Delante de quien sería su pareja sentimental y de dos clientes de una tienda, entre ellos una niña. Así mataron a John Julio Llerena Olmos, en el primer callejón del barrio Amberes, a las 10 de la noche del domingo 23 de octubre.
El de Llerena Olmos fue el segundo sicariato mortal de la noche. Poco antes fue asesinado de la misma manera José Manuel Bohórquez Bohórquez, de 21 años, en El Espinal. Le puede interesar: Testigo reveló detalles del crimen de Aldris en Lo Amador: hay capturados
Ambos hechos de sangre quedaron grabados en cámaras de seguridad. En el caso de John Julio (42 años) se observa cuando llega al negocio acompañado de una mujer. Apenas se iba a acercar al mostrador, cubierto con una reja, cuando por detrás aparecen dos hombres en moto y uno de ellos, el parrillero se le acerca por la espalda y le dispara a quemarropa y sin mediar palabras.
Un primer impacto lo recibe la víctima en la cabeza y al caer boca arriba, el sicario le sigue disparando sin contemplación. La mujer que iba con John Llerena arriesgó su vida y arremetió contra el pistolero lanzándole una silla, pero el sujeto siguió descargando su pistola. A la mujer no le quedó otra que esconderse detrás de una nevera de helados cercana al mostrador.
Fueron casi 10 o 12 los balazos que le dieron Llerena, y cuando ya constató que no se movía, el sicario subió de inmediato a la moto y junto con su cómplice se perdieron en medio de vehículos y de la confusión. A John lo alcanzaron a llevar con vida al CAP de La Candelaria, pero los esfuerzos fueron en vano. Le puedo sugerir: Sicariato en Turbaco: encapuchado le preguntó su nombre y lo asesinó
El otro homicidio sucedió a las 7:30 de la noche. Bohórquez dialogaba en esos momentos con dos personas en las afueras de una casa en El Espinal, recostado sobre una reja. Uno de sus acompañantes estaba montado en una moto. En eso apareció un sujeto delgado, que portaba gorra, y de frente y delante de sus amigos le disparó a la cabeza.
Al caer, el sicario le siguió disparando a su víctima mientras las otras dos personas intentaban protegerse. El asesino corrió unos metros antes de subir a una moto. A Bohórquez lo ingresaron sin vida a un centro asistencial.
