El presidente Gustavo Petro Urrego durante su presencia en los Diálogos Regionales Vinculantes realizado en Barranquilla dijo que el negocio que se hizo con las empresas Air-e y Afinia se hizo a puerta cerrada y ahora los más perjudicados son los usuarios del servicio de energía en el Caribe Colombia.
Dijo que la ministra de Minas y Energía ha hecho un gran esfuerzo en estas semanas para tratar de convencer a quienes de manera empresarial están manejando la energía eléctrica en el Caribe. “De una empresa que fue pública y que antes fue privada; era pública porque el privado no supo manejar a Electricaribe, le metieron unos millones de pesos y de pronto se volvió privada. ¿Y cómo hicieron? ¿Con una licitación? ¿Se pusieron en publicidad los pliegos de peticiones para saber que la gente que iba a pagar supiese cómo es que iba a ser el negocio? ¿Hubo transparencia?”.
Añadió que el principio general de la democracia es la información previa para tomar las decisiones. Y se preguntó si para la venta de Electricaribe a los nuevos operadores se le informó de manera clara a la comunidad del Caribe. “¿Le preguntaron al pueblo del Atlántico y el Caribe qué quería con su energía?”.
“Hicieron un negocio a puerta cerrada y ni el actual presidente República conoce los contratos que firmaron. Dice que tiene una cláusula de confidencialidad. ¿Y qué confidencialidad puede haber alrededor de un servicio público que es un negocio? Algo no huele bien”, dijo
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Sostuvo que el negocio que se hizo pudo incidir en que “se hayan subido las tarifas un 50% en apenas un año, ¿qué puede significar? Que le están cobrando a los usuarios lo que dejan de pagar otros usuarios pobres, más un plus. Una ganancia extraordinaria, dicen los matemáticos. ¿Y por qué no pagan los usuarios pobres? ¿Por qué será que no pagan los usuarios pobres? El empresario no se hará esa pregunta. Dirá ‘esto es mío, necesito mi ganancia, ustedes resuélvanlo’. ‘Súbanle las tarifas a la gente que de esa manera se aseguran las ganancias’”.
Manifestó que debido a las altas tarifas del servicio de energía las personas se han visto en la necesidad de elegir entre si paga la energía o invierte en sus necesidades básicas como la comida y otras necesidades que tienen que ver con su cuido personal.
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Se preguntó: “¿Y por qué la gente no puede pagar la energía eléctrica? ¿Será bueno que, si llevamos a la gente a pagar altas tarifas de tal manera que no puede pagar por la comida, de tal manera que no se puede comprar una camisa, un pantalón, una falta, de tal manera que no puede salir de la casa, sino hacinarse en la casa o el apartamento, de tal manera que tiene que sacrificar su propia existencia se está actuando bien? ¿Será entonces que esa es una buena política? ¿Que lo estamos haciendo bien? ¿Quién lo hace es un buen gobierno?”.
“Lo primero que hay que hacer es poder tener otras visiones del asunto. Si el servicio de energía eléctrica de la Costa no puede basarse exclusivamente a través de un negocio que genera utilidades, entonces tenemos que hablar con franqueza. Señor empresario quédese apenas con el pedazo del mercado, que ellos llaman, que sí puede ganar y generar utilidades y hagamos nosotros el esfuerzo en esa población pobre para que tengan el derecho a la energía eléctrica”, terminó diciendo.
