Erika Rubio Batista ha ido de a poco reconstruyendo la que fue su casa por muchos años. Lo que aún no ha podido superar es la pérdida de su pequeña hija Celia Patricia Iregui Rubio hace ya un año. Le puede interesar: Ser bailarina era el sueño de Celia, la niña que murió quemada en Olaya
Los sueños de aquella agraciada niña, de 13 años, los frustró su padrastro, quien en un ataque de ira provocó un incendio en la vivienda donde ella dormía esa madrugada del domingo 23 de enero del 2022.
A la menor a atendieron inicialmente en la Casa del Niño y luego los médicos resolvieron remitirla a un centro especializado en Barranquilla. En la Clínica Reina Catalina, la niña falleció el 4 de febrero a las 12:30 de la madrugada tras sufrir seis paros respiratorios. Le puedo sugerir: ¡Atroz! Murió la niña quemada en incendio provocado por su padrastro
Desde entonces, el dolor, las crisis emocionales y las lágrimas han sido la constante compañía de Erika para seguir adelante en medio de las adversidades.
“Esto ha sido bastante cruel. He entrado en muchas crisis y me han intentado internar en centros de rehabilitación, pero no he dado ese paso porque debo estar con mis siete hijos y cuatro nietos, y ellos me han dado la fuerza para contener mi llanto”, relata Erika.
Ese inmueble y el que está a su lado, que es de su hermana, quedaron reducidos a cenizas ante el incendio que causó la expareja sentimental de Erika, un cotero identificado como Tilson Cantillo Morales, de 33 años. Lea también: El terrible drama de Erika: le quemaron la casa y su hija lucha por vivir
Del amor a la tragedia
Erika conoció a Tilson un año y medio antes cuando ambos trabajaban en diferentes labores en el Mercado de Bazurto. Ella vendía almuerzos y él descargaba bultos de los camiones.
Unos cinco meses antes de la tragedia, Erika decidió terminar esa relación sentimental por los malos tratos que él le daba. Tilson seguía buscándola, pero ella le cerró las puerta de su casa.
“No lo volví a hablar ni a hablar con él. El sábado (22) yo estaba en la fiesta de una sobrina mía aquí mismo en la calle y él se apareció, pero no me dijo nada. Lea: Quemó la casa en pelea con su pareja, en Olaya: grave niña de 13 años
“Yo me fui a acostar y él se desapareció. Lo que ahora sé es que lo que hizo fue esconderse en la casa de mi hermana y ahí estuvo hasta cuando yo salí el domingo temprano. Al ver que en mi casa solo estaba la niña, le echó candela”, recuerda Erika.
Los siete hijos de Erika, dos de ellos ya mayores, vivían con ella en su casa. Todos ellos decidieron pasar ese fin de semana en casa de su papá, menos Celia.
Las dos semanas siguientes fueron las peores en su vida para aquella mujer. Su hija Celia luchaba por su vida y mientras ella debía repartir el tiempo en acompañarla e ir buscando dónde pasar la noche. Lea: En estado “crítico” niña quemada en incendio provocado en Olaya Herrera
Tras la muerte de la menor, Erika se fue a vivir con cinco de sus hijos (2, 6, 7, 13 y 16 años) a casa de una amiga ahí mismo en Olaya, pero ya el tiempo se le agota y necesita volver al que era su hogar.
La reconstrucción de su casa ha sido lenta, le faltan muchas cosas, pero con tablas y la ayuda de muchas personas ya la esperanza se va convirtiendo en realidad.
Al padrastro de Celia lo capturaron esa misma mañana del 23 enero cuando pretendía darse a la huida. La Policía lo rescató de una turba que lo quería linchar. Los funcionarios que participaron en ese operativo dicen que estaba bajo los efectos del alcohol.
Las investigaciones han revelado que este hombre tiene antecedentes por violencia intrafamiliar y habría provocado la conflagración para darle una lección a su expareja.
El próximo 8 de mayo, y luego de una audiencia en que un juez de Cartagena le dio sentido condenatorio al fallo, se dará a conocer la sentencia contra Tilson Cantillo por los delitos de homicidio agravado en concurso con violencia intrafamiliar, incendio y daño en bien ajeno, cargos a los cuales no se allanó.
