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“Hacen corralejas pero no miran las casas que se nos destecharon”

En Hato Viejo, corregimiento de Calamar (Bolívar), más de 30 viviendas resultaron afectadas tras un vendaval. Los damnificados reclaman ayuda a la Alcaldía municipal.

Aunque han caído grandes aguaceros este año en Hato Viejo (Calamar), ninguno había sido como los dos últimos, que llegaron acompañados de fuertes brisas y dejaron destechadas a 30 humildes viviendas.

El primer vendaval fue en la tarde de ayer miércoles 20 de julio, y el segundo sobre la madrugada de hoy. Los estragos no solo fueron en la cabecera municipal sino en la zona rural, donde varias hectáreas de cultivos se perdieron a raíz de las inundaciones.

(Lea: Cerca de mil familias afectadas por inundaciones en Calamar).

Para los habitantes de este corregimiento, ubicado en el noreste de Bolívar, hacía un par de años no se registraba un fenómeno natural de esas proporciones, y lo peor es que, según ellos, aún no han recibido las ayudas pertinentes de parte de las autoridades.

“Más de 30 casas quedaron sin techos cuando las brisas llegaron y despegaron todas las láminas. Las afectaciones fueron en el Barrio Arriba y en el Fosfó, que son sectores aledaños a las ciénagas. Eso fue como una tromba marina, nadie se imaginó que algo así ocurriría en el pueblo. Afortunadamente solo fueron daños materiales”, explicó Edgardo Sequea Sará, reconocido líder comunal.

(Lea: Se anuncia construcción del alcantarillado de Calamar).

Y aunque en el hecho no hubo pérdidas humanas, una mujer sí resultó herida en el vendaval. Se trata de Olga Pérez, quien terminó con una herida en la cabeza luego que una lámina le cayera encima. Afortunadamente su lesión no fue grave.

Hato Viejo es considerado uno de los corregimientos más grandes no solo de Bolívar sino de Colombia, ya que cuenta con alrededor de 14 mil habitantes. No obstante, así como son numerosos en población, también lo son en necesidades.

“Estamos en el olvido, ni siquiera tenemos buenas vías de acceso, cuando llueve es muy complicado entrar o salir debido al barro que se forma en las carreteras. Ahora mismo ni siquiera tenemos un puesto de salud porque está inundado”, añadió Sequea.

7
kilómetros separan a Hato Viejo del municipio de Calamar.

Para los pobladores, es necesario que la Alcaldía de Calamar destine esfuerzos para atenderlos en su emergencia, sobre todo porque decenas de familias perdieron sus cultivos y no tienen qué comer. Para ellos resulta necesario que así como se destinaron dineros para las corralejas que comienzan hoy y finalizan el domingo, se dispongan recursos para enfrentar la calamidad.

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