La tragedia que viven cinco familias en el barrio Las Brisas de Cartagena solo se compara con el abandono estatal en el que están sus habitantes.
Maribel De La Hoz Araque es un ejemplo de ello. Esta mujer no solo ha sufrido las dificultades de la atención en salud y la demora para entregarle los medicamentos que necesita; ahora perdió todo en un incendio que convirtió en cenizas su humilde casa de madera y zinc. Le puede interesar: Balean a turista en atraco en el Centro Histórico: un delincuente es abatido
“Yo tenía los medicamentos para mis ojos, para mi azúcar y mi presión. Tenía medicamentos para dos meses y ahora lo perdí todo. También se quemó mi ropa, mis muebles, mis camas, mis sillas. Me costó mucho tener mi casa y ahora quedé en la calle”, dice Maribel llorando.
La mujer y los cuatro vecinos que también fueron afectados por la conflagración en la noche del jueves 2 de marzo, no saben qué hacer. Miran con dolor lo que queda de sus viviendas: palos, barro y retazos de tela. Ya no hay nada que salvar y entre ellos lamentan su suerte. Lea también: Incendio en Las Brisas: varias viviendas afectadas
“Yo fui testigo del incendio. Comenzó a eso de las 3 de la tarde, pero nadie nos ayudó. No podíamos aplacar el fuego porque desde hace tres días no hay agua en este barrio. No tenemos agua ni para comer”, dijo otro de los afectados.
Al principio se dijo que las llamas comenzaron en una zona enmontada, luego afirmaron que había sido un cortocircuito en poste de luz cercano, pero las víctimas tienen otra versión.
“Yo estaba aquí cuando comenzó el incendio y eso lo ocasionó un tipo que se puso a quemar alambre para sacar cobre y venderlo. Cuando vio que la candela aumentó, salió corriendo. Todo pasó muy rápido y yo me asusté, por eso no pude sacar mis pertenencias. Al muchacho le dicen ‘Chavarría’ y siempre está quemando cables y alambres”, dijo otra de las víctimas de las llamas.
El barrio Las Brisas está cerca al sector La Pajarera, en el barrio José Antonio Galán. Es un sector deprimido, con falencias en alcantarillado, servicios básicos y pavimentación de sus carreteras.
Así como estas cinco familias son muchas las que han construido con madera sus viviendas en esta zona y parece insólito, pero si hubiera tenido servicio de agua la comunidad, quizás la tragedia no hubiera sido tan grande.
“En cada casa viven unas cinco o cuatro personas, entre ellas más de tres niños. Todos quedamos sin nada, por eso agradecemos el apoyo que nos den”, añadió otra de las víctimas.
Fernando Abello, de la Oficina de Gestión de Riesgo y Desastres, está al tanto del caso. Sobre la atención a las víctimas dijo que “ya se hizo la caracterización de las víctimas por parte del equipo Comba del sector y esta mañana fueron atendidas cuatro familias”.
Agregó que “les entregamos ayuda humanitaria como lo son kits de aseo, alimentos, colchonetas y ahora pasan al proceso de manejo de desastres para ayudarlos con un subsidio de arriendo por tres meses, como lo dice la ley”, añadió Fernando Abello.