Cada año, un millón de personas fallecen en América Latina y el Caribe por fumar, lo que equivale aproximadamente a una muerte cada 34 segundos. En Colombia son 35.000 las vidas que se pierden anualmente por esta causa.
Lo más alarmante es que alrededor de 827 mil jóvenes de 12 a 21 años han consumido cigarrillo alguna vez en su vida, según la Encuesta Nacional de Consumo de Sustancias Psicoactivas (ENCSP-2019: los datos más recientes y únicos disponibles al público) y la Encuesta Nacional de Calidad de Vida (ECV-2021) del Dane. Lea: Dejar de fumar, una decisión para proteger la vida
La edad promedio en la que se inicia este hábito es 16,8 años para los hombres y 18,2 años para las mujeres, por lo que usted debe saber que entre fumar cigarrillos convencionales, vapeadores, cigarrillos electrónicos, hookah (pipas de agua) o similares “no hay ninguna diferencia” para la salud. Todos producen efectos nocivos”, aseguró Héctor Enrique Paul González, neumólogo de Promocosta, IPS de la red de Coosalud EPS.
Advirtió que fumar tabaco “produce daño en muchos órganos y sistemas de nuestro cuerpo. Es la primera causa prevenible de cáncer de pulmón; puede producir cáncer de esófago, laringe, boca, garganta, riñón, vejiga, hígado, páncreas, estómago, en cérvix o cuello uterino, colon y recto, así como leucemia mieloide aguda”.
Y agregó: “si hablamos de enfermedades cardiovasculares, puede producir infartos cardíacos; si hablamos de enfermedades pulmonares, una de las más graves es la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (Epoc), pero además puede producir bronquitis crónica, enfisema (afección pulmonar que causa dificultad para respirar), enfermedades intersticiales (grupo de patologías en las que los tejidos pulmonares resultan inflamados y luego dañados), aumentar el riesgo de padecer neumonías, tuberculosis y otras enfermedades de las vías respiratorias, sobre todo, porque fumar causa inflamación y debilita la función inmunitaria”. Lea: Consumo de tabaco: principal causa de muerte por enfermedad pulmonar
A esa aterradora lista, el especialista sumó que “el hombre que fuma tiene un riesgo mayor de disfunción eréctil” y que “entre más tiempo fume una persona, mayor será su probabilidad de experimentar daños por fumar, incluida una muerte más temprana”.
¿Y qué tal vapear?
El coordinador del programa Época (Epoc y Asma) de Promocosta señaló que, si bien, los cigarrillos electrónicos y vapeadores surgieron como una alternativa para aquellas personas que querían dejar de fumar, o simplemente probar algo diferente, cuando un joven los usa “lo que está haciendo es inhalar un aerosol, es decir, un conjunto de partículas microscópicas en suspensión que pueden ser sólidas o líquidas. Pero, ¿qué hay en un aerosol de estos? Dentro de sus componentes está la nicotina, que es la responsable de la adicción al tabaco y sus efectos en nuestro cuerpo”. Lea: Estos son los 7 riesgos de vapear frecuentemente para tu salud
Aunque la nicotina reduce el estrés y la ansiedad, mejora el estado de ánimo e incrementa el estado de alerta, también puede “aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como infartos cardíacos, dañar el cerebro en desarrollo y alterar la memoria, la concentración y el aprendizaje”, advirtió el experto.
“El problema que tienen los cigarrillos electrónicos y vapeadores es la composición de sus elementos --reiteró--”. Y es que estos resultan muy llamativos para los jóvenes por contener humectantes y aromatizantes con sabores y olores.
“Sienten que al vapear están a la moda, pero no saben los efectos de los humectantes, aromatizantes y metales pesados que contienen ese aerosol. Por ejemplo, los humectantes pueden tener sustancias cancerígenas o irritantes para la mucosa bronquial, simplemente al inhalarlos pueden generar una irritación en la vía aérea”, manifestó el neumólogo con nueve años de experiencia.
Anotó: “Le sumas los aromatizantes, que pueden producir enfermedades o inflamación a nivel de la vía aérea, como la bronquiolitis, y los metales pesados que contiene ese vapor, como níquel, aluminio, cromo, hierro, plomo y estaño”.
Los cigarrillos electrónicos y vapeadores también aumentan la frecuencia cardíaca y pueden generar arritmias e incrementar la presión arterial. Y no son una alternativa para dejar el cigarrillo convencional. “Estudios han demostrado que los jóvenes que nunca han fumado y que inician con cigarrillos electrónicos, tarde o temprano van a ser fumadores activos de cigarrillo convencional”, afirmó Paul González.
Quienes no fuman directamente, pero viven con fumadores activos o se desenvuelven en un entorno en el que inhalan humo de forma pasiva, continua y prolongada, a largo plazo pueden desarrollar cualquiera de las enfermedades o alteraciones mencionadas.
En el marco del Día Mundial sin Tabaco, que se conmemora mañana miércoles 31 de mayo, educar a los jóvenes desde los hogares, colegios y universidades, enseñarles las consecuencias de fumar y de vapear es la mejor manera de prevenir enfermedades y muertes por estas causas.
Además, “el Estado debe legislar contra la venta indiscriminada de este tipo de sustancias”, anotó el especialista.
