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“Tienen que controlarle el Twitter”: Expertos analizan la desaprobación a Petro

Con una popularidad que decrece, según encuestas recientes, el presidente manifiesta en redes o en tarimas posiciones que inciden negativamente en su imagen. Eso dicen los expertos.

Los medios son un negocio privado cómplice de la dictadura y la represión. ¿Independencia? La independencia en los medios es propiedad de los dueños de la imprenta, por lo que persiguen a los gobiernos que quieren cambiar las cosas”. Eso fue lo dicho por el expresidente Rafael Correa en una entrevista a la periodista española Ana Pastor.

Sus palabras “lamentables”, según la Fundación para la Libertad de Prensa (Flip), fueron retuiteadas en la cuenta oficial del presidente de Colombia, Gustavo Petro, desatando una nueva polémica en días en los que su aprobación ha disminuido luego de varios dislates del Gobierno nacional. (Lea: Aprobación de Gustavo Petro está en 48%, según nueva encuesta Pulso País)

Esa desaprobación la reflejaron encuestas recientes y para varios analistas se relaciona con este tipo de controversias que desdibujan la gestión gubernamental y los avances que se esperan en aspectos claves como la pobreza, el desempleo, la educación y la salud, situación que hoy la ciudadanía raja en los sondeos.

La situación en %

La luna de miel del presidente Gustavo Petro con la opinión pública duró muy poco. La caída de su aprobación y el repunte del pesimismo –datos revelados en la más reciente encuesta Invamer Poll– sucedieron rápido: solo pasaron 73 días para ponerle punto final al optimismo y la esperanza de las elecciones.

Los datos son contundentes y más para una administración que llegó al poder subida en una ola de aceptación popular que ahora, según el sondeo, parece ir en declive. La muestra más certera está en dos datos claves.

En efecto, cuando Invamer le preguntó a la gente si “¿aprueba o desaprueba la forma como Gustavo Petro se está desempeñando en su labor como presidente de Colombia?” llegó el primer golpe: el 46 por ciento de los consultados respondió que la aprueba, una caída de 10 puntos porcentuales frente a la encuesta anterior, que se publicó el 31 de agosto.

Y el segundo golpe, tal vez el más certero, está en la senda de pesimismo por la que comenzó a andar el país, la cual se refleja en los resultados en torno a la pregunta: “¿cree usted que las cosas en Colombia están mejorando o empeorando?”. El 64 por ciento de la gente respondió “empeorando”, cifra que se disparó 16 puntos frente a la medición de agosto, cuando el 48 por ciento de los encuestados dijo que todo iba por mal camino.

A esto hay que sumarle que solo el 22 por ciento de los consultados contestó que las cosas están “mejorando”, 11 puntos porcentuales menos frente al sondeo de agosto (33%).

¿Por qué la desaprobación?

Para el politólogo José Alejandro Sanin Eastman, puede haber varias explicaciones, pero tal vez la más importante sea que el Gobierno empezó con expectativas muy altas sobre lo que debería ser su gestión. “Una era de cambio profundo. Ese cambio, en dos meses, sin presupuesto ni Plan de Desarrollo en marcha que sean propios, es poco en lo que se puede materializar, pero eso despierta inconformidades”, indicó.

Y agregó: “Además, la velocidad con que se han anunciado cambios en materia de transición energética, tierras, impuestos, paz y drogas, por solo nombrar algunas, levantan las inquietudes que ya venían de sectores que no apoyan al Gobierno”.

Para el politólogo Luis Trejos esto puede deberse a dos situaciones. “La primera se relaciona con la ausencia de una estrategia de comunicación unificada, lo que ha ocasionado la percepción de descoordinación e improvisación en el alto gobierno. La segunda se refiere a la falta de experiencia político/administrativa de varios ministros que han tenido continuas salidas en falso, llegando muchas veces a contradecir a sus compañeros de gabinete. En otras palabras, pareciera que cada uno tiene su propia agenda”, dijo.

Para el doctor en política Néstor Restrepo, también hay una dinámica continental que reclama cambios sociales inmediatos y, por lo tanto, pierde con más facilidad la expectativa y tiene más afán a que le solucionen los problemas. “Esto sumado con una fuerte oposición de sectores importantes, incluidos algunos medios tradicionales buscando ‘caídas’, incide en la aprobación de la opinión pública”, explicó.

Y añadió: “Por otro lado, el Gobierno Petro se ha vuelto espectador de crisis que no puede controlar, como la recesión económica mundial y la inestabilidad por conflictos como el de Rusia con Ucrania. No pueden manejar la subida del dólar y eso es tomado para la crítica local, aunque sean problemas que también campean Biden, Macron y todos”.

Para los expertos consultados, habrá que esperar un tiempo más, mínimo seis meses, para tener un panorama más claro que permita evaluar de forma más concreta la gestión del Gobierno nacional.

Oportunidades de mejora

Para el politólogo Néstor Restrepo, “tanto Gustavo Petro como sus cercanos manejan una ansiedad de proponer y hacer cambios, estableciendo sus ideas por encima de los otros, entonces se libra una lucha de opiniones y de agendas en el gabinete. Esto, sin un liderazgo de la comunicación que unifique criterios, ocasiona derrotas políticas y descontento ciudadano”.

El politólogo Luis Trejos recomienda bajar la intensidad de los anuncios que no van acompañados de documentos o borradores de documentos técnicos y controlar el Twitter del presidente. “Necesitan una estrategia de comunicación robusta que unifique a todos los altos funcionarios. Es necesario que algunos ministros y congresistas del Pacto Histórico dejen su postura de activistas e influenciadores y se asuman como funcionarios de Gobierno (oficialistas)”.

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