Aparición repentina de fiebre, tos normalmente seca, dolor de cabeza, dolor muscular y articular, dolor de garganta y secreción nasal están entre los síntomas de la influenza (gripe).
Estos, aunque son tolerables para la mayoría de las personas, pueden alterar la vida cotidiana y el desempeño laboral de quienes los padecen; y deben tomarse en serio, pues pueden provocar complicaciones graves y hospitalización, especialmente en grupos de riesgo. Lea: Influenza, el virus que provocó cuatro epidemias en el último siglo
El doctor Álvaro Rojas, director médico de Abbott, manifestó que “en Colombia, los picos más altos de este virus empiezan usualmente al final del primer trimestre del año y luego vuelven a repuntar de octubre a diciembre”.
Mito 1: La influenza es inofensiva, es como un resfriado
La verdad: “La influenza debe tomarse con seriedad, ya que puede provocar complicaciones graves y hospitalización, especialmente para los grupos de riesgo. Cada año, se estima que la gripe afecta a mil millones de personas en todo el mundo. En promedio, entre 290.000 y 650.000 personas mueren de gripe cada año”.
Mito 2: La vacuna contra el COVID-19 protege de la gripe
La verdad: “El COVID-19 y la influenza son virus diferentes. Por lo tanto, para estar protegido contra la influenza, es necesario vacunarse contra este virus en particular”.
Mito 3: Solo necesitas vacunarte una vez
La verdad: “El virus de la influenza muta cada año. Por lo tanto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la vacunación anual contra la gripe para aumentar la protección contra la cepa más dominante de cada temporada”.
Mito 4: Las vacunas no ayudarán si tengo influenza
La verdad: “Todo lo contrario. La vacuna contra la influenza reduce el riesgo de contraerla, pero si la contrae de todos modos, los síntomas deberían ser menos fuertes que si no hubiera recibido la vacuna”.
Mito 5: La vacuna contra la influenza es solo para niños pequeños
Usted puede hacer algo más que quedarse de brazos cruzados esperando el paso de esta afección viral.
La primera medida y la más importante en la prevención contra la influenza es vacunarse todos los años. Se ha demostrado que la vacuna contra la influenza reduce la aparición de enfermedades relacionadas y el riesgo de sufrir complicaciones graves, a causa de esta enfermedad, que pueden dar lugar a hospitalizaciones o incluso la muerte.
Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) también recomiendan medidas preventivas cotidianas, como mantenerse alejados de las personas que están enfermas, cubrirse al toser y estornudar y lavarse las manos con frecuencia; para ayudar a desacelerar la propagación de gérmenes que causan enfermedades respiratorias (de la nariz, garganta y pulmones), como la influenza.