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Disruptores: un ambiente que perjudica la salud

Muchos productos que se usan y se consumen a diario, contienen sustancias tóxicas que producen cambios en el equilibrio hormonal humano, generando propensión a ciertas enfermedades. Estos tóxicos además, pueden ser transmitidos en la fecundación, el embarazo o la lactancia, a las generaciones venideras.
Se trata de unas sustancias llamadas disruptores.
“Son un conjunto de compuestos químicos contaminantes del medio ambiente, que interaccionan con el sistema endocrino, es decir que alteran el equilibrio hormonal”, señala María Grazia Girone, presidenta del Capítulo Bolívar, de la Asociación Colombiana de Endocrinología, ACE.
Están en todas partes
Estos tóxicos no están lejos de usted, pues aunque no los vea, pueden estar presentes en muchos alimentos que compra, empaques de productos que usa e incluso utensilios con los que cocina o en los que guarda alimentos y bebidas.
“Encontramos pesticidas organoclorados como el DDT, que hace rato no se utiliza pero como se metía en la tierra ha quedado allí y sigue funcionando porque es persistente, es decir que, si un terreno ha sido tratado con DDT y allí siguen cultivado alimentos o criando animales, éste se transmite a los humanos cuando los ingieren. Es una cadena: por ejemplo, una madre se come algo que provenga de una zona con DDT, esta sustancia va a sus hormonas, se conserva en la mama y a la hora de amamantar será transmitido al bebé”, explica la Endocrinóloga.
También encontramos los policlorados bifenilos, componentes eléctricos de las platas industriales y transformadores de energía; así mismo están los alquilfenoles que están en plásticos, detergentes y espermicidas; está además el bisfenol A, un químico que viene de plásticos térmicos (por ejemplo) y que estamos incorporando a nuestro organismo, incluso hay investigaciones en las que se ha encontrado bisfenol A en el hígado de fetos, o sea humanos que todavía no han nacido y ya lo tienen”, indica.
Entre otros disruptores, están: los ftalados, que también se encuentran en algunos plásticos; los parabenos, encontrados en la mayoría de las cremas, en la crema dental y algunos desodorantes; el percloroetileno, sustancia usada en el lavado en seco y en la fabricación de carros; los PFOs, que se encuentran en el teflón, y algunos otros que se generan con la polución.
Estas sustancias son persistentes, es decir que nada las elimina, además son liposolubles, lo cual implica que se acumulan en las zonas grasa del cuerpo como las mamas y por allí también se transmiten a los recién nacidos.
Culpables de muchas enfermedades
Estas sustancias interfieren en los procesos hormonales normales y son responsables, en gran parte de muchos daños a la salud y enfermedades como infertilidad, ovarios poliquísticos, cánceres, desórdenes metabólicos, problemas neurológicos, tumores, ginecomástias, entre otras.
Además, todos los disruptores pueden ser recibidos por los bebés al momento de la fecundación o a través de la lactancia y generar a futuro las mismas enfermedades o propensiones que tienen los adultos. También pueden producir malformaciones congénitas, desarrollo precoz o bajo peso al nacer.
El perjuicio de estas sustancias ha sido estudiado desde hace muchos años en los animales y de un tiempo para acá, se han empezado a ver las consecuencias también en el hombre.
No se trata de que usted se traumatice, pero sí de que tome medidas de precaución.
¿Qué hacer?
Hay que cambiar ciertas formas de vivir y de hacer las cosas. No es fácil, pero tampoco imposible, si algo le hace daño y usted lo sabe, no debe seguir atentando en su contra:

  • Evite los plásticos tóxicos, sobretodo en contacto con los alimentos.
  • Consuma productos ecológicos.
  • Utilice cremas, desodorantes y cosméticos libres de parabenos. Lea los compuestos químicos.
  • No utilice  teflón en los utensilios de cocina ni impermeabilizantes derivados de este material.
  • Elija vasos, biberones y jarras de vidrio, y portacomidas de porcelana, por ejemplo.
  • Prefiera ollas en vidrio o acero inoxidable y no de teflón ni de aluminio.
  • Extreme las medidas durante el embarazo, la lactancia y la primera infancia.

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