“Señor, que hoy se haga tu voluntad y no la mía”. Con esa frase escrita en su muro de Facebook, unas tres horas antes de ser asesinado, Overt David Rodríguez Caraballo se despidió de sus seres queridos y allegados. Al menos así lo creen muchos.
¿Por qué la escribió? Quienes lo conocieron sostienen que era una persona muy creyente, trabajadora y responsable. Por eso no daban crédito a que siendo las 11 de la mañana de hoy jueves 4 de mayo, sicarios en moto le habrían disparado para poner fin a su vida cuando se desplazaba por la rotonda que está en la entrada del barrio La Esperanza. Tenía 31 años. Lea aquí: Sicariato cerca a Bazurto: de 10 balazos matan a conductor en su carro
Testigos aseguran que el parrillero de una Pulsar, que llevaba suéter negro, lo abordaron luego de que este pasara de la Pedro de Heredia hacia La Esperanza. Pasó por cerca y le disparó del lado del piloto y por la parte del panorámico. Las balas quedaron en su cuerpo y los casquillos sobre la vía.
Los gritos de las personas que llegaron minutos después eran desgarradores y se ponían las manos en la cabeza y daban muestras de profundo dolor.
“Yo escuché 10 disparos y el muchacho terminó chocando con el andén. Los dos tipos se fueron en una moto hacia la Pedro Romero, pero no los pudieron coger”, aseguró un testigo. Se revisan las cámaras de seguridad que hay en el sector para tratar de buscar pistas de los asesinos. Lea aquí: ¡Tragedia! Muere una niña de 3 años que le cayó olla con agua caliente
Una hipótesis
Overt David Rodríguez Caraballo, según conoció este medio, estuvo prestando sus servicios como patrullero de la Policía Metropolitana de Cartagena. En sus últimos años estuvo adscritos a los CAI de El Bosque y Fredonia. Las razones por las que dejó el uniforme se desconocen.
El coronel Wilson Javier Parada González, comandante de la Policía en Cartagena, hizo presencia en el lugar de los hechos coordinado las acciones pertinentes de este caso. Lea aquí: Macabro asesinato de una mujer en motel: su pareja le dio 8 puñaladas
Estaba feliz
Sobre el expolicía se supo que residía en el barrio Ceballos, de donde había salido antes del atentado en su contra.
Algunos vecinos que llegaron al sitio comentaron que estaba muy feliz porque su único hijo, un menor de edad, cumpliría años el próximo junio. Deja dos hermanos y trabajaba de manera independiente.
