En febrero de 2012 a Carolina le diagnosticaron fibromialgia. Un dictamen que llegó como resultado de ocho meses de exámenes y estudios, y que venía acompañado de fuertes dolores que empezaban en la zona de las costillas, subían por la caja torácica, los hombros, la cabeza y mandíbula, hasta llegar a las piernas y apoderándose de todo el cuerpo.
“Fueron ocho meses de peregrinación médica porque los doctores no sabían qué era lo que tenía y me remitían con especialistas de otras áreas. Ocho meses en los que el dolor no me dejaba parar de la cama, me impedía dormir y tener una vida normal”, recuerda.
Carolina hace parte del 2.7% de la población mundial, que actualmente padece esta enfermedad que, si bien no produce alteraciones orgánicas, sí se le atribuyen altos índices de dolor y molestia.
Carolina representa uno de los tantos casos de personas que padecen esta enfermedad en la que más del 75% de los casos corresponde a población femenina, y en menor medida, también se puede diagnosticar en hombres y niños.
Aunque sus causas aún no están adecuadamente establecidas, se sabe que se produce como consecuencia de una respuesta incrementada a la estimulación mediada por el sistema nervioso central, y que además del dolor suele llegar acompañada de otros síntomas como fatiga persistente, sueño no reparador, rigidez generalizada, ansiedad, depresión, cefaleas, problemas en el ciclo menstrual, síndrome del intestino irritable, parestesia (sensación de hormigueo en brazos, manos, piernas o pies) y disfunción cognitiva.
Pese a que la fibromialgia es crónica, las molestias suelen aparecer y desaparecer periódicamente, e incluso variar en su intensidad, por lo que se le conoce como la afección del dolor invisible, pues debido a su ausencia de alteraciones orgánicas demostrables, no existe una prueba diagnóstica confirmatoria objetiva, haciendo que su tratamiento sea complejo perjudicando aún más la calidad de vida de los pacientes que tienen que convivir con los síntomas de manera prolongada.
El cannabis medicinal ha comprobado ser un tratamiento efectivo para reducir significativamente el dolor crónico en frecuencia e intensidad en los pacientes diagnosticados con fibromialgia que han probado otros tratamientos sin lograr reducir el dolor. Tanto el CBD como el THC están indicados para el alivio sintomático en estos pacientes, pues mientras el THC contribuye al manejo del dolor y provee un efecto analgésico, el CBD tiene efectos antinflamatorios que ayudan a manejar los síntomas a nivel musculoesquelético.
“Los cannabinoides también inciden en los receptores del dolor del organismo a través del Sistema Endocannabinoide e interactúan con el sistema nervioso central, muscular y con la actividad motriz, aliviando sintomatología en dolores crónicos. Adicionalmente, el cannabis medicinal ayuda a manejar otros síntomas asociados a la fibromialgia como la ansiedad y el insomnio, permitiendo que los pacientes reduzcan la percepción del dolor durante la noche y se sientan descansados durante el día”, afirma Andrés González, médico neurocirujano de Clínica Zerenia.
Aunque la fibromialgia no se cataloga como una enfermedad mortal, sí afecta la calidad de vida, el entrono personal y profesional de la persona, y aumenta los índices de incapacidad laboral.
Algunas cifras
·La fibromialgia se presenta principalmente en mujeres (más del 75% de los casos corresponde a población femenina). Sin embargo, también se puede diagnosticar en hombres y niños.
· Los estudios a nivel mundial revelan una prevalencia global de 2.7% para fibromialgia. Esta cifra se incrementa en América, representando el 3.1% de la población.