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¿Por qué a algunos les gusta tener sexo en público? Experta lo explica

Una psicóloga clínica explica las razones que llevan a las personas a realizar estos actos en público.

El Centro Histórico de Cartagena se destaca por la variedad de lugares que tiene para visitar, la vida nocturna y casi siempre está concurrida por los extranjeros que vienen a disfrutar nuestro clima tropical. Sin embargo, para muchos su belleza se ha visto opacada debido a algunos incidentes que desataron todo tipo de comentarios, pues estos actos no son permitidos.

El pasado 15 de julio, una pareja fue vista teniendo relaciones sexuales en el balcón de un hotel en la calle Segunda de Badillo. Aunque los involucrados fueron multados, la ciudadanía se pregunta qué pasa por la mente de estas personas al exponerse a la mirada de los cartageneros. Lea aquí: “Quería cumplir esa fantasía”: Emily Barros, mujer que tuvo sexo en balcón del Centro

Para entender por qué algunos encuentran atractivas este tipo de prácticas, la psicóloga clínica Diana C. Gómez nos explica algunos criterios que se deben tener en cuenta antes de catalogar este comportamiento como exhibicionismo o, en su defecto, que se trata de alguna parafilia.

Estas fantasías sexuales causan malestar clínicamente significativo y afectan el desempeño social, laboral u otras áreas importantes de la vida de estas personas.

En primer lugar, la especialista menciona que, de acuerdo con el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM 5), para hablar de un Trastorno de exhibicionismo se deben cumplir 2 criterios:

1. Durante un periodo de al menos seis meses, excitación sexual intensa y recurrente derivada de la exposición de los genitales a una persona desprevenida y que se manifiesta por fantasías, deseos o comportamientos incontenibles.

2. El individuo cumple estos “deseos” con una persona que no ha dado su consentimiento. Estas fantasías sexuales causan malestar clínicamente significativo y afectan el desempeño social, laboral u otras áreas importantes de la vida de estas personas. Le puede interesar: Video: ¡Otra vez! Pareja es captada teniendo sexo en un balcón de Cartagena

Además, Diana explica: “Los subtipos del trastorno de exhibicionismo se basan en la edad o madurez física de las personas que son objeto preferente de la exposición genital sin su consentimiento. Estas personas pueden ser niños, preadolescentes y adultos”.

A pesar de que no es la primera vez que una pareja es multada por realizar este tipo de prácticas en el Centro Histórico, el caso ha tenido mucha visibilidad entre la ciudadanía y los medios de comunicación.

Emily Barros, de 22 años, dio una entrevista a El Universal en la que contó qué la motivó a tener relaciones sexuales en un lugar público junto a su compañero.

“Estaba con un grupo de amigos, la mayoría norteamericanos, y ya completábamos varios días de fiesta. El día que ocurrió la situación, estábamos eufóricos y al igual que muchas personas que tienen esa fantasía de tener un acto sexual frente de personas o ser apreciados por varias personas, nosotros tuvimos sexo en el balcón de la casa que alquilamos para pasar nuestras vacaciones”, fue la declaración de Barros. Lea también: Lo que piensan los adolescentes sobre la sexualidad

Ante los comentarios que desató la historia de Emily, la especialista aclara: “No se debe generalizar y lanzar juicios sobre todos los casos. Hay que analizar el contexto y revisar las motivaciones en cada caso de forma particular”.

En estos casos, se debe indagar sobre las motivaciones que los llevan a tener esta conducta. También se debe preguntar si lo han hecho una sola vez, si estaban bajo efecto de alguna sustancia psicoactiva o si solo consiguen excitarse teniendo relaciones sexuales en público. Además, una pregunta que ayudaría a tener un panorama más claro sobre la situación es si lo hacen porque realmente quieren ser vistos o piensan de manera “inocente” que nadie los va a ver.

No se debe generalizar y lanzar juicios sobre todos los casos. Hay que analizar el contexto y revisar las motivaciones en cada caso de forma particular”,

Diana C. Gómez, psicóloga clínica.

Cambiar la comodidad de la habitación por un acto ilícito

“Para algunas personas la motivación para el ‘dogging’ (tener sexo en lugares o espacios públicos) efectivamente es estar expuestos a situaciones ‘nuevas, extremas’, de alto riesgo, que se salgan de la rutina y que les generan adrenalina”, explica Gómez.

La respuesta que generalmente brindan estas personas es: “Por el aburrimiento sexual”, “por experimentar” e indican que el sexo “ortodoxo” ya no les resulta novedoso y buscan nuevas formas de “explorar”. No obstante, esa “exploración” solo es válida cuando no afecta la integridad de otros y al exponerse públicamente “claramente pasa un límite, pues estaría obligando a un tercero a presenciar algo que no quiere”, añade. Lea: ¿Cuántas calorías se queman durante las relaciones sexuales?

Queramos o no, en la esfera pública hay restricciones porque pues lo que hacemos afecta a otros, ya sea directa o indirectamente.

“Si bien es cierto que todos tenemos derechos sexuales y reproductivos, también hay límites y normas sociales definidas”, afirma la psicóloga Diana C. Gómez.

En conclusión, la especialista enfatiza en que cada caso debe analizarse de forma particular, aunque exista una posible serie de explicaciones comunes como la parafilia. Sin embargo, puede que esta última no sea la respuesta a este tipo de situaciones.

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