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Video: Así era Neyder David, el niño asesinado por sicarios en Cartagena

Hablamos con los familiares del menor, de 2 años, asesinado en un ataque a bala en el barrio Olaya Herrera.

El 1 de febrero del 2020 nació Neyder David Castro Olivares y desde entonces se convirtió en la alegría de una numerosa familia de la calle Yanez del sector Ricaurte, de Olaya Herrera.

Sus ojos grandes y tiernos cautivaron también a los vecinos y amigos de la familia. Era gordito, de piel clara, saludable y muy consentido. Que su madre fuera apenas una adolescente, de 14 años, no fue impedimento para que el niño estuviera bien cuidado; eso afirman quienes lo conocieron en aquella etapa.

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La tragedia

La alegría y felicidad que irradiaba Neyder desapareció de esa humilde vivienda, a unos metros de la Ciénaga de La Virgen. Su fragilidad, inocencia y ternura quedaron destruidas por dos balazos que acabaron con su vida en la noche del martes, en el sector El Progreso, de Olaya.

Sandra, su abuela materna, llora desconsolada sentada en la sala de la casa. Ve con impotencia un celular con fotos de Neyder mientras la observan sus hijos, los tíos con los que el niño jugaba por horas en la destapada calle.

“Él era el hijo único de mi hija, era muy gracioso, muy querido por todos. Esto que pasó fue horrible y no se lo deseo a nadie. Espero que esto no quede impune”, dijo la abuela frente a un altar que no tiene imágenes religiosas porque para la familia “Neyder era un alma pura, un angelito del cielo que va directo al lado de Dios”.

2
años tenía el niño muerto en el ataque con arma de fuego.

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La casa está llena de vecinos, niños y curiosos que escuchan con detenimiento cómo narran lo ocurrido. Hay repudio en sus rostros.

“Neyder estaba en la guardería. Se iba en la mañana, hacía sus dinámicas, ingería alimentos y luego volvía. La mamá lo inscribió para que fuera aprendiendo cosas de estudio”, comentó un vecino.

Justo al frente de la casa donde vivía Neyder con su madre y su padrastro, Carlos Manuel Luna Méndez, quien también murió en el ataque a bala, vive su padre biológico. Neyder se sentía contento por tener a su papá cerca, pese a que estaba separado de su madre. Además, poseía un gran apego y cariño por su padrastro, por eso salían juntos a diferentes sitios.

“El niño estaba muy apegado a Carlos. Cuando le dispararon al carro él llevaba al pequeño en sus brazos, por eso le dieron, porque todo indica que el ataque era contra Carlos”, anotó la abuela.

Un clamor

En la sala de la casa, justo al lado del altar de velación, permanece un triciclo de plástico y colorido con el que Neyder jugaba casi todo el día. Era su juguete preferido.

Los familiares del niño ruedan el triciclo de un lado a otro, como buscándole un mejor lugar, mientras nos piden que no dejemos este caso en la impunidad.

“La violencia no para y todos nos sentimos en peligro, pero con los niños no, a ellos hay que sacarlos de esta guerra estúpida. Solo espero que capturen al tipo que le hizo esto a mi niño, un inocente al que le acabaron sus sueños de dos balazos”, expresó Sandra.

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