En los países desarrollados, el insomnio se está volviendo el trastorno de sueño más frecuente en la población general. Uno de los motivos es usar desmedidamente tablets, teléfonos móviles y computadores, los cuales emiten un tipo de luz que afecta el cerebro. Rafael Lobelo García, médico especialista en trastornos del sueño adscrito a Colsanitas, dice que antes de dormir, al exponer al cerebro a este tipo de luces, no se le deja descansar bien. De hecho, si la luz es muy fuerte, el cerebro puede creer que aún es de día, así que su función reparadora se pospone.
Para el experto es importante desenchufar o apagar este tipo de dispositivos. “Esas habitaciones que están repletas de aparatos electrónicos, que emiten luces titilantes, no son las adecuadas para dormir. Los botones del monitor, del televisor, de las pantallas del celular o de las tablets, están prohibidos a la hora de irse a la cama”, explica.
Estas luces influyen incluso en la temperatura de la habitación, lo cual también hace que no podamos descansar.
“En realidad bajar la temperatura corporal permite dormir mejor, en la noche el cuerpo quiere bajar la temperatura y, cuando eso pasa, el cerebro traduce que es un momento adecuado para dormir. Si hay mucha luz, mucha tecnología conectada, esto interfiere también con el sueño porque emite calor”, afirma Lobelo, quien además aconseja generar una cultura de un baño nocturno, o hidroterapia, lo cual hace que sea más fácil dormir.
Una persona adulta sana debe dormir de seis a siete horas. No es bueno dormir menos, pero tampoco es bueno dormir mucho más pues no es para nada aconsejable alterar nuestro reloj biológico.
El doctor Lobelo añade que “no es bueno que un adulto normal duerma más de nueve horas, porque el cerebro tiene el llamado reloj biológico circadiano, en donde tiene claro que el día tiene 15 horas, mientras que la noche tiene nueve. Eso no quiere decir que se tengan que dormir nueve horas, pero sí indica que en ese lapso, la actividad cerebral intensa que uno tiene durante el día debe caer debe bajar y debe darse esa reparación durante la noche”.
El sueño tiene una función reparadora e interviene en la maduración neurológica cerebral. Dormir menos de lo necesario produce irritabilidad y disminución de la concentración.
Los trastornos del sueño son problemas frecuentes en los niños y adolescentes. Pueden aparecer de forma aislada o asociados con otros problemas conductuales o emocionales.
Según explica Mayo Clinic, para dormir bien se pueden hacer cambios en el estilo de vida, sin embargo, es posible que el médico recomiende hacer terapia conductual para ayudar con nuevos hábitos de sueño y con algunos consejos para lograr que el lugar donde duerme sea más propicio.