La muerte del fiscal paraguayo Marcelo Pecci Albertini a manos de sicarios que iban en una moto acuática en las playas de la Isla Barú, el martes 10 de mayo, ha desatado toda una tormenta política y judicial ante la conmoción internacional que provocó este homicidio.
Pecci, de 45 años y fiscal del crimen organizado y de la lucha contra el narcotráfico, recibió tres balazos esa mañana a orillas del mar, cuando estaba junto a su esposa, la periodista Claudia Aguilera, y con quien disfrutaba de su luna miel en Cartagena tras contraer matrimonio el 30 de abril. Le puede interesar: Asesinato de Marcelo Pecci en Isla Barú: capturan a 17 extraditables
Las investigaciones que han realizado de manera conjunta las autoridades de Colombia, Paraguay y Estados Unidos han dejado entrever que en el asesinato habrían participado tres hombres, dos que actuaron como sicarios y uno encubierto que le seguía los pasos a la pareja. La Policía de Colombia logró obtener la imagen de uno de esos individuos, pero hasta ahora no han reportado captura alguna de los autores materiales del crimen.
A nivel nacional e internacional, la Policía, con apoyo de agencias federales de Estados Unidos, capturó a 17 personas que son solicitadas en extradición, uno de ellos Diego Mauricio Blanco, presunto piloto del Clan Rocha de Brasil, que tendría vínculos con el Primer Comando Capital (PCC), grupo que era investigado por el fiscal asesinado Marcelo Pecci.
El asesinato de Pecci no ha si el único ocurrido en Cartagena que ha desatado conmoción internacional en los últimos 15 años. Aquí cinco de los casos más importantes.
Esposos italianos
1. El 11 de febrero de 2007, Gian Batista Traverso y Maurizia Ascoli paseaban como turistas frente al Parque Apolo cuando fueron interceptados por dos jóvenes en una moto. Los delincuentes intentaron quitarles los bolsos y una cámara fotográfica, y en medio del forcejeo los balearon. Maurizia Ascoli murió cuando era trasladada a la Clínica San José de Torices. Su esposo murió un mes después. Lea aquí: Las 5 víctimas de ‘el Chino’, dos de ellas esposos italianos
Este hecho provocó indignación mundial, principalmente por parte de las autoridades italianas, que siguieron paso a paso las investigaciones. Uno de los asesinos, Darwin Guerrero Puello, fue capturado, se escapó y luego se vio involucrado en otros cinco homicidios. Murió a manos de una turba en la madrugada del 23 de agosto del 2021 en San José de Los Campanos. Fue acuchillado y golpeado tras balear a su última víctima.

Su cómplice en el asesinato de los esposos italianos, Elkin Mauricio Franco Guerrero, alias ‘el Bambi’, fue condenado a 24 años y medio de cárcel por homicidio agravado, hurto calificado y porte ilegal de armas de fuego. Franco Guerrero se acogió a sentencia anticipada y admitió ante el juez que era quién conducía la moto e iba acompañado de alias ‘el Chino’.
Matan a empresario francés
2. Apenas una semana después del crimen de los italianos, el 16 de febrero de 2007, sicarios en moto asesinaron al empresario francés Phillippe Pierre Thiriez, de 58 años y quien desde hacía 30 años estaba radicado en Cartagena. A las 10:50 de la mañana de ese viernes lo sorprendieron cuando iba en su camioneta Nissan, de color blanco, por el kilómetro 3 de la vía a Mamonal, cerca del barrio Albornoz. Lea: “Fueron directo a él, a mí no me miraron”: esposa del fiscal Marcelo Pecci
Phillippe Thiriez hacía parte de las directivas de una empresa pesquera y por su crimen fueron capturados y asegurados con cárcel dos sujetos, uno de ellos apodado ‘el Ñato’, de quien se informó en esa oportunidad que hacía parte de una banda de sicarios conocida como ‘los 40’, que estaba al servicio de un grupo de las Auc y que fue desmantelada ese mismo año en labores que realizaron en Cartagena, Turbaco y Arjona. ‘El Ñato’ y su cómplice fueron encerrados en la Cárcel de Ternera.

Misterio en el mar
3. El misterioso crimen de la neerlandesa Durdana Bruijn, el 19 de septiembre del 2015, cuando estaba en un velero con su esposo Peter Putker en el sector Bahía de Las Mantas, en Isla Grande (Islas del Rosario), quedó resuelto con un primer final sorpresivo e inesperado para muchos en Colombia. Le puede interesar: Absuelven a holandés por crimen de su esposa en velero
El veterinario, de 65 años, fue absuelto por un tribunal neerlandés, en una decisión de primera instancia, al concluir que en su caso no se aportaron pruebas convincentes de su culpabilidad. La Fiscalía había exigido ocho años de prisión contra Putker (Petrus Hendrickus Maria Putker). Peter siempre se ha mantenido en la versión de que piratas encapuchados subieron a su embarcación, lo golpearon y luego estrangularon a su esposa.
“Estaba en el baño cuando entraron dos hombres con máscaras. Escuché a Durdana gritar justo antes de que eso sucediera. No pude llegar a mi esposa, dos perpetradores me retuvieron allí. Traté de resistir, me puse una máscara, pero me mordieron la mano. Tuve que soltarme y me agarró por la garganta. Pensé: se acabó. Lo harán, ya terminé ”, relató Putker en la audiencia que se realizó en octubre de 2020 en la ciudad de Utrecht, en los Países Bajos.

Empresario estadounidense
4. El 26 de enero de 2016 causó conmoción en la ciudad el homicidio del empresario colombo-estadounidense Gonzalo Peñuela Bonilla, de 72 años, tras resistirse a un robo en el barrio Chipre. Ocho meses después, los dos presuntos responsables del hecho fueron capturados y asegurados por un juez de Garantías: alias ‘Coco’ y y ‘el Tito’. Ambos quedaron en la Cárcel de Ternera. Lea: Capturan a presuntos asesinos de empresario colombo-estadounidense
Peñuela Bonilla tenía negocios en Miami, también en Cartagena, Pereira y Medellín. En la Heroica poseía un negocio en el que se reparaban y perfilaban camiones. El día de su muerte, a las 6:25 de la tarde, estaba sentado en la terraza de una panadería con un primo y un amigo. De repente aparecieron dos sujetos en moto llegaron.

El parrillero bajó del vehículo y con arma de fuego en mano le pidió a Gonzalo y sus acompañantes que entregaran sus pertenencias. El empresario tenía un bolso con sus documentos, el cual le quitó el atracador. “Como ahí llevaba el pasaporte y al día siguiente iba a viajar a Estados Unidos, el señor le pidió al atracador que le devolviera el bolso. Ante la insistencia, el atracador le dio un balazo en un pie para intimidarlo”, indicó un investigador de la Sijín.
Capitán del barco
5. El 16 de abril de 2020, a las 7:40 de la mañana, el buque ‘Spirit of Hamburg’, de la línea naviera Maersk, arribó al puerto de Cartagena con 21 tripulantes a bordo para desarrollar operaciones de cargue y descargue de contenedores en la Sociedad Portuaria Regional. Lea: Crimen de capitán de barco en Cartagena: sin capturas un año después
A a las 5 de la tarde del mismo día, cuando el barco aún se encontraba atracado en el muelle, el Oficial de Protección de la Sociedad Portuaria reportó la muerte del capitán Myo Tun Zaw, de Birmania. Su cuerpo fue encontrado en la cubierta principal con heridas provocadas con arma contundente, además de magulladuras y laceraciones en las manos al intentar defenderse. La víctima fue envuelta en cinta adhesiva para evitar, tal vez, que la sangre delatara el crimen.

Aunque la empresa alemana Zeaborn Ship Management, propietaria del barco, informó que el crimen habría sido cometido por intrusos, las autoridades colombianas dijeron que el capitán Myo Tun Zaw, de 50 años, fue presuntamente asesinado por miembros de su propia tripulación en lo que parecía ser un amotinamiento. La Fiscalía asumió las investigaciones y aún no hay resultados.
La muerte del joven italiano Giacomo Turra en un restaurante de Bocagrande el 3 de septiembre de 1995 es quizás el caso más recordado por el escándalo que se desató a nivel internacional y por afectar las relaciones diplomáticas entre Colombia y aquel país europeo.
El extranjero, bajos los efectos de sustancias alucinógenas, causó estragos en el establecimiento comercial. Por eso varios policías lo sacaron y llevaron a una clínica para tratar de calmarlo, pero poco después el hombre falleció y el caos se inició.
Los uniformados que lo retuvieron fueron llevados a juicio porque la familia de Turra los acusó de su muerte. Según ellos, el extranjero había fallecido por culpa de una golpiza de los uniformados. Los agentes, sin embargo, fueron absueltos por el juez, quien determinó que Turra murió por los golpes que él mismo se ocasionó bajo los efectos de las drogas.