Adquirido con recursos de la tasa a la seguridad, la Fuerza Pública de Sucre recibió un nuevo parque automotor para fortalecer su operatividad en el territorio sucreño.
Este consta de ocho camionetas y un camión con una inversión de $1.800 millones entregados a la Policía Nacional, Armada y Ejército con el cobro de dicha contribución, que percibe el departamento desde hace más de un año.
El gobernador de Sucre, Héctor Olimpo Espinosa informó que la tasa de seguridad se ve reflejada en los equipos que están adquiriendo para mejorar la seguridad especialmente en la capital Sincelejo.
Destacó que se han recaudado más de $4 mil millones de sobretasa a la seguridad con los que se está invirtiendo en parque automotor, además en equipos e inteligencia que en próximos días estarán en servicio, para articular lo más que se pueda entre los gobiernos departamental y municipal para garantizar la tranquilidad y convivencia ciudadana.
En Sucre también está en etapa de diseño el Laboratorio de Seguridad de Sucre, en donde harán especial énfasis en Sincelejo con aumento de pie de fuerza e intervenciones sociales especiales en 8 puntos específicos de la ciudad que se identificaron con la Policía Nacional, para adelantar una labor de prevención complementaria con la actividad de Fuerza Pública.
“Esperamos que este despliegue que se va hacer por toda la ciudad nos arrojé mejores resultados en materia de seguridad”, dijo Espinosa Oliver.

Fortalecemos capacidades: comandante de Policía Sucre
El coronel Néstor Armando Pineda Castellanos, comandante de la Policía de Sucre, dijo que este parque automotor se suma a otros elementos más que les entregaron el año anterior, como fueron varias motocicletas.
“Con esto podemos tener unas capacidades en procura de mejorar la seguridad y convivencia ciudadana en Sincelejo y el resto de municipios del departamento, y seguir avanzando con nuestros procesos operativos en concordancia con la Armada y Ejército”, aseveró el comandante de la Policía en Sucre.
Indicó que algunas de las camionetas serán destinadas a infancia y adolescencia para llegar también a la parte rural para atender los flagelos que afectan a los niños, niñas y adolescentes.