En el sector Ricaurte, del barrio Olaya Herrera, se respiraba ayer un ambiente de tristeza, incertidumbre y descontento. La alegría y el bullicio de la gente en las esquinas quedaron atrás.
A las 8 de la mañana, niños y adultos salieron a marchar con globos y banderas blancas por las destapadas y empantanadas calles pidiendo justicia por Neyder David Castro Olivares, el menor de 2 años que murió el martes en un ataque a bala que iba dirigido a su padrastro, quien también falleció.
Lea aquí: Video: Así era Neyder David, el niño asesinado por sicarios en Cartagena
Los compañeritos de guardería del niño, sin entender muy bien qué ocurría, gritaban con fuerza “no más violencia” y levantaban al cielo los globos y pancartas con mensajes como “no apaguemos la voz de los niños” y “Neyder está presente”.
Tras el emotivo recorrido llegaron a la casa de Neyder, en la calle Yanez, y a las 11 a. m. partieron con el féretro al cementerio del barrio Manga.
“Esto ha sido terrible para todos. Un niño no debe morir así”, dijo un vecino mientras se embarcaba en un bus que con sacrificio y a última hora pudo conseguir la familia para el sepelio. Ni la Policía Metropolitana, ni la Alcaldía se han acercado a esta humilde familia.
Los ojos hinchados, el rostro desencajado y el cabello despeinado de la madre, abuela y tíos del infante dejaba ver lo traumático y doloroso del sepelio, que se dio al mediodía.
Lea también: Tenía 2 años: Neyder, víctima de racha criminal sin precedentes en Cartagena
“Qué tristeza que un inocente caiga en esta guerra. Ojalá y esto no pase más en ninguna parte del mundo”, expresó un asistente al acto fúnebre, que se hizo a puerta cerrada.
Muchos acompañaron a los Castro Olivares al cementerio, pero ellos regresaron a su casa en medio de la soledad y con la ausencia del pequeño de ojos grandes y alegres. Ahora esperan que las autoridades capturen al segundo implicado en el crimen. Ese mismo martes aprehendieron a alias ‘Raulito’.