La comunidad de Chochó está conmovida por la muerte de tres jóvenes señalados como presuntos responsables del asesinato de Diego Felipe Ruiz Rincón, patrullero de la Policía Nacional, ultimado en la tarde del lunes en una panadería del municipio de Sampués.
Los civiles, naturales y residentes en Chochó, resultaron muertos a mano de la Policía, tras supuestamente sostener un intercambio de disparos con uniformados en el plan candado activado para capturar a los sicarios que dieron muerte a Ruiz Rincón.
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La comunidad chochuana afirma que Carlos Ibáñez, Jesús David Díaz y José Carlos Arévalo, fueron capturados y llevados vivos por patrullas de la Policía, que minutos más tarde los reportó muertos, señalándolos de supuestamente pertenecer al Clan del Golfo.
Ante estas afirmaciones, la institución armada a través de su comandante en Sucre, el coronel Carlos Correa Rodríguez, se sostuvo en que los mencionados murieron como producto de las heridas recibidas al enfrentar a un grupo de policías.
Familiares de los civiles muertos aseguran que estos, al momento del homicidio del patrullero, se encontraban entre Sincelejo y Las Palmas, cuando al notar a los policías salieron corriendo, resultando baleado en una pierna, Jesús David Díaz.
Aducen que José Carlos habría auxiliado a Jesús David llevándolo hasta su casa del barrio Villa Karen, de donde minutos después salieron en compañía de Carlos Ibáñez y una hermana del herido con la intención de llevar al lesionado a una clínica en Sincelejo.
Sin embargo, los jóvenes habrían sido interceptados por la policía y de acuerdo con la versión de los allegados de los civiles, quienes dicen tener pruebas para demostrarlo, no opusieron resistencia y fueron capturados vivos, y únicamente Jesús estaba baleado.
Informaciones, igualmente extraoficiales y que no han sido desmentidas por las autoridades, los cuerpos de Carlos Ibáñez, Jesús David Díaz y José Carlos Arévalo, tienen impactos de bala en la cabeza y el pecho.