<img src="https://sb.scorecardresearch.com/p?c1=2&amp;c2=31822668&amp;cv=2.0&amp;cj=1">

La bacteria relacionada con el cáncer de estómago

La H. pylori se diagnostica a través de análisis de sangre, prueba de aliento, prueba de heces o endoscopia, todo depende del caso.

Se llama Helicobacter pylori (H. pylori), es una bacteria y es considerada como la principal causa de la gastritis crónica, que puede derivar en patologías graves, si no se previene o si no se hace un diagnóstico oportuno. Hace algunos años se creía que la H. pylori podía ser erradicada con antibióticos para evitar la gastritis y el riesgo de otras enfermedades, sin embargo, según la Organización Panamericana para la Salud (OPS), la bacteria se ha vuelto muy resistente y difícil de erradicar.

De acuerdo con el Instituto Nacional de Cáncer de Estados Unidos, la bacteria suele propagarse por contacto boca a boca, a través del agua y los alimentos contaminados, es decir que en algunos casos la población más vulnerable frente a esta es la que se encuentra en condiciones de pobreza y en áreas con problemas de salubridad. (Le puede interesar: 7 sorprendentes beneficios de comer aguacate)

Expertos estiman que esta infección suele adquirirse en la infancia. De hecho, un estudio realizado en Colombia a personas entre 1 y 16 años reflejó H. pylori en el 59% de los casos. Esta bacteria fue considerada por la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer como agente carcinogénico tipo I y se estima que más del 75% de los cánceres de estómago en todo el mundo se desencadenaron por portarla.

Los síntomas incluyen dolor en el abdomen, malestar agudo con el estómago vacío, náuseas, pérdida de apetito y disminución involuntaria de peso. La H. pylori se diagnostica a través de análisis de sangre, prueba de aliento, prueba de heces o endoscopia, todo depende del caso.

RELACIÓN
CON CÁNCER

El cáncer de estómago se origina en la mucosa gástrica. La infección por H. pylori puede afectar notablemente la mucosa gástrica, generando una gastritis crónica o avanzada que si no se trata a tiempo puede contribuir al origen de esta enfermedad a través de una lesión precancerosa. Esta etapa suele ser asintomática. Especialistas afirman que la última fase del desarrollo de la enfermedad es la que sí presenta síntomas, pero usualmente en esta fase, la patología está en una etapa más avanzada.

Además de la H. pylori, otros disparadores pueden ser una mala dieta, una excesiva ingesta de sal, tabaquismo y alcohol. El desarrollo de una afección como esta es gradual y puede pasar mucho tiempo para que el paciente experimente síntomas.

Más noticias