A los municipios de San Estanislao de Kostka (Arenal) y Soplaviento los divide el canal del Dique. Anteriormente, para pasar de una población a otra se debía tomar el ferri o subir a una lancha, pilotada por una persona popularmente conocida como “bonguero”.
Dicha persona cobraba por cruzar de una orilla a otra a nativos y visitantes, e incluso por llevar animales como caballos, gallinas y cerdos, entre otros. Estos eran los únicos medios de transporte.
Por eso, cuando se anunció la construcción del puente Catalino Parra, los comentarios en pro y en contra no se hicieron esperar. Mientras los bongueros aseguraban que quedarían sin trabajo, pues todos utilizarían el puente, otros señalaban que eso era lo que necesitaban estos municipios: algo de progreso y desarrollo. (Lea aquí: Puente de Soplaviento se abrirá después de capacitación a bongueros)
Muchos creen que esto último se está dando desde junio de este año, cuando por fin habilitaron el paso vehicular por el puente, pese a que los trabajos finalizaron en marzo.
Esta obra, catalogada como una de las más importantes en Bolívar, fue diseñada para mejorar la comunicación y la movilidad de las personas que residen en inmediaciones del canal del Dique.
El puente no solo cumple el sueño de los pobladores de Arenal y Soplaviento, quienes ahora podrán pasar de un lado a otro caminando, en bus, carro o moto en cuestión de segundos, sino que además ha mejorado el comercio e interconectado el llamado circuito vial del norte del departamento.
“El puente ha traído beneficios a mi negocio. Gracias a este las ventas se han incrementado, pues todo el que pasa el puente llega a aquí a tomarse o comerse algo”, comentó Galvis Jinete, residente de Soplaviento, quien tiene su negocio justo frente al puesto de control de los buses de Arenal, que ahora llegan hasta el municipio vecino.
Galvis asegura que con la construcción del puente todo ha mejorado. “Los tiempos se han acortado, se han valorizado las casas y ha crecido el comercio, pues vienen más personas por el fácil acceso. Aquí encuentran comidas, refrescos, helados, ventas de ropa, zapatos, de todo”, dijo.
Lo mismo piensa Daniel Jinete, residente de Arenal. “El principal beneficio ha sido el desarrollo. Aquí estábamos esperando que llegara alguna obra que nos ayudara a salir adelante y así ha sido”.
Este puente, indicó Nilson Pérez, ha traído otro ambiente a ambos municipios, “donde el ‘chip’ del progreso se contagió”.
“Con esta nueva vía y la pavimentación de La Línea muchos vieron oportunidades laborales y crearon negocios. Además, con los campeonatos de sóftbol que se dan todos los fines de semana, vienen más personas al pueblo, lo que ha hecho que estemos más interconectados con los demás”, dijo Pérez. El puente Catalino Parra fue proyectado en el gobierno de Juan Carlos Gossaín, aprobado y ejecutado en el de Dumek Turbay y culminado en marzo de este año en el de Vicente Blel.
Los habitantes de ambos municipios ahora esperan con ansías el proyecto del canal del Dique, con el que esperan que haya más desarrollo en su territorio.