Tengo sentimientos encontrados pues, por un lado siento satisfacción, pero por el otro estoy triste porque no tengo a mi hijo aquí. Pero veo que está llegando la justicia y estoy segura que esto no quedará impune”.
Eso le contó a este medio de comunicación Liceth Payares, madre de Harold David Morales Payares, tras conocer que dos policías implicados en la muerte del menor estarían en manos de la Fiscalía General de la Nación desde el martes.
Morales Payares murió en la tarde del pasado 24 de agosto tras recibir un balazo en la espalda, a manos de policías, en el sector Casas caídas de San Francisco. La Policía Metropolitana de Cartagena informó en aquel entonces que el hecho ocurrió en un procedimiento para controlar una riña de pandillas; sin embargo, familiares y moradores negaron esa versión y desde entonces comenzaron una lucha para pedir una investigación transparente y justa que para los allegados “comienza a mostrar resultados”.
Familiares y cartageneros en general participaron en marchas, velatones y otras manifestaciones para exigir que los responsables “dieran la cara”. “Le agradezco a todo mi barrio y a las personas que nos están apoyando desde ese día, estas cosas no pueden seguir pasando”, agregó la madre.
Los padres emprendieron una lucha legal con la asesoría de los abogados Orlando Escorcia y Hernando Múnera. Luego, a mediados de noviembre, funcionarios de la Oficina de Derechos Humanos de la Fiscalía General de la Nación llegaron desde Bogotá para esclarecer con testigos y con los patrulleros implicados lo que sucedió ese día. El recorrido lo iniciaron en el lavadero de motos donde Harold trabajaba y lo terminaron donde cayó baleado, en un monte cercano.
La Fiscalía es la encargada determinar el grado de responsabilidad de los policías y, al parecer, habría requerido a los patrulleros el pasado martes según los familiares de Harold y sus abogados.
Ayer, otro asesor de la familia publicó en sus redes sociales que “me alegro informar que fueron capturados en Cartagena los dos policías que ejecutaron, en estado de indefensión, al menor Harold Morales. Hoy -ayer-, será la legalización de captura”.
Por otra parte, la Policía Metropolitana de Cartagena, aunque no ha entregado un informe oficial, dio a conocer que los patrulleros “fueron solicitados por la Fiscalía para que se presentaran voluntariamente”.
La familia de Harold vive un diciembre triste, pero piensa que la justicia le dará algo de paz, también quiere ser ejemplo para otras familias que atraviesan por un dolor similar y que también piden justicia. “Queremos seguir luchando y alzando la voz para seguir demostrando que unidos podemos hacer justicia y que la verdad salga a flote. Lo hacemos por otras familias que sufren lo mismo que nosotros, que quieren que su ser querido descanse en paz”, añadió Liceth.
Harold era un amante del fútbol. Desde hacía dos años vivía fuera de la ciudad, probando suerte para convertirse en jugador profesional. En marzo llegó a Cartagena para pasar la cuarentena, ya que no estaba entrenando y, al ver la difícil situación económica de sus padres, decidió trabajar en un lavadero de motos cercano a su casa.
Ese 24 de agosto, el menor estaba lavando uno de estos vehículos cuando llegaron dos policías en moto y, luego de un cruce de palabras, Harold salió corriendo hacía un solar, uno de los policías lo siguió y le disparó en la espalda mientras el deportista corría. Posteriormente murió.