Un personaje fuera de serie se asoma entre los pasillos de las instituciones políticas de Cartagena y sus medios de comunicación. Es doña Eutropia, una anciana encorvada pero de voz firme que abandonó las galletas de limón que hacía en Sahagún, Córdoba, para llegar a Cartagena y abrirle la mente a sus habitantes.
Eutropia se lanzará a la Alcaldía de Cartagena bajo el eslogan “Vote por doña Eutropia 69 al tarjetón porque lo que importa son las ideas y no la posición”.
Envuelta en su personaje, la dramaturga Dora Malo llegó quejándose porque a uno de los candidatos a la Alcaldía de Cartagena lo atendieron en las oficinas de los directivos del periódico y a ella en un pequeño salón del primer piso. “A ese pipón sí lo reciben arriba”, casi que gritó.
Doña Eutropia tiene un punto de vista acerca de las problemáticas de la ciudad, que seguramente muchas personas comparten, o al menos es lo que escuchamos en las calles, haciendo la fila para pagar en el supermercado o en los buses de servicio público. “Me preguntas sobre las pandillas, ¿cómo crees que vamos a acabar con las pandillas? eso viene de la crianza, ellos andan como vaca en potrero, no tienen autoridá ...entonces ¿qué vai a salir de ahí? un delincuente ...el muchacho se va desbocao porque no tiene control.... hay unas que dicen “ay ve el niño, ay mira el niño va a rompé el televisor, el niño ay, el niño”. Se cae el televisor y dice “viste dije yo que el niño iba a rompé el televisor”. Jueputa .. malparía”, dice Eutropia con evidente disgusto, “¡vej y dale un cocotazo al niño!, eso es lo que pasa ahora que las mujeres no quieren reprendé a los hijos .. un cubillaso en las canillas a quién ha traumatizao... no le quieren pone control a la cosa”, remata.
Doña Eutropia, que nunca se ha sentado en un puesto político, explica que le tocó venir a Cartagena,“porque el 99 por ciento de la población es pobre y aquí ´cabo´”.
En cuanto a los escándalos politiqueros que a diario llenan espacios en los medios de comunicación, Eutropia tiene su propia concepción. “Eso de la mermelada tiene a to´el mundo rico. Yo no sé a que hora hacen esa mermelada ve ... porque yo haciendo galleta e limón ¿Crees que yo he ajuntao siquiera 50 mil pesos?”, dice indignada.
Lavaba ajeno y se ganaba 2 mil o 3 mil pesos, “dependiendo el bulto e ropa”, así que explica que no llegará a la Alcaldía a “quitarle el trabajo a nadie”. En cuanto a Transcaribe, expresa enérgica, “yo no me voy a mamá esa galleta de Transcaribe. Eso le ha dado empleo por 12 años a la gente... entonces que sigan empleaos. Es que van a decir que “esta vino y fue la que puso a funcioná esa vaina y entonces le quitó el empleo a la gente” ¡que sigan aquí, que sigan... ya llevan 12 años, que sigan así”.
No a la compra de votos
Eutropia es conciente de que algunos ciudadanos están esperando a que los candidatos lleguen a los barrios para tomarlos como Papa Noel, pero afirma que con ella no encontrarán “lo de siempre”
“Cuando yo llegue como tengo to´ los zapatos ripiaos, lo que van es a darme, pero a los políticos la gente se les arruma a pedirles, ´ay docto que nos hace falta esto pa´la banda de guerra”... esos estrumento que se les dan que hasta son de mala calidá esos estrumento… ahí los piden por el momentico. Pero los políticos pa que voten por ellos les dan que las láminas de eterní... que ahí están los abanicos.... Nicolás Curi... ese era el que repartía los abanicos”, recuerda.
La candidata, apoyada por el partido ASOCONMAMAS, Asociación Colombiana de Mujeres contra Machos Maltratadores, no aceptará apoyos monetarios para su campaña. “No quiero plata para que apoyen esta campaña... porque se va hacé pobrecita... Tu no ves que por eso es que seguimos así jodíos, porque el que más tiene plata es el que puede ganá”.
La transformación del arte
La candidata trabajará por esos artistas “pordebajiaos” como herramienta de cambio. “Tu con el arte puedes cambiar la mente a las personas, ´a mí me encanta mii arte´ decía Rafa, total que el arte hace que se transforme la mentalidá, porque tu pones a un personaje político a que robe y haga mal en un escenario y to´el mundo dice ´vee como se ve eso de maluco vee´ y entonces la gente va transformándose”.
Eutropia se convierte en la voz de protesta de un pueblo que está cansado de lo mismo, un personaje lleno de humor que grafica la realidad política de Cartagena. “Yo quiero transformá la cabeza de la gente... ya con cuatro que empiecen a pensá ay vamos”, dice y se levanta de la silla “temblorosa y retorcida por el dolor de cintura”.
