La precandidata del Centro Democrático a la Presidencia de la República habló con El Universal de su deseo de ser la primera mujer que lleve las riendas del país.
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Sin pelos en la lengua, frentera y polémica, así es María Fernanda Cabal, la mujer del partido de gobierno que más suena para ser la candidata a la Presidencia de la República en las elecciones del 2022.
Las encuestas muestran a Petro muy lejos del resto, ¿cree que va a alcanzar?
“Las encuestas no van a tener suficiente claridad en cuanto a la inclinación del elector hasta que no haya candidatos oficiales, porque obviamente, hay un candidato de la izquierda que no va a competir con nadie, y del resto hay una atomización de candidatura; eso te fragmenta la intención de voto, pero lo que hay que notar también es que los grandes, por decir: no ganadores, el gran volumen dentro de la encuesta de intención de voto, es el indeciso de voto en blanco”, expuso Cabal, quien considera que: “hay una masa gigante que es la que hay que convencer a que no se deje cautivar por esos cantos de sirena ni ese populismo de izquierda, de candidaturas que nos van a llevar al desastre y que más bien busquen alternativas y vean cómo dentro de quienes defendemos las libertades, se pueden cambiar muchas cosas que hoy no funcionan”.
Pero usted es de la misma línea del gobierno de turno, ¿qué hay que cambiar exactamente?
No, yo tengo mucha distancia con el gobierno de turno. Uno de los grandes desafíos que nos toca en el Centro Democrático es volver a recoger esa confianza en un uribismo que es un universo muy grande, mucho más grande que el Centro Democrático. El uribismo pasa por encima de los partidos, por ejemplo: mi papá es liberal y uribista, mi mamá es conservadora y uribista; también tengo una hermana que es cristiana y uribista pero no tiene partido.
Ese uribismo que siente que el legado Uribe empezando por la seguridad democrática, se perdió, como que no se le dio la connotación que se le debía dar cuando usted no debe dejar las llaves de su casa por más que hayan logrado en su barrio contener la criminalidad. Usted no descuida lo más importante porque la seguridad es todo, es un bien fundante, es prosperidad, es todo lo que se deriva de allí.
¿Por qué dice que no se parece a este Gobierno?
Yo siento que no me parezco a este Gobierno, a pesar de que debíamos ser el partido de Gobierno pero no lo fuimos, y este Gobierno prefirió jugar con otros, incluso darle oxígeno a partidos que estaban completamente en declive. Fue su forma de gobernar, creo que eso nos va a pasar factura en las elecciones y siento que figuras como yo logran volver a recoger esa pasión, porque la política es pasión; es como el fútbol: usted quiere ir y ganar, siente ilusión pero si dibujas tus banderas, ese elector que te creyó, sinceramente se va a sentir decepcionado.
¿Qué propone?
Yo soy defensora de las instituciones, pero esto no puede seguir así. El mejor capital de Colombia es su recurso humano, porque la gente es trabajadora, pero este país tiene unas deficiencias estructurales, por ejemplo en el acceso al capital. El problema no es el modelo; el problema son ese tipo de políticos que aprendieron que sirve robar, esos no necesitaron hacer empresas.
Este Estado es demasiado grande, hay que recortar el tamaño del Estado, no puede seguir pesando sobre el sector real de la economía; si se recorta el tamaño, se puede bajar la tributación que hay hoy. Si se reduce el tamaño del Estado, tiene que reducir esta carga que pesa sobre el sector real; si le queda plata, ¿usted qué hace como empresario?: invierte, crece y genera más empleo, para mí es obvio y estamos en un Estado que terminó atrapado; no hay acceso a crédito, hay una burocracia desbordada, lo que trae es enormes obstáculos y reglamentaciones.
Entre más grande es el Estado, menos libre es la gente, así de elemental.
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¿A qué se enfrenta el país?
La peligrosidad para Colombia es la sostenibilidad, la supervivencia de su democracia por la amenaza y para mí es inminente. Allá en Venezuela reposan las Farc, los elenos traen dinero y narcotráfico desbordado. Hay una narrativa que en el fondo no tiene un asidero formal pero que se la creen los incautos o los imbéciles, porque hay una parte de la población que es el imbécil colectivo, no hay razones ni cifras, todo es mito o leyenda, todo es emoción por encima de la razón, por eso capturan una juventud que puede tener rabia, sí, pero tu rabia no puede justificar quemar policías vivos ni dañar el medio de transporte público masivo que le sirve a la población vulnerable que necesita ir a trabajar, la gente buena quiere trabajar.
Por eso son conductas totalmente desadaptadas, delincuenciales, están controladas por redes de milicias sin lugar a dudas así traten de maquillar lo que no es posible, por eso se inventan las primeras líneas, para copiarse de los colectivos chavistas.
¿Cómo evitaría usted bloqueos como los que describe?
Yo al tercer día levanto los bloqueos, porque si a usted le toma ventaja un bloqueo es como cuando le invaden su casa. Si usted saca a la gente en una semana es distinto a si la saca en tres meses porque ya le colonizaron hasta el techo.
¿Y si el alcalde no quiere?
El presidente tiene la facultad de imponerse sobre ese alcalde y denunciarlo disciplinaria y penalmente, porque los alcaldes lo que hicieron y los gobernadores bandidos, fue aprovecharse de la situación para extorsionar al Gobierno y decirle “es que no podemos”. ¿Y se afecta la economía y a nadie le importa? Por los corredores humanitarios se metieron las armas a Cali, es que esto era mucho peor que lo que la gente conoció, a Cali lo iban a volar la estación de Policía con los generales de la Policía adentro. Usted no descuida la seguridad, punto.
¿Qué más hacer para no descuidarla?
Hay que desarrollar un plan de seguridad por regiones, no es igual lo que pasa en el Catatumbo al Cauca, ni al Darién. Las características son distintas así haya narcotráfico en todos. ¿Por qué siempre el pie de fuerza si hay bastante tecnología? ¿Por qué con Uribe fue tan eficiente?, porque insistía en la inteligencia, lo que desmanteló Juan Manuel Santos con Sergio Jaramillo, y este Gobierno dejó lo mismo, la misma cúpula.
¿Ya tiene nombres para su posible gabinete?
He pensado en varios que transformarían, por ejemplo un ministro de Hacienda como Luis Guillermo Vélez, fantástico, economista, defensor del libre mercado. A este país hay que desamarrarlo. Un Santiago Castro en el Ministerio de Educación. ¿A usted le parece normal que todavía haya carreras de cinco años cuando el coronavirus nos enseñó que el tiempo tiene un valor superior? ¿Estudiar 5 años para ganarse millón y medio de pesos cuando sale? Las carreras deben ir acorde al mercado. Se puede generar riqueza si atendemos las leyes de la economía.
¿Qué hará con el tema de migración venezolana?
Aquí han sido demasiado laxos, porque uno debe tener una mano extendida, pero es que en esa mano extendida te llegan también todo tipo de criminales.
Por qué no miramos lo que hizo Brasil, que tiene todo un campo militar que se llama Operación Acogida, donde si bien no le cierran la frontera, tienes que hacerle una revisión de sus antecedentes, le preguntan qué sabe hacer, le dan un sitio para albergarse y los hacen aprender portugués, y te dan una cédula para que trabajes y mantenerte ubicado.
¿No cree que ya hay mucha polarización en Colombia?
La polarización es bueno que exista porque salen a relucir ideas que no son condescendientes ni son contemporizadoras. Hay una distorsión de la realidad al describir los candidatos. Yo soy conservadora de ideas liberales, porque me gusta creer en Dios, respeto la libertad de cultos, yo quiero sentir temor de Dios y que ojalá el pueblo sintiera temor de Dios porque eso genera límites en tu conducta. Cuando usted es temeroso de la autoridad de Dios, usted también tiene autoridad para gobernar a otros.
¿Qué opina de la triste historia política de Cartagena?
Pero es que si escogen mal, ¿qué quieren? Los pueblos se merecen de alguna manera su suerte. Tienen una joya que es esta ciudad, para mí la más hermosa, pero maltratada históricamente por politiqueros. Aquí debería haber un turismo de primer nivel, mucho más amplio, todavía hay barrios que no deberían estar en esos niveles de pobreza, se debe lograr el enganche en productividad.
Los retos de Cartagena son de una pobreza endémica. Además, donde haya inseguridad el turista no va a llegar, hay que generar una estrategia de seguridad para resguardar ese tesoro que es que el turista venga a gastar su dinero. También ampliar la oferta médica.
¿Colombia está preparada para elegir una mujer presidente?
Pero hace mucho tiempo. Ese es un mito que una mujer no puede ser presidenta porque el colombiano es machista, qué va. Usted saca a la mujer del hogar y el hogar se deshace. La mujer es el polo a tierra, la que logra materializar los sueños del hombre. No voy a decir que sea superior, cada quién es especial, pero la mujer tiene la particularidad de dar firmeza.