Lo que tanto estaban pidiendo los magangueleños se hizo realidad en mayo del 2014. Ese día la Gobernación de Bolívar inauguró y entregó a la Alcaldía de Magangué un nuevo y moderno muelle fluvial de pasajeros, desde donde podrían viajar diariamente a municipios del sur, centro y norte de Bolívar, así como a otros departamentos conectados a través del río Magdalena.
Para la construcción de este muelle la Gobernación invirtió más de $4.400 millones y desde entonces se establecieron unos lineamientos para que las embarcaciones de las empresas de transporte fluvial pudieran transitar por el río Magdalena sin inconvenientes y cumpliendo con lo dispuesto por el Ministerio de Transporte. Además, dividieron el lugar para las lanchas o chalupas de transporte de pasajeros y las de carga.
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Sergio Coll Jiménez, profesional especializado con funciones de inspector fluvial en Magangué, explicó que son varios los documentos que cada transportador o empresa a la que estén afiliados deben tramitar para utilizar el muelle y transitar por el río dentro de los horarios establecidos.
Reciba noticias de El Universal desde Google News “Toda embarcación, para salir del puerto, debe contar con un permiso de zarpe que damos nosotros y transitar, en el caso de las embarcaciones menores, que son las de carga y pasajeros, entre las 5 de la mañana y las 6 de la tarde. Aquellas que lo hagan fuera de este rango de horario y sin la documentación se podría decir que lo hacen de manera ilegal”, aseguró Coll. Lea aquí: Cuerpos de las 6 víctimas de la tragedia de Magangué están en Cartagena
Además, los lancheros deben tener en sus embarcaciones chalecos salvavidas, botiquín de primeros auxilios, luces y señales. “Pero si en la lancha van a transportar pasajeros, deben tener el permiso de operación del Ministerio de Transporte Público”, explicó.
El monitoreo
El inspector fluvial asegura que ellos solo tienen labores operativas en el puerto, donde se encargan de otorgar los permisos para la navegación y hacer los oficios necesarios si una embarcación incumple con alguno de los reglamentos, notificando esto a la Infantería de Marina y la Policía, que realizan los controles de las lanchas o chalupas. Por su parte, la Armada Nacional realiza los patrullajes en el río y denuncia cuando algo anormal está pasando.
“Mi función es administrativa, me apoyo con la Policía y los militares. Ellos frecuentemente hacen vigilancia y control de la navegación. Cada vez que encuentran una infracción a la normatividad, me hacen el reporte y yo lo traslado a la Superintendencia de Puertos”, aseguró Coll.
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Pese a que a diario realizan estos monitoreos y está establecido el horario de circulación fluvial, algunas embarcaciones transitan de manera ilegal y esto, al parecer, fue lo que ocurrió con las lanchas que chocaron el pasado domingo (6 de febrero) en el río Magdalena, a la altura del corregimiento de Tolú, en jurisdicción de Magangué (Bolívar). Las autoridades reportaron el fallecimiento de seis personas, entre estas cinco niñas y un adulto.
“En este caso de las lanchas accidentadas, ninguna de las dos tenía el permiso de zarpe y estaban navegando en horario prohibido. Además, la de pasajeros no tenía permitido el transporte de pasajeros, pues su patente decía que era de carga”, aseveró el inspector, quien continúa recopilando información para enviar la notificación a la Superintendencia de Puertos para los respectivos correctivos.
En Magangué existen cinco empresas de transporte fluvial de pasajeros que están autorizadas mediante una resolución emanada por el Ministerio de Transporte. En total son 2.050 embarcaciones menores.
“La lancha del accidente que llevaba pasajeros no estaba afiliada a ninguna de ellas, es decir, que estaba navegando de forma ilegal”, finalizó Coll.
John Jairo López Romero lleva más de 40 años como transportador de carga y asegura que es un trabajo pesado, pero necesario.
“Nosotros podemos pasar hasta 10 horas viajando. Todo depende del estado en que se encuentre el río”, cuenta. Añade que este tipo de lanchas tienen capacidad para transportar entre 40 o 70 toneladas y que el ritmo laboral depende de la cantidad de carga que deben transportar.
“Podemos durar un día cargando la mercancía y otro día desembarcando, más las horas de viaje”, explicó. En este tipo de lanchas solo está permitido que viaje el conductor y su ayudante, pero algunos también llevan pasajeros “que no tienen plata para comprar el tiquete”.
Por su parte, Óscar Toledo, transportador de pasajeros, explica que cada usuario compra su tiquete en la cooperativa y debe esperar la hora de salida para zarpar.
“Aquí hacemos viajes a Guaranda, Achí, Montecristo, el Banco (Magdalena), Sucre, a todas partes”, finalizó Toledo.
