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“Sufrimos un golpe de Estado ‘blando’”: ¿a qué se refiere Petro?

El presidente de Colombia aseguró que el Gobierno nacional y sus aliados sufren ataques de enemigos silenciosos, en una especie de defenestración disimulada.

Haciendo un compendio de definiciones en diferentes diccionarios y plataformas, un golpe de Estado es la toma del poder político de un país, nación o gobierno de forma abrupta, usualmente violenta, saltándose las leyes constitucionales y normas contempladas para ello en el ordenamiento jurídico de cada sociedad. Es un proceso ilegítimo, según diversos autores. (Lea: Cancelan audiencia de Enilce López ante la JEP)

Entre los tipos de golpe de Estado se encuentran los alzamientos de la Fuerza Pública consistentes en tomas militares a las instituciones; los golpes institucionales cuando uno de los poderes públicos usurpa las funciones de otra rama (judicial, legislativa o ejecutiva); y los autogolpes que es cuando un líder o institución cambia el orden jurídico para perpetuarse en el poder. Este listado lo culmina un cuarto tipo: el golpe “blando”.

Según la enciclopedia Humanidades, el golpe “blando” consiste en una serie de acciones conspirativas que ciertos sectores de un país llevan a cabo para gradualmente desestabilizar el país, afectar su economía, su imagen internacional y su funcionamiento legal, con el único fin de tumbar el gobierno actual e imponer ilegalmente uno nuevo.

El término fue acuñado por el filósofo Gene Sharp, quien lo utilizó para describir el derrocamiento de Estados por métodos no violentos, empleando la guerra jurídica. Y es ahí cuando entra Gustavo Petro, presidente de Colombia, quien el pasado lunes aseguró que su Gobierno está sufriendo este tipo de procesos, más cercanos al boicot judicial que al ruido de sables.

Sus declaraciones causaron polémica en todo el país, pues el Consejo de Estado se sintió aludido tras esta acusación, debido a que recientemente suspendieron la elección del saliente contralor General, Carlos Rodríguez, cercano a Petro; y anularon la elección de Roy Barreras, expresidente del Senado y uno de los líderes del Pacto Histórico.

“El golpe ‘blando’”

Para Petro, estos fallos judiciales que han afectado a políticos del Pacto Histórico representan un ‘golpe blando’ en contra de su Gobierno. “A propósito, ¿se han dado cuenta que le están quitando los votos de los congresistas del Pacto Histórico suspendiéndolos con órdenes administrativas? Es decir, están cambiando de facto la representación política en el Congreso que el pueblo eligió. Le quitaron al Pacto la presidencia del Congreso y ahora sus votos. Es el golpe blando”, denunció.

Ante esta declaración, el Consejo de Estado respondió al mandatario y manifestó que en realidad esas palabras no parecen tener una relación directa con lo ocurrido en las últimas semanas porque “la Corporación no ha emitido órdenes administrativas con los efectos que él señalada”.

Además, aclararon que las dos decisiones que han tomado recientemente, la del Contralor y la del presidente del Senado, no han estado motivadas por intereses políticos ni por controversias ideológicas, sino por la defensa de la juridicidad y en principios como el de la colaboración armónica entre las ramas del poder público, según se leyó en su defensa de la autonomía judicial.

Por su parte, el fiscal general de la Nación, Francisco Barbosa, catalogó la acusación de Petro como irresponsable. “Es un tipo que no ha asumido el rol de presidente de la República con dignidad. Y no lo ha asumido con responsabilidad porque es que uno no ataca a la rama judicial del poder público. Respaldo total al Consejo de Estado”.

“Sufrimos un golpe de Estado ‘blando’”: ¿a qué se refiere Petro?

“Es un ataque gravísimo”

Sobre la apelación golpista de Petro, el reconocido abogado, exdirector de Dejusticia y columnista de El Espectador, Rodrigo Uprimny, la considera una salida desafortunada. “Esto enturbia un ambiente político ya enrarecido porque cualquiera de las posibles interpretaciones de su acusación es mala. Es un ataque gravísimo a la independencia judicial por el presidente de Colombia”, expuso.

Luego que el Consejo de Estado sentara su postura, Petro precisó que no se refería a ellos, por lo que diversos dedos apuntaron al Congreso, pues hay la posibilidad de que el próximo presidente del Senado no sea del Pacto Histórico. “Pero esta interpretación es inaceptable pues el Congreso elige en forma autónoma a sus dignatarios, por lo que Petro estaría atacando a la rama legislativa. Nada obliga constitucionalmente al Congreso a elegir a alguien del Pacto como presidente del Senado”, aseveró.

Y agregó: “El Pacto es la fuerza con más senadores pero no es mayoría (20 senadores de 108). Si los otros partidos deciden elegir a otro presidente pueden hacerlo y no habrá ningún ‘golpe blando’”, sostuvo Uprimny, quien invitó al mandatario a abandonar esta actitud tuitera contestataria que “no ayuda a lograr el cambio que Colombia requiere”.

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¿Un trauma?

El concepto golpe ‘blando’ ha sido utilizado por otros líderes de izquierda de la región. En el caso de Argentina, con Cristina Kirchner y su proceso judicial en 2019 por el contrato de una obra pública, la mandataria utilizó un sinónimo: lawfare.

“Sufrimos un golpe de Estado ‘blando’”: ¿a qué se refiere Petro?

El anglicismo es una contracción gramatical de law (ley en inglés) y warfare (guerra en inglés), para referirse a una guerra judicial o jurídica. En otros términos, usar el poder judicial como arma de guerra. Kirchner en ese momento denunció un “lawfare” contra ella tras la instrumentalización de las Cortes y la Fiscalía, junto a los medios de comunicación, que supuestamente hicieron sus opositores.

Para el politólogo Yann Basset, docente de la Universidad del Rosario, es entendible que Petro esté prevenido sobre este tema de “golpe blando” y “lawfare” después de su destitución de la Alcaldía de Bogotá, por parte de la Procuraduría.

“En esa ocasión sí fue un abuso por razones políticas del procurador Ordóñez y ciertamente muchos sectores no lo rechazaron como debieron por antipatía política contra Petro. Sin embargo, eso no lo puede llevar a considerar toda manifestación de oposición o toda decisión judicial adversa como una persecución ilegítima”, afirmó el académico.

Y resaltó: “En rigor, no hay riesgo serio de golpe de estado o nada parecido en contra del Gobierno. El presidente necesita serenarse sobre el tema porque lo ha llevado a declaraciones desproporcionadas que no son buenas para nadie y menos para él. Ya ha tenido que rectificar frente a las cortes sobre el tema del fiscal, ahora trata de explicar que no dijo lo que dijo frente al Consejo de Estado, y nos llevó a una crisis diplomática con Perú insistiendo en una tesis insostenible”.

Basset concluyó que el mandatario colombiano, con estas salidas, da la impresión que desconoce la ley de bancadas y las normas sobre doble militancia.

“Incurre en contradicciones, ya que se suponía que llegada a la Presidencia y su reforma política iba a fortalecer los partidos. Y finalmente, es la misma actitud con que justifica sus peleas con los medios sobre las cuales ya se ha dicho todo. Obviamente esta paranoia se agrava por el uso compulsivo del Twitter. Si sigue en este juego va a cometer cada vez más errores”, puntualizó el politólogo francés.

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