Se estima que entre el uno y dos por ciento de la población en general es psicópata y la gran mayoría no se encuentra en las cárceles, lo cual significa justo lo que estás pensando: ¡están a tu alrededor!
Además, según el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales, el trastorno antisocial de la personalidad constituye un trastorno relacionado con la psicopatía y su prevalencia está entre el 0.2% y 3.3%, lo cual justifica la urgente necesidad de estudiar y comprender mucho más los comportamientos de los psicópatas. Lea: Trastornos de personalidad: sociopatía vs psicopatía
En caso de tener a un psicópata al lado o al frente, ¿sabrías detectarlo? Una visión clara del actuar de estos individuos, que permite a la sociedad en general reconocer sus características y perfil, se encuentra en el libro ‘Psicópatas. Análisis de un comportamiento criminal y letal’, del psicólogo Adolfo Castilla Sánchez, especialista en psicología clínica con enfoque cognitivo conductual.
De hecho, inicialmente no les interesa mostrar su violencia y peligrosidad para lograr sigilosamente su objetivo, mismo que premeditan racionalmente en cada paso que dan.
Y justo de ese modo se habría fraguado el crimen de la DJ Valentina Trespalacios, uno de los feminicidios que más estupor ha generado en el país y por el que estadounidense John Poulos, quien era su novio, podría enfrentar hasta 50 años de prisión. Recordemos que el cuerpo de la joven fue hallado en un basurero de Bogotá, el pasado 22 de enero, dentro de una maleta. Lea: Así habría matado John Poulos a Valentina Trespalacios, según la Fiscalía
Valentina estaba dormida cuando el hombre empezó el brutal ataque, que terminó al asfixiarla por estrangulamiento. “Las investigaciones describen a este sujeto como dominante, celotípico, controlador e impulsivo. El escenario de los hechos demuestra posible planificación, racionalidad calculadora y uso de sus facultades de voluntad. Generalmente los feminicidas con rasgos psicopáticos, cuando no logran ejercer control utilizando sus encantos, o con su capacidad manipuladora, pueden recurrir a las peores manifestaciones de violencia”, explicó Castilla.
El también investigador anotó que, en cambio, el psicópata asesino serial no necesariamente conoce a sus víctimas y recordó el modus operandi de Luis Alfredo Garavito. “Planeaba organizadamente sus crímenes, con facilidad cambiaba su aspecto físico, se disfrazaba de monje, discapacitado o vendedor ambulante para acercarse a los niños, mostrándoles falso aprecio para ganar su confianza”, detalló.
Y añadió: “Las edades de las víctimas, a quienes torturaba, abusaba y luego decapitaba, oscilaban entre los 8 y 16 años. Garavito mostró un patrón repetido durante muchos años sin remordimiento o culpa por lo que hacía, y su nivel de violencia y necesidad de matar se intensificaban, aumentaba su conducta al sentir placer por realizar desmembramiento y exposición de los órganos de sus víctimas”. Lea: Así son los dos tipos de cáncer que tiene Garavito, el violador de niños
¿Cómo es posible que un ser humano llegue al extremo de psicópatas como Garavito? ¿Qué pasa por sus mentes? “Numerosas investigaciones demuestran que los psicópatas revelan alteraciones en las neuroimágenes, actividad eléctrica cerebral, funcionamiento bioquímico y en la actividad del sistema nervioso autónomo, así como un déficit en el procesamiento emocional y las funciones ejecutivas”, señaló Castilla. Además, “se han reportado cambios estructurales finos en el cerebro, como la reducción de la materia blanca prefrontal, posiblemente relacionados con pobre toma de decisiones, desregulación emocional y daños en el juicio moral”, agregó.


Adolfo Castilla Sánchez, especialista en psicología clínica.
La conducta psicopática también puede ser heredada, pero se desarrolla en la interacción de componentes como contextos de crianza violentos, así como la ausencia de vínculos afectivos y experiencias traumáticas de maltrato o abuso. Lea: Así se forma y piensa un sicario: psiquiatra detalla si también es psicópata
¿Cómo identificarlos?
En ‘Psicópatas’, el autor definió la psicopatía como un desorden en la personalidad y el comportamiento, que se caracteriza por una conducta criminal altamente peligrosa.
Y precisó: “Entre las características más significativas se encuentra que son conversadores, entretenidos, locuaces, con facilidad verbal, egocéntricos, dominantes, manipuladores, con incapacidad para aceptar responsabilidades, insensibles afectivamente o con falta de empatía, mentirosos reiterativos, impulsivos, agresivos y con pobre control de la ira y versatilidad criminal. Y muchos de estos comportamientos se pueden identificar como signos de alarma en la infancia y durante la vida”.
Recalcó que “la peligrosidad y reincidencia en actos criminales dependerán del nivel de psicopatía. Un grupo de estos pueden ser asesinos impulsivos, seriales o descontrolados y otros muy civilizados que caminan entre nosotros elegantes, seductores, manipuladores, estafadores, que no han matado físicamente a nadie, pero que desde su contexto social, político, cultural y religioso dañan y torturan en su entorno”.