Esto era una ciénaga inmensa, grandísima, algo que quizá otras generaciones no van a conocer”, refiere con tristeza Elkin Masa mientras sostiene en sus manos lodo de donde antes sacaba peces.
Elkin es habitante del corregimiento de Rocha y ha dedicado más de la mitad de su vida a la pesca, oficio que aprendió de su padre y su abuelo, pero que seguramente sus hijos no seguirán, y escasamente conocerán si no se hace algo por frenar la sedimentación que desde hace un buen tiempo aqueja a la ciénaga Juan Gómez.
Esta ciénaga que hace parte de un sistema lagunar en el corregimiento de Rocha, jurisdicción del municipio de Arjona, es el reservorio del que Aguas de Cartagena (Acuacar) toma el 90 % del agua que se potabiliza para abastecer a Cartagena.
Según registros históricos, la ciénaga de Juan Gómez, que se nutre del canal del Dique, tenía unas 1.200 hectáreas de espejo de agua y originalmente su profundidad era de tres metros y en temporada seca podía bajar hasta la mitad.
En este cuerpo de agua habitaban diferentes tipos de peces, como bocachicos, por esta razón los cerca de 4.200 habitantes del corregimiento se dedican en su mayoría a la pesca, algunos de ellos, especialmente los más adultos, conservan en su memoria las épocas de abundancia, que representaban rentabilidad económica para sus familias.
“Más se demoraba uno en mover la canoa del puerto a la ciénaga cuando ya llegaban, tres o cuatro atarrayasos eran suficientes para conseguir la liga de la casa por una semana y para la venta y así sostenernos económicamente”.
Sin embargo, algunos líderes de la comunidad refieren que hace más de 25 años las empresas que abastecen de agua a Cartagena han tomado los recursos hídricos del canal del Dique y los caños aledaños, afectando a su corregimiento. La construcción de represas (caños artificiales), plantas de tratamiento y una pequeña carretera, al parecer, han implicado el secado de uno de los caños que alimenta la ciénaga, al que conocen como caño ‘Juan Gomito’.
Según la comunidad, desde que llegaron las empresas, los playones de Rocha sobre la ciénaga han ido desapareciendo paulatinamente, porque estas generaron una serie de conductos con la ciénaga para verter aguas en ella e incrementar su volumen.
“Anteriormente cada sector del pueblo tenía un espacio donde bañarse, le decíamos las playitas pero ya nadie se baña, no tenemos donde. Antes eran como 50 metros que había entre en Canal del Dique y la ciénaga, hoy hay como tres kilómetros en tierra de distancia”.
Debido a esto, la comunidad explica que se ha generado, un “desplazamiento forzado” o imperceptible, pues Rocha cada vez se encuentra más lejos de lo que eran los balnearios o playas en la costa de la ciénaga; y la población que vivía de la pesca, en efecto, ha disminuido significativamente y se ha ido a vivir al casco urbano de Arjona.
“Esto es una tragedia, para poder pescar tenemos que ir a otros cuerpos de agua que están lejos, nosotros somos una comunidad pesquera pero nos han desplazado a hacer cosas que no estamos acostumbrados”.
Pero lo más preocupante para ellos, porque se trata de una situación constante, es el impacto ambiental de los dragados ordenados por Acuacar, ya que los conductos artificiales vierten agua a la ciénaga y llevan los residuos de lo dragado en el canal del Dique, generándole sedimentación y contaminación.
Por cuenta de esto no solo hay taruya en la superficie de la ciénaga Juan Gómez, que impide su navegabilidad y las labores de pesca, sino que se estima la pérdida de cerca de 15 hectáreas de ciénaga en estos últimos 25 años.
“La ciénaga ya no tiene la misma extensión, dragan y en ese mismo instante comienzan a mandar agua para la ciénaga, por eso está llena de sedimento y hay muchos peces muertos en ese proceso. Es tanto el sedimento que ha dejado en la ciénaga que hasta el ganado de predios aledaños llega a pastear en lugares en donde antes había agua”.
Sumado a esto, explicaron que el agua de la ciénaga que sale por la tubería que abastece el acueducto de Rocha tiene una pésima calidad, puesto que sale del grifo con partículas sólidas, producto de la sedimentación y de la mortandad de peces nativos de las ciénagas y succionados del canal del Dique.
Debido a la problemática expuesta, en marzo del 2018 el consejo comunitario de Rocha solicitó el acompañamiento de la Procuraduría Delegada para Asuntos Ambientales y Agrarios, la cual hizo una intervención administrativa ambiental ante la Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique (Cardique), tras una inspección de campo.
El ente de control solicitó a Cardique copia de los permisos ambientales de Acuacar para utilizar el recurso hídrico de la ciénaga Juan Gómez, en donde se comprobó que, al parecer, Acuacar no había cumplido algunos compromisos. Uno de ellos fue la formulación y aplicación del plan de manejo ambiental de la ciénaga.
Por esta razón, la Procuraduría solicitó a Cardique exigir a Acuacar que cumpla con la elaboración de dicho plan de manejo ambiental y, además, inicie medidas para mitigar la situación.
Fue así como en agosto de 2018, mediante la resolución 1114, Cardique hizo siete requerimientos a Acuacar, entre ellos “formular el plan de manejo de la cuenca hidrográfica del sistema lagunar Juan Gómez - Dolores” , esto en cumplimiento a lo dispuesto en el artículo décimo segundo de la resolución 0332 del 8 de junio de 1999, en la que se le estableció la obligación de contar con un plan de manejo ambiental para el complejo cenagoso de Juan Gómez y Bohórquez.
Contra esta decisión de Cardique, en septiembre del año pasado Acuacar interpuso un recurso de reposición en el que expresa que cumplió con presentar a Cardique el Plan de Manejo Ambiental del complejo cenagoso de Juan Gómez y Bohórquez, el 3 de mayo de 2004, y que este cumplimiento fue corroborado por esa misma corporación a través de la resolución 310 del 21 de abril de 2005.
Alegó además que nunca fue advertida por Cardique que las acciones que venía realizando no correspondían a las enmarcadas en el denominado “Plan de Manejo Ambiental de la Captación del Sistema Laguna Juan Gómez - Dolores”.
Frente a este recurso, la Procuraduría se pronunció en octubre de 2018 y pidió a Cardique “que no reponga la resolución No. 1114 del 29 de agosto de 2018, y que por el contrario se niegue el recurso interpuesto por Aguas de Cartagena S.A. E.S.P.”, explicando que Aguas de Cartagena pretende “equiparar un Plan de Manejo y Ordenamiento de una Cuenca (POMCA) o un Plan de Manejo Ambiental de Microcuencas, con el Plan de Manejo Ambiental (PMA) de la Cuenca Hidrográfica del Sistema Lagunar Juan Gómez – Dolores, lo que no es de recibo, pues estos instrumentos de ordenación tienen un alcance distinto al establecido por Cardique para el PMA del citado sistema lagunar, cuya obligación se impone a Aguas de Cartagena en su calidad de empresa concesionaria responsable por los efectos perjudiciales que se puedan presentar en el sistema lagunar con ocasión del aprovechamiento del recurso hídrico que le fue concedido por la autoridad ambiental.”
Finalmente, el 17 de enero de este año, es decir cuatro meses después, Cardique resolvió el recurso de reposición hecho por Acuacar mediante la resolución 0032 de 2019, en donde se limitó a precisar el sentido del numeral 1.5 de la resolución 1114 del 29 de agosto de 2018, dicha precisión consiste en “formular el plan de manejo ambiental del ecosistema conformado por las ciénagas Juan Gómez - Dolores conforme a las disposiciones técnicas relacionadas con la formulación de planes de manejo para humedales...” y mantuvo sin modificaciones las seis decisiones restantes.
Ahora bien, para cumplir dichos requerimientos hechos por Cardique, Acuacar tendría 60 días a partir de la notificación de los mismos, mientras que para otros tendrá un plazo de seis meses.
Pese a los avances del proceso, la comunidad sigue inconforme con algunas decisiones, especialmente porque no se les ha tenido en cuenta en las mismas, aún cuando es la directamente afectada.
“A nosotros como comunidad nunca nos han tenido en cuenta y ahora hay nuevas situaciones, están sacando el lodo para dragar y ese lodo lo están echando cerca a la ciénaga para terminar de sellarla. La están contaminando más, creemos que Cardique es quien tiene que estar frente a eso pero la única manera de que estos daños sean compensados es a través de una consulta previa con la comunidad”.
Frente a las denuncias de la comunidad, Acuacar se pronunció explicando que: “la extinta empresa, Álcalis de Colombia, construyó hace cerca de 45 años las estaciones de agua cruda Conejos y Dolores y antes de su cierre le vendió a las liquidadas Empresas Públicas Distritales esta infraestructura, la cual maneja Aguas de Cartagena S.A. E.S.P. desde hace 23 años.
Los volúmenes de agua captados en esas instalaciones proceden del complejo lagunar Juan Gómez, Bohórquez y Dolores, conectado de manera natural a un brazo del Canal del Dique y con una capacidad de 20 millones de metros cúbicos de agua. Permite la captación del 90 % del agua cruda que se potabiliza en la Planta de Tratamiento El Bosque en Cartagena.
Los análisis que se han realizado a este reservorio dan cuenta que el agua que almacena es de buena calidad y se alinea a los requisitos normativos sobre abastecimiento.
Nuestra empresa cumple a cabalidad el Plan de Manejo establecido por Cardique, la autoridad ambiental en el otorgamiento de la concesión en el proceso de captación del agua y operación del acueducto de Cartagena. En el marco de este proceso Acuacar realiza en la ciénaga Juan Gómez - Dolores - Bohórquez la limpieza de taruyas, permanentemente lleva a cabo la siembra de alevines para el repoblamiento y además, construye muros de contención cuando se requiere.
Es importante aclarar que la sedimentación que aflora en este reservorio es producto de un fenómeno natural normal. Teniendo en cuenta las nuevas realidades asociadas a las variaciones climáticas y biológicas que han tenido las cuencas de la región bajo del Magdalena, Cardique ha solicitado a nuestra empresa la entrega de informaciones y actualizaciones sobre los planes de acción en el manejo de estas cuencas”.