El buñuelo es uno de los alimentos tradicionales en diciembre. Muchas personas acostumbran a hacerlos y otras los encargan ante lo “difícil” que puede resultar la preparación de la masa.
Sin embargo, es importante tener en cuenta varios consejos a la hora de hacer unos ricos buñuelos.
Gisela Restrepo, de Mi Dulcinea Repostería, indica que el secreto para lograr un buen buñuelo debe partir de la materia prima: queso costeño que no sea exageradamente salado y la premezcla de las que venden en el mercado (algunas piden agregar huevos o líquidos como leche, agua o aguapanela) y tener claro que no todas tienen la misma fórmula (está por detrás).
Agrega que para que la masa quede bien homogénea es importante seguir al pie de la letra las indicaciones de la premezcla, que por lo general indican conservar las proporciones de los ingredientes secos (harina, sal) y húmedos (líquidos y huevos).
“El queso debe estar muy bien rayado, porque cuando queda muy grueso esos grumitos explotan. Otro truco fundamental es no apretar el buñuelo como si fuera un mazapán, simplemente hay que acariciarlo y no siempre hay que darle una forma perfectamente redonda, porque si quedó bien hecha la receta ellos mismos toman la forma en el aceite”, explica Restrepo.
Otro tip: la temperatura del aceite debe estar medio alta, no supremamente alta ni muy bajita. ¿Cómo lo comprueba? Coja una bolita pequeña de la masa, la pone en el aceite y espere cinco segundos, si en ese tiempo sube, la temperatura es la adecuada.
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