La pandemia del nuevo coronavirus le ha impuesto a la ciencia dos retos gigantes: desarrollar una vacuna capaz de prevenir la COVID-19 y encontrar un tratamiento efectivo para quienes la padecen.
Tal vez la respuesta al segundo desafío está dentro de los mismos pacientes: puede que corra por sus venas. Imaginemos que una persona se contagia y padece la COVID-19: su organismo comienza a luchar contra la enfermedad y, en esa batalla, genera los anticuerpos necesarios para superarla, algo así como una “vacuna natural” contra el virus que le otorgaría inmunidad. Pensemos que esa persona se recupera y que decide donar un componente de su sangre llamado plasma (que contiene los anticuerpos) y se lo transfieren a otra persona contagiada...
Según el Ministerio de Salud y Protección Social, si a una persona con COVID-19 se le administra el plasma convaleciente (es decir, de un recuperado) durante los primeros días de la enfermedad, ese plasma “puede aportar los anticuerpos que ayudarían al sistema inmunológico a contrarrestar al virus”.
Justamente bajo esa premisa se desarrolla el proyecto de investigación PC-COVID-19, apoyado por MinSalud, y que busca “probar la eficacia del plasma de paciente recuperado para el tratamiento de pacientes con la enfermedad”, según explica su investigador principal, el doctor Juan Manuel Anaya, especialista en Reumatología e Inmunología, doctor en Biología, profesor de Medicina y director del Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes (CREA) de la Universidad del Rosario. Él nos cuenta cuáles son las claves de este esperanzador estudio y, en general, del uso de plasma convaleciente como potencial tratamiento para la COVID-19:
1. “En efecto, se asume que los pacientes que se curan tienen anticuerpos y otras sustancias del sistema inmune que podrían ser de gran ayuda para aquellos que todavía tienen la enfermedad activa, pero cuya respuesta inmune es insuficiente”, explica el doctor Juan Manuel Anaya.
Juan Manuel Anaya es especialista en Reumatología e Inmunología y doctor en Biología e integra la Comisión de Sabios del Gobierno nacional.//Foto: Cortesía.
2. Investigación en Colombia
“Desde marzo de 2020, conformamos un grupo interdisciplinario que ha iniciado el proyecto PC-COVID-19, que consiste precisamente en la aplicación de dicho plasma, luego de estudios rigurosos, a aquellos pacientes con COVID-19 que están graves, pero no en estado crítico; es decir, a aquellos que estén hospitalizados, pero no en cuidados intensivos”, explica Anaya. (Le puede interesar: COVID-19, un reto que Cartagena va ganando)
En la investigación participa un grupo interdisciplinario compuesto por investigadores del Centro de Estudio de Enfermedades Autoinmunes (CREA) de la Universidad del Rosario en Bogotá; de la Universidad CES de Medellín, del Instituto Distrital de Ciencia, Biotecnología e Innovación en Salud (IDCBIS), de Bogotá; de la Fundación Universitaria de Ciencias de la Salud (FUCS); y de Servicios y Asesoría en Infectología, de Bogotá.
3. El plasma convaleciente se les debe suministrar en dos sesiones a los pacientes hospitalizados con COVID-19 que no estén en UCI. Inicialmente se tratará a 90 en el marco de la investigación.
4. De ser exitoso...
“Si se llegase a comprobar su eficacia, los beneficios serían enormes: se podría instituir como tratamiento inicial a pacientes hospitalizados no complicados con COVID-19, reducir la morbi-mortalidad de la enfermedad, promover la cohesión social, disminuir la estancia hospitalaria, el uso de personal médico, de ventiladores, de unidades de cuidados intensivos y, no menos importante, facilitar la paulatina reincorporación laboral”.
5. El tratamiento con plasma no es nuevo: se usó para la gripe española de 1918, el ébola y el síndrome respiratorio agudo grave (SARS), producido por otro tipo de coronavirus.
6. “Lo original de la propuesta colombiana es su uso en pacientes que no están severamente enfermos y que podrían recuperarse sin tener secuelas de la enfermedad o evitarles progresar hacia cuidados intensivos o la fatalidad”: Juan Manuel Anaya.
7. ¿Y los efectos secundarios?
Este “es un procedimiento que se hace mucho tiempo. Su tolerabilidad es buena. (...) No obstante, no está exento de efectos secundarios, principalmente de tipo alérgico, que pueden ocurrir en menos del 1% de los casos. Reacciones de tipo alérgico más severas pueden ocurrir en menos de 1 por 100.000 trasfusiones”.
8. ¿Qué tan cerca están de lograrlo?
“Una vez hayamos terminado el estudio controlado aleatorizado, es decir, compararemos la eficacia del plasma de convalecientes contra el tratamiento convencional y así sabremos si en realidad es útil o no. En total debemos tratar a 90 pacientes para un análisis correcto. Quizás a finales de septiembre lo sabremos”.
9. De ser exitoso, el tratamiento se comenzaría a implementar en otras ciudades del país como Cartagena, sin embargo, “primero debemos terminar el estudio controlado aleatorizado”, apunta el docltor Anaya.
10. Necesitan donantes
Para llevar a cabo este estudio, se requiere que, inicialmente, las personas recuperadas donen su plasma en Bogotá. En Colombia, el Instituto Distrital de Ciencia Biotecnología e Innovación en Salud (IDCBIS), vinculado al sector salud del Distrito Capital, está autorizado para recibir las donaciones de plasma y está buscando donantes para desarrollar la investigación.
11. Podemos ayudar
¿Usted tiene un familiar en Bogotá que se haya recuperado de COVID-19? Dígale que puede donar si:
-No tiene ninguna enfermedad adicional.
-Luego de 14 días de confirmarse que está libre del virus, quiera participar voluntariamente y tenga dos pruebas moleculares negativas para SARS-Cov-2.
-Tiene niveles altos de anticuerpos contra el coronavirus.