“Mi hijo no se mató, a mi hijo lo mataron y eso es algo que nunca voy a dejar de pensar, por más que me quieran hacer creer otra cosa. Soy su madre y mi corazón me dice que él quería seguir viviendo”.
Han pasado cinco años y siete meses, y Luz Estella Rendón no deja de gritarle al mundo esas palabras. Esta mujer es la madre de Arnold Andrés Sánchez Rendón, el infante de Marina, de 20 años, que murió el 10 de abril del 2015 mientras prestaba el servicio militar en San Onofre, Sucre.
“En el 2018, la Fiscalía esclareció lo sucedido, precisando que no fue un suicidio, como quisieron decir en la Infantería; fue un homicidio”, dice Luz Estella.
Agrega que “está comprobado que fueron cinco los implicados, tres soldados rasos, un suboficial y un cabo, quien fue el que le disparó a mi hijo.
“Las pruebas fueron los testimonios de ellos, que no concuerdan, la manipulación de la escena del crimen y que a mi hijo no le hallaron residuos de pólvora en las manos; en cambio a los señalados sí”.
Aunque tienen las pruebas suficientes, nada ha avanzado jurídicamente. “Lo que sabemos es que a varios los habían detenido, pero nos dicen que están libres, incluso el cabo. Este año tendría que ser la audiencia de legalización de captura, que está aplazada desde hace mucho, pero no se ha hecho, primero por la pandemia y ahora porque otra vez cambiaron de juez”, anotó la madre.
Los padres, quienes residen en Cartagena, dicen no tener miedo. “A mí me hicieron un atentado hace algunos años, me dieron unos balazos y fue por el caso de mi hijo, pero no importa, haremos esa audiencia”, anota Arnold (padre).
A las 12 del mediodía del 10 de abril del 2015, Arnold estaba con otros infantes en un cambuche en San Onofre. Al parecer, hubo una discusión entre ellos y Arnold recibió un balazo en la frente. También tenía golpes. El primer reporte habló de un suicidio, pero con las pruebas se esclareció que fue un homicidio.
Arnold vivía en el barrio El Carmelo, de Cartagena, y tenía un año en la Infantería de Marina.