del todo”.

Ocurre lo mismo cuando me presiono el ojo, intento acomodar y funciona, no 100%, pero sí me ayuda a distinguir las letras. Lee además: Miopía: pandemia del siglo XXI

Es más que importante

Todas estas anécdotas, y las tantas otras de toda una vida como miope que no caben en esta hoja de papel, son el pretexto para poner sobre la mesa un tema vital: la importancia de cuidar la visión.

De acuerdo con el ‘Informe mundial sobre la visión’ de la Organización Mundial de la Salud (OMS), publicado en 2020, “en todo el mundo, por lo menos 2.200 millones de personas padecen deficiencia visual o ceguera, y de ellas, al menos 1.000 millones tienen una deficiencia visual que podría haberse evitado o que aún no se ha tratado”.

Es una cuestión de calidad de vida, evidentemente, porque “la visión, el más dominante de nuestros sentidos, tiene un papel esencial en cada aspecto y etapa de nuestra vida. Damos por sentada la visión, pero sin ella, nos resulta difícil aprender a caminar, leer, participar en la escuela y trabajar”.

Y es que, según la misma OMS, el número de personas con miopía aumentará de 1.950 millones en 2010 a 3.360 millones en 2030. “Durante el mismo período, se prevé que el número de personas con miopía alta, a menudo vinculada a complicaciones graves, aumente de 277,2 millones en 2010 a 516,7 millones en 2030”.

El origen de muchas afecciones oculares es multifactorial; hay una serie de factores de riesgo que interactúan para aumentar tanto la susceptibilidad a una enfermedad y su avance. En la miopía, una interacción entre los factores de riesgo genéticos y ambientales, como realizar actividades intensivas usando la visión de cerca (como factor de riesgo) y pasar largo tiempo al aire libre (como factor de protección), puede contribuir en gran medida a la aparición y el avance de la enfermedad.

***

Antes de terminar, quisiera encontrar las palabras precisas para describir la impotencia que sentí como miope en algunos de aquellos días tristes sin gafas, cuando intentaba tomar un bus de transporte público en Cartagena de Indias, la ciudad en la que he vivido por veinte años.

Las letras parecían hechas con el único y firme propósito de confundir. El “truquito” aquel de cerrar un poco los ojos o de presionarlos servía poco o nada porque las letras parecían bailar. Pese a todos mis esfuerzos, los letreros terminarían siendo un manchón rojo, amarillo, azul, verde, negro o el color preferido del dueño del vehículo.

A algunos les parecerá insignificante. A mí me parece que es calidad de vida. También te recomendamos leer: Estas enfermedades pueden causar ceguera y no son tratadas a tiempo

¿Qué es la miopía?
Según la OMS, es un error de refracción. “Debido a una forma o longitud anormal del globo ocular, la luz no se enfoca en la retina, lo que produce visión borrosa. Existen varios tipos de errores de refracción”, también se puede decir que es la “dificultad para ver objetos distantes”. Se trata, incluso de la enfermedad de la vista más frecuente en el mundo. Le siguen la presbicia (1.800 millones), degeneración macular (196 millones), retinopatía diabética (146 millones), glaucoma (76 millones) y tracoma (2,5 millones).

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