Aunque según la Encuesta Nacional de demografía y salud (ENDS), hecha en el año 2015 por el Ministerio de Salud y Protección Social junto a Profamilia, se observa un ligero descenso en el porcentaje de embarazo adolescente, la cifra continúa siendo muy elevada, pues actualmente el 17,5% de las mujeres entre los 15 y los 19 años han sido madres o están esperando a su primer hijo.
El porcentaje es más elevado en las zonas rurales, hecho que se encuentra estrechamente ligado a un menor nivel educativo y a más pobreza.
La ginecóloga y obstetra Sandra Marcela Gómez Ramos explica que, dentro de los objetivos misionales de la Federación Colombiana de Obstetricia y Ginecología, uno de los principales hitos es promover el desarrollo y mejoramiento continuo de la salud sexual y reproductiva de la mujer en el país.
“Debemos entender que el embarazo adolescente posee un carácter multidimensional y que son varios los determinantes sociales que impactan en este como la residencia en áreas rurales o zonas dispersas, escaso, mínimo o nulo acceso a información sobre sexualidad y derechos sexuales y reproductivos o un muy bajo acceso a servicios en salud sexual y salud reproductiva, entre otros”, sostiene la experta.
Mitos contra el embarazo adolescente
Las píldoras anticonceptivas engordan y/o hacen crecer el vello corporal.
Realidad. Esto depende de cada mujer y de sus antecedentes médicos. Es importante que cada una vaya a consulta para que el/la profesional la guíe para escoger cuál es el mejor método para ella.
La pastilla del día después puede ser usada como método anticonceptivo cada vez que se esté en riesgo de quedar embarazada.
Realidad. La pastilla del día después no es un método anticonceptivo de uso frecuente, es solo de emergencia.
Si soy menor de 18 años, solo puedo asistir a asesorías en anticoncepción con mi acudiente.
Realidad. Si soy menor de 18 años, puedo asistir a una asesoría de anticoncepción sin mis padres o acudientes.
Solo las mujeres que mantienen relaciones sexuales con muchos hombres necesitan usar anticonceptivos.
Realidad. Usar anticonceptivos es una forma de ejercer la autonomía sobre el cuerpo y la vida de cada una, por lo tanto no está relacionado con la actividad sexual ni el número de compañeros sexuales que se tenga.
Embarazos en universitarias
El panorama en esta población difiere, así:
- Una de cada diez estudiantes tiene un embarazo no deseado durante sus estudios universitarios.
- El 72,5% de nacimientos en Colombia se da en madres de entre los 15 y los 29 años.
- El 29% de los nacimientos en Colombia (el grupo de edad con porcentaje más alto) se da en madres que tienen entre 20 y 24 años de edad.
- Según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), el 52,4% de nacimientos en Colombia se da en madres de entre los 20 y los 29 años.
- El 16% de las madres adolescentes en Colombia no quería tener un hijo y el 50% quería tenerlo más adelante.
- En diversos países de América Latina el 83,2% de mujeres universitarias embarazadas dicen que no planearon su embarazo.
- En las universidades públicas, más del 50% de las estudiantes de primeros semestres son adolescentes y este es el grupo más vulnerable a embarazos no planeados.
- El 79,5% de embarazos en estudiantes de universidades públicas son no planeados.
- En ocasiones, el embarazo en estudiantes universitarias crea importantes rupturas con el grupo de iguales y con la trayectoria de vida propia, afectando su desarrollo y el de su bebé y que incluso puede generar el abandono de su formación profesional.
- El embarazo en adolescentes es un problema de salud, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
- Diversas investigaciones científicas refieren que el comportamiento sexual y reproductivo en las adolescentes muestra que cada vez inician su vida sexual activa a edades más tempranas, y que en su mayoría lo hacen desprovistas de información objetiva, oportuna y clara sobre el manejo de la sexualidad, las responsabilidades de la maternidad y el uso correcto de métodos anticonceptivos modernos. Este escenario, sin duda, las expone a un mayor riesgo de experimentar un embarazo no deseado, un aborto provocado o el contagio de alguna enfermedad de transmisión sexual.
